ANAITASUNA Patrick Bols; Martín Ganuza (1), Etxeberria, Ander Torriko (6, 2p), Aitor García (3), Ander Izquierdo (1), Juan del Arco (3) -equipo inicial- Cancio (ps), A. Gastón (1), Antonio Bazán (5), Edu Fernández (4), Ibai Meoki, Héctor González, Chocarro (2), Dashko, y Fischer

BIDASOA-IRUN Xoan Ledo; Racotea (1), Zabala, Kauldi Odriozola (5), Iker Serrano, Tesoriere, Bonanno -equipo inicial- Sierra (ps), Crowley (1), Tao Gey (1), Furundarena, J. Aginagalde (4), Rodrigo Salinas (3), De la Salud (5,3p), Azkue (7) y Matheus da Silva.

Parciales 1-0, 4-3, 6-6, 8-9, 12-11, 15-12 (descanso), 17-13, 20-16, 22-18, 25-21, 26-24 y 26-27.

Árbitros Peñaranda y Yagüe (Comité aragonés). Exclusiones de Juan del Arco, Guillermo Fischer (2) y Gastón, por los navarros; Bonanno, Racotea, por los guipuzcoanos.

Incidencias Partido jugado en Iruñea.

- El Bidasoa sacó adelante un encuentro que perdía con claridad. Durante tres cuartas partes del partido, Anaitasuna jugó mejor y cobró ventaja. Luego trató de gestionarla. Bien porque se le hizo largo y le faltaron las fuerzas para terminar, o bien porque los irundarras ofrecieron su mejor nivel, lo cierto es que el compromiso cayó del lado visitante (26-27), cuando pocos minutos antes sucumbía con holgura (22-17). Un parcial de 4-10 en el último cuarto de hora sentenció.

El técnico local Quique Domínguez sorprendió de salida con el sistema defensivo elegido. Un planteamiento muy profundo (3-3, 3-2-1), tratando de evitar que la primera línea del Bidasoa circulara el balón a su antojo. Los irundarras no se sintieron cómodos, cometieron errores con varias pérdidas de pelota y no encontraron espacios para que los lanzamientos llegaran a la meta de Bols o de Cancio cuando este se incorporó al portal navarro.

La defensa del Bidasoa, siempre en 6-0, fue consiguiendo el objetivo una vez superado el trance inicial (3-1). Cuando De la Salud transformó una falta máxima (3-3), el encuentro entró en una fase esperada de máxima igualdad. Se sucedían los empates. Entonces, Rodrigo Salinas y el debutante Tao Gey lograron dos goles consecutivos (7-9) el Bidasoa cobró su primera ventaja.

Antes de que fuera tarde, Anaitasuna solicitó el tiempo muerto correspondiente y recuperó la equidad con sendos tantos de Edu Fernández y Bazán (9-9). Un parcial favorable a los navarros volvió a sembrar dudas en el conjunto de Cuétara (13-11) que a falta de dos minutos para el descanso trató de que su equipo reaccionara. No lo hizo y eso que Azkue, protagonista en el ataque guipuzcoano, recortó la diferencia. Una pérdida y la aparición de Chocarro tras recuperación del esférico llevaron el 15-12 al descanso.

Los irundarras iban a remar contra corriente pese a iniciar el segundo tiempo con un jugador más por la exclusión de Fischer. O cambiaba mucho la fisonomía del equipo, o se dejaba los puntos en La Catedral. La brecha se hizo un poco más grande. A la exclusión de Racotea le siguieron unas dobles de Rodrigo Salinas, mientras en la portería se volvía a cambiar de inquilino. Los porcentajes no eran los habituales en el cuadro amarillo, al que posiblemente le pesaban en exceso los dos partidos anteriores que le exigieron mucho esfuerzo y de los que no se pudo recuperar en condiciones.

La brecha se hacía cada vez mayor (19-14) por lo que Cuétara se vio obligado a solicitar un tiempo muerto a los siete minutos de la reanudación. Su equipo no carburaba y distaba bastante del nivel ofrecido en los encuentros anteriores. Anaitasuna, en cambio, seguía muy convencido de lo que hacía porque notaba atolondrado a su rival. Con casi un cuarto de hora para el final, el conjunto navarro entró con tres goles de ventaja (22-19) y un poco en barrena.

Bidasoa creyó que la remontada era posible y esa confianza en sus fuerzas conllevó un paso al frente en defensa y una mayor fluidez en ataque. A medida que la diferencia menguaba, a los locales les quemaba el balón y a los visitantes lo contrario. Crecían todos a la vez, repartiendo la terminación de las jugadas en cualquier posición y con distinto brazo. Si la fe mueve montañas, los irundarras anoche creyeron hasta el infinito.