Un encuentro el pasado fin de semana sirvió para acabar de poner a punto a las liebres de la Behobia-San Sebastián. Un rodaje suave, una sesión de relajación y la maquinaria ya está engrasada para guiar a los alrededor de 30.000 corredores que tomarán parte este domingo en la carrera popular por excelencia. Son 28 liebres, de las cuales 24 repiten y cuatro se estrenan. Lo que tienen en común es que poseen una amplia experiencia en la prueba y que están preparados de sobra para mantener el ritmo al que deben correr el domingo, desde el más exigente (una hora y quince minutos) hasta el más suave (dos horas). NOTICIAS DE GIPUZKOA charla con cinco de ellas –dos debutan en esta labor– para que cuenten su experiencia como referencia del resto de atletas y qué esperan de esta edición.

Igor Ortiz. 16ª Behobia como liebre Redaccion NdG

Igor Ortiz, un fijo desde 2007

Fue en 2007 cuando la Behobia-San Sebastián introdujo la figura de las liebres. En aquella edición uno de los diez atletas que hicieron esta labor fue Igor Ortiz, y ahí sigue desde entonces. Es el único que ha hecho pleno. “Ese año estaba preparando la maratón, me apunté para hacer de liebre y hasta hoy”, comenta. En estos quince años se ha crecido desde las citadas diez liebres hasta 28.

Comenta este irundarra que la primera vez que hizo de liebre “no sabia qué esperar”, pero se encontró “con una experiencia grata y bonita”. Se lo toma en serio porque es consciente de que su labor es “ayudar, animar y tratar de llevar a los corredores en el tiempo indicado. No es una labor fácil, pero resulta satisfactoria. Te salen amigos por todos lados”, bromea.

El tiempo que marca Igor Ortiz es exigente, ya que porta la banderola de la hora y 25 minutos. Un ritmo que no le obliga a exprimirse, ya que tiene una mejor marca de 1:16.07 en la Behobia, pero avisa de que hay que estar bien entrenado: “No es un nivel para un popular que sale de vez en cuando a entrenar. Requiere entrenamiento constante, no empezar a correr después de verano, porque supone ir a un ritmo de 4.15”.

Los que se acoplan a Igor Ortiz suelen ser atletas ya preparados, con experiencia en carreras y que en muchos casos buscan su mejor marca en la carrera, así que sobre todo les ayuda en “medir esfuerzos y gestionar las subidas”. Está claro que la Behobia –que disputará por 20ª vez– es “especial” para este guipuzcoano “por los ánimos de la gente”: “No se puede comparar con otras carreras. La Behobia es la Behobia”.

Marcos Arriaran. 14ª Behobia como liebre.

Marcos Arriaran. 14ª Behobia como liebre. Iker Azurmendi

Marcos Arriaran, referente para novatos

No tan veterano como Igor Ortiz, pero casi, es Marcos Arriaran, natural de Hendaia y que va a cumplir su 14ª Behobia-San Sebastián como liebre. “Empecé por el tema del idioma, porque hay muchos franceses y desde la organización me comentaron que podía congregar a esos atletas”, cuenta.

Pese a tener una marca de mucho nivel (1:10.50), Marcos Arriaran hace de liebre en el grupo de las dos horas, así que se encontrará a muchos novatos, teniendo en cuenta que el 48% de los participantes debutan este año, un porcentaje llamativo. “Cuando es tu primera Behobia, igual no estás del todo bien preparado o tienes nervios o dudas, así que se necesita alguien que te guíe y te dé confianza. Esa es un poco mi labor”, comenta. Durante el recorrido, les va diciendo a los populares que le acompañan “dónde relajar un poco, qué ritmo seguir... Lo normal es que se aceleren con los ánimos de la gente, pero les digo que tranquilos, que quedan las subidas a Gaintxurizketa y Miracruz”.

Marcos Arriaran disputó “a tope cinco o seis veces la Behobia”, pero se dio cuenta de que no iba a “mejorar” su marca, así que pensó en “otras posibilidades de disfrutar de la carrera”, algo que consigue haciendo de liebre: “Disfrutas viendo cómo la gente consigue sus objetivos. Al llegar a meta te dan las gracias, es bonito”. Eso sí, pese a que las dos horas son, en principio, una marca asequible, avisa de que “hay que estar preparado. Si no, lo pasas mal”.

Larraitz Lucas. 3ª edición como liebre.

Larraitz Lucas. 3ª edición como liebre. Iker Azurmendi

Larraitz Lucas, de la Real a la Behobia

Larraitz Lucas portó durante unos cuantos años el brazalete de capitana de la Real Sociedad y dejó el fútbol de máximo nivel en 2012. Colgó las botas de fútbol y se puso las zapatillas de correr apenas unos meses después, cuando nació su primera hija. “Estaba bien físicamente, pero es un tipo de ejercicio distinto y al final fui mejorando a base de entrenar”. No hay otro secreto. Ha disputado unas cuantas carreras, entre ellas nueve ediciones de la Behobia-San Sebastián, con una marca personal de 1:31.48.

