EL frontón Atano III de Donostia celebra hoy sus primeros 50 años de vida. Desde 1963 hasta la actualidad, la cancha donostiarra se ha convertido en un escenario legendario para pelotaris y pelotazales. No en vano, desde hace medio siglo ha sido el frontón que más veces ha acogido las finales de los campeonatos manomanistas de primera categoría y del torneo por parejas, las dos grandes modalidades históricas del mano a mano. Campeones como Hilario Azkarate, Atano X, Retegi I, Lajos, Gorostiza, Bengoetxea III, Julián Retegi, Joxean Tolosa, Galarza III, Arretxe, Rