El Tour de Francia representa el sol. La más brillante estrella. Da luz y quema. Alumbra y sombrea. Dolor y gloria. Alrededor de él gravita el ciclismo. El resto de carreras son satélites que flotan en los márgenes de la fuerza motora del universo ciclista. A partir de su extrarradio se ordena el resto. El Tour es al Alfa y Omega.

Por eso, el Tour atrae como lo hace un agujero negro, que todo lo fagocita. En ese ecosistema, que concentra el ser o no ser, ondea la bandera arcoíris de Tadej Pogacar, el ciclista de todos los colores, el rey de Francia, el emperador del ciclismo.

El esloveno mágico, el prodigio inalcanzable, anunció su calendario de carreras para el curso entrante desde la primera concentración del dominante UAE, el equipo que todo lo arrasa.

Pogacar es el epítome de esa idea grandilocuente, la de las victorias por aplastamiento. El esloveno apuntó al Tour sin disimulo. En 2026 buscará su quinta corona después de pasearse y conquistar entre tonadillas silbadas y pedaladas de condescendencia las pasadas dos ediciones, cuando convirtió a Jonas Vingegaard, bicampeón del Tour, en apenas un secundario de lujo. 

Su control, ascendente y dominio de la carrera le han convertido en un ente, en un ciclista inaccesible para el resto. El repunte de Pogacar en los dos últimos cursos, impulsado por la ciencia de Javier Sola, su preparador deportivo, han situado al esloveno es su propio planeta, ajeno al resto de lo mortales.

Pogacar, en la concentración de su equipo. Efe

Pogacar, a por la quinta corona

Junto a Pogacar, en el UAE han decidido que sea Isaac del Toro, al que el esloveno ha bendecido como su heredero, el que acuda a la carrera francesa como segunda opción y a modo de aprendizaje del mexicano, que tuvo el Giro en su manos, pero se le escurrió entre la tierra de la subida a la Finestre. Arena entre los dedos.

Joao Almeida centrará sus esfuerzos en la carrera italiana y en la Vuelta, una prueba sujeta para muchos al rendimiento obtenido en el Tour.

En el Visma, la apuesta inequívoca y única para el Tour es Jonas Vingegaard, campeón en 2022 y 2023. Segundo en 2021, 2024 y 2025, el danés tratará de acortar las distancias respecto al esloveno, una cuestión compleja después de los dos últimos duelos entre ambos. Queda por ver si Vingegaard es capaz de dañar a Pogacar.

El danés, campeón de la última Vuelta, duda si acudir al Giro para embolsarse la grande que le resta para cerrar el círculo virtuoso.

Aunque no es oficial su presencia en el Tour, parece del todo lógica porque en varias declaraciones ha comentado que tiene confianza en poder derrotar a Pogacar. El único escenario que se contempla en ese debate es la gran carrera francesa. 

Líderes en el Tour


Prelista

Tadej Pogacar (UAE)

Jonas Vingegaard (Visma)

Remco Evenepoel (Red Bull)

Juan Ayuso (Lidl)

Florian Lipowitz (Red Bull)

Mikel Landa (Soudal)

Mattias Skjelmose (Lidl)

Isaac del Toro (UAE)

El otro gran nombre que se ha alistado al Tour es Remco Evenepoel, recién incorporado al Red Bull. El belga será la gran estrella de la escuadra, pero no acudirá en solitario a combatir a Pogacar. La otra alterativa a Evenepoel es Florian Lipowitz, tercero en la pasada edición de la Grande Boucle.

Roglic elige la Vuelta

Al igual que sucedió con la dupla compuesta por Vingegaard y Roglic, que determinó la victoria en favor del danés en el Tour de 2022 aplicando una táctica que buscó, hasta encontrarlo, el error del esloveno, Evenepoel y Lipowitz cohabitarán al mando del equipo. Queda por determinar quién tendrá los galones y quién de los dos se supeditará.

En el Red Bull también sobresale la figura de Roglic. El esloveno, en cualquier caso, se enfocará en la Vuelta. Quiere su quinta victoria en la carrera española. Roglic, de 36 años, renuncia a estar en el Tour y en el Giro. 

En el Lidl-Trek deberán acomodarse los intereses de Mattias Skjelmose, el líder de las grandes vueltas, y los de Juan Ayuso, fichado como luminaria, para combatir en lo posible a Pogacar.

Después de su controvertida salida del UAE, cruce de comunicados mediante entre la jefatura de la estructura y el ciclista, el alicantino pretende demostrar su calidad ante sus antiguos compañeros.

Mikel Landa, al Tour

Acudirá al Tour con la intención de brillar en la planta noble. Ese es el mismo objetivo del noruego. Deberán empastar y fijar el rango de cada uno de ellos en el equipo para lanzarse con determinación sobre una carrera siempre exigente y demandante. En principio, será Ayuso el que asome con la escarapela de gobernante dentro del equipo.

La salida de Remco Evenepoel desde el Soudal al Red Bull, deja a Mikel Landa como el hombre que debería pujar por alcanzar relieve en el Tour. El escalador de Murgia, que sufrió en la pasada campaña debido a la dura caída que padeció en el Giro y que le dejó sin participación en la Grande Boucle, tratará de tener presencia en una carrera en la que siempre ha estado entre los mejores cuando ha participado. El murgiarra buscará un puesto honorable en la próxima edición de la carrera que todo lo agita. Pasión por el Tour.