Fueron dos y pudieron ser tres. No es ningún tema baladí. Orri Óskarsson hizo acto de presentación después de muchos meses desaparecido por la lesión que sufrió al final del curso pasado y por no estar preparado para debutar en los dos anteriores amistosos y no tardó en ver puerta. Justo lo que la Real necesita que haga. Que se convierta en el 9 que se pasó buscando toda la pasada campaña mientras Oyarzabal tenía que hacer horas de guardia para cumplir en una posición en la que puede rendir perfectamente, pero que no es la ideal suya le pese a quien le pese en el club.

Lo comentó Jokin Aperribay en privado la víspera del choque, quizá el club no estuvo a la altura en uno de sus fuertes que es acoger con los brazos abiertos al que viene de fuera, en darle cariño y valor, y al final fue el propio equipo el que acabó pagando los platos rotos. Porque su déficit de dianas fue dantesca, con números de descenso.

Lo señaló Sergio, su prioridad máxima es el gol y la primera solución que ha hallado la tenía en la caseta de Zubieta. “Tengo muchísima confianza en Orri”, declaró en esa entrevista en la que, como no anunció refuerzos, muchos le acusaron de no decir nada. Pues menos mal. El islandés se lo agradeció con un doblete y dejando muy buenas sensaciones, con una asistencia a Kubo incluida. Sin duda que fue la mejor noticia de un duelo en el que los realistas pudieron y debieron sentenciar antes del descanso y en el que acabaron pidiendo la hora en unos preocupantes minutos finales en los que se volvió a marchar del partido cuando encajó un gol de falta.

El equipo, enchufado

La Real de Sergio se enchufó en el tercer encuentro de la pretemporada. No es que antes no quisiera, es que probablemente no podía. Primero porque ante el Pau fue más bien un entrenamiento y segundo porque frente al Nagasaki, no había tenido tiempo para aclimatarse al clima japonés y apenas había descansado después de un largo viaje y de las incomodidades del jet-lag. No se trata de una cuestión de empezar a buscar excusas, pero la realidad es que la es, por mucho que la tardanza de los fichajes esté sacando de quicio al sector más impaciente de la parroquia txuri-urdin.

El técnico había declarado en su comparecencia ante los enviados especiales que estaba muy satisfecho con su grupo de trabajo a la espera de perfilar las operaciones de entradas y salidas y este no le decepcionó cuando, un poco más rodado, compitió a buen nivel desde el primer minuto ante un débil Yokohama. El cuadro japonés demostró con creces por qué se encuentra en una situación tan delicada en plena crisis de derrotas.

Primeras pistas en el 'once' titular

La alineación de Sergio comenzó a dejar pistas y realidades. Gorrotxategi ya ejerce de sheriff del nuevo proyecto. El faro del juego txuri-urdin. Este viernes volvió a partir de inicio como pivote en un claro 4-3-3, con Rupérez y Sergio Gómez en los laterales, Aritz y Zubeldia en el centro, con el segundo de nuevo en la izquierda. En la medular, Mikel Rodríguez y Turrientes ejercieron de volantes, con Kubo, Óskarsson y Barrenetxea arriba.

Los dos jugadores del Sanse no tardaron en demostrar los motivos por los que fueron piezas básicas en su ascenso. Kubo dio la sensación de estar mucho más en forma de lo que pareció en Nagasaki y solo su falta de puntería le privó de ser profeta en su tierra. Y, esto sí que es verdaderamente reseñable y noticioso. Barrenetxea y Óskarsson están empeñados en desterrar viejos fantasmas y convertir el curso que arranca en el de su definitiva consagración. Si es que el donostiarra la necesita, porque su talento debería estar fuera de toda duda, aunque la falta de regularidad le haya privado de ser mucho más fiable.

Monólogo realista de comienzo

El primer tiempo fue un monólogo de una Real muy dinámica, agresiva y con mucho nivel en sus movimientos ofensivos. No fue solo que dominara con insultante superioridad, sino que atacó mucho y lo hizo en todo momento con mucho peligro. El goteo de ocasiones nítidas para anotar fue incesante desde el gol anulado a los dos minutos de juego en la primera intervención veraniega de Óskarsson por un fuera de juego muy dudoso. Una pena, porque la jugada entre Sergio Gómez y Barrenetxea había sido preciosa, con la asistencia definitiva del primero.