Será la tercera vez como liebre para la exfutbolista. “Me lo propuso Juan Carlos Arregui (el encargado de las liebres) y me hizo ilusión. El primer año portó la banderola de 1:50 y el segundo año la de 1:45, tiempo que repetirá este domingo.

El ritmo a seguir es más o menos de cinco minutos y quince segundos por kilómetro: “Hay algunos que empiezan contigo y se descuelgan, otros se van uniendo por el camino. Igual empiezas con 20 al lado y acabas con cinco. Con ese ritmo, las mayores dudas son el tema de las subidas y bajadas. Yo intento mantener el ritmo en el llano, subir algo más lento y apretar un poco en la bajada. Al subir Miracruz, muchos te preguntan si ya pueden tirar adelante y yo les suelo responder que aún queda mucho”.

Dice Larraitz Lucas que disfruta “muchísimo de la carrera” haciendo de liebre: “Es una experiencia muy chula. Llega un momento después de haber hecho varias carreras, incluso maratones, en el que quieres disfrutar desde otra perspectiva, porque mi marca ya no la voy a mejorar”.

La Behobia es para Larraitz Lucas “la carrera por excelencia”: “La gente te hace sentir profesional porque te está animando de principio a fin”. El único consejo que se atreve a dar es “que los que participan se preparen, porque son 20 kilómetros y no es un recorrido fácil”.

Juan González. Debuta como liebre

Juan González. Debuta como liebre Iker Azurmendi

Juan González, veterano de estreno

Juan González de Suso tiene 29 Behobias consecutivas en sus piernas y en la 30ª conocerá una nueva faceta: la de hacer de liebre. “Soy novato y me hace mucha ilusión estrenarme. Me llamaron porque se había lesionado una liebre y para mí es un honor. La verdad es que es algo que me llamaba la atención y me apetecía, porque un año fui guía de una persona invidente”.

Este atleta nacido en Burgos pero residente en Donostia es de la vieja escuela y siempre ha corrido “por sensaciones”, pero su nuevo cometido este año le ha obligado a “comprar un cronómetro”. Pero, con su experiencia, podría hacer la marca de dos horas que le corresponde marcar sin mirar siquiera el reloj: “Son seis minutos el kilómetro. Lo importante es la regularidad”.

El ritmo es llevadero para Juan González, que suele salir a correr muy temprano, a eso de las seis de la mañana, con varios amigos del grupo Aldapa. Suele correr diez kilómetros, aunque según se acerca la Behobia-San Sebastián toca hacer “alguna tirada más larga, de 13 o 14 kilómetros”. “Estoy bien entrenado”, garantiza.

Juan González sale en el cajón de los dorsales blancos, con muchos debutantes, y le hace “especial ilusión” poder acompañarles. No solo por eso será una edición especial. También porque correrá por primera vez con su hijo: “El año que empecé justo había nacido mi hijo y pensé entonces que iba a seguir hasta que la corriera con mi hijo, que se estrena este año. Dice que no va a ir conmigo para no ponerme nervioso”.

Ana Oliva. Debuta como liebre. Iker Azurmendi

Ana Oliva, la liebre 'disfrutona'

Ana Oliva empezó a correr hace diez años, cuando cumplió 40, y a los 50 quería “hacer algo especial”: “Casualidad me dijeron para hacer de liebre. Es un orgullo para mí este reto porque les solía ver a las liebres en la salida y me apetecía ser parte de ese grupo”.

La donostiarra sale en el último cajón. “Voy con muchos primerizos, así que mejor aún”, comenta, ya que guarda un fantástico recuerdo de su estreno en la Behobia-San Sebastián: “Fue espectacular. Había entrenado y había hecho también otras carreras, y cuando salí lo hice para disfrutar, sin mirar el reloj. Fue llegar a la meta y llorar, iba con una amiga y nos emocionamos”.

Ana Oliva se define a sí misma como una persona “feliciana y positiva”, un carácter que tratará de trasladar a quienes le sigan desde la salida de Behobia, pero es consciente de su trabajo: “Hay que motivarles, pero también regularles. El primer consejo será regular, mantener un ritmo. La gente se emociona al principio y luego les ves andando en Gaintxurizketa”. Otro clásico es darlo todo desde el alto de Miracruz, pero esta liebre tratará de calmar a sus acompañantes porque “la bajada y la parte llana final se hacen largas”.

Su objetivo, en definitiva, será “disfrutar”: “Voy muy preparada y feliz de poder hacer de liebre. Ni nervios ni nada. Va a ser mi Behobia más lenta, pero la más bonita”.