Donostia - “Con el estilo de juego de hoy en día, el mano a mano es muy difícil para los zagueros. Ya no es como antes, que los delanteros remataban del uno y medio o del dos. Ahora lo hacen desde el cuadro cinco. Te rematan, te abren al ancho, te complican, te mueven... Es un territorio que parece reservado a los delanteros”. La reflexión corresponde a Rubén Beloki, uno de los tres últimos zagueros en subir al primer escalón del podio del Manomanista de la LEP.M. El burladés fue campeón en 2001, abriendo un trienio triunfal que completaron Abel Barriola (2002) y Patxi Ruiz (2003). Y después, la nada. Once ediciones consecutivas del mano a mano cuyas txapelas se las han repartido delanteros. Y serán doce con la actual, ya que Beñat Rezusta, el último zaguero que quedaba en liza en el torneo, cayó el domingo ante Irujo en los cuartos de final.

“Empieza a ser algo problemático”, analiza Beloki. Por ejemplo, porque los tres últimos zagueros que ganaron el mano a mano ya no volverán a hacerlo. El burladés, en la actualidad uno de los técnicos de la empresa Asegarce, porque se retiró en el año 2011. Abel Barriola, porque a sus 37 años (los cumplió ayer) ha renunciado a la competición a pesar de seguir en activo. Y Patxi Ruiz, porque una lesión en la espalda le obligó a cerrar su carrera profesional hace un par de cursos. “Esperemos que gente joven como Albisu, Zabaleta, que este año no ha jugado por culpa de una lesión, o el propio Rezusta lo sigan haciendo bien y lleguen más lejos en el futuro”, vaticina y desea Beloki, porque su reflexión no pretende ser exclusivamente negativa.

Cifras reveladoras Si el palmarés delata que hace 12 años que ningún zaguero consigue ganar el Manomanista, no es menos cierto que las cifras de participación y sus resultados en este inicio de siglo se convierten en todavía más reveladoras de que el mano a mano se ha convertido en un coto reservado para delanteros. Y es que, por citar un ejemplo, en nada se parece el porcentaje de participación de la presente edición del torneo (solo cinco de los 16 aspirantes al título eran zagueros, lo que supone un 31’25%) y el del año 2000 (16 de 24, es decir, un 66,6%). Ha disminuido la cantidad y la calidad, pero la esperanza es lo último que se pierde.