A los siete minutos, Zubeldia cabeceó al palo con todo a su favor y a un metro de la portería, en un buen aclarado fruto de la pizarra de José Rodríguez. Poco después, el extremo cabeceó un buen centro de Rupérez, pero detuvo el meta. Los japoneses dispusieron de una buena oportunidad en las botas de su mejor jugador, Salomon, pero remató fuera con su interior. Poco después tuvo que retirarse lesionado tras llevarse un golpe de Marrero, tras una precipitada salida que le pudo costar la expulsión si llega a haber VAR. 

Gran ambiente en el amistoso de la Real Sociedad en Yokohama

Gran ambiente en el amistoso de la Real Sociedad en Yokohama N.G.

Antes, a los 15 minutos, después de una buena combinación txuri-urdin, Barrenetxea dejó en el molde a su marcador para poner un buen centro que Óskarsson cabeceó casi a placer a la red. Importante diana del islandés, al que el club se ha dado cuenta que tiene que arroparle y darle mucha más importancia que el año pasado para que ofrezca su mejor versión. Al nórdico se le vio fresco y suelto, con buena pinta. El 9 es suyo de nuevo, a la segunda quiere confirmar las expectativas con las que aterrizó en Donostia hace un año. 

Kubo, que despertó los habituales gritos de admiración que tanto gustan a sus compatriotas, rozó el segundo en un flojo disparo tras una preciosa contra, en su habitual rosca que no encontró la escuadra y en un remate a bocajarro que salvó sin saber cómo el meta local. Aritz y Zubeldia salvaron los remates de Muroi y el azkoitiarra no logró atinar tras otro buen centro de Rupérez.

En el minuto 42, Kubo proyectó a un Gorrotxategi, al que no le cuesta incorporarse a posiciones avanzadas, y fue derribado por un defensa. La discusión por el lanzador del penalti que estuvo cerca de empezar a decidirse por el juego piedra, papel o tijera, lo zanjó el capitán Aritz: lo tira el 9. Y este, lo ejecutó con un chut fuerte y colocado. Doblete del islandés. Ni qué decir tiene la importancia de que comience a ver puerta con asiduidad. Goles ha marcado toda su vida.

Cambios en el descanso

En el descanso, Sergio cambió a todos sus jugadores de campo y solo mantuvo a Marrero. Además, volvió a variar de esquema para pasar al 4-4-2 con rombo. La Real siguió siendo muy superior, pero esta vez sin tanto brillo ni profundidad. Incluso el azpeitiarra se vio obligado a sacar una buena mano nada más reiniciarse el juego. Jon Martín, con un cabezazo al larguero, en una falta bien puesta por Brais, y Goti, con un disparo que rozó en un defensa y acabó sacando el arquero, dispusieron de las únicas opciones blanquiazules. 

En el minuto 85, el Yokohama hizo saltar por los aires el buen trabajo de la estrategia defensiva de los realistas al marcar Yamazaki tras adelantarse en el salto a Urko. A partir de ese momento, como sucedió en Nagasaki, la Real desapareció, empezó a perder balones con facilidad e incluso vio peligrar su victoria, aunque al final logró salvar su ventaja.

Al aeropuerto y a casa

Se acabó la gira asiática, que era una piedra en el camino para la preparación de una temporada para la que todavía hay muchas incertidumbres, sobre todo por la falta de refuerzos y la ausencia aún de los internacionales. De momento, este viernes no jugaron Beitia y Dani Díaz, que, a decir verdad, podían haber tenido unos minutos, y, ojo, se quedaron fuera Javi López, Odriozola, Carlos y Becker. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

La Real vuelve a casa y a partir del lunes sí que comenzará lo serio, tanto en el verde como en los despachos. El comienzo de la Liga ya no está tan lejos. Que conste en acta. Está mucho más cerca de lo que se encuentra Japón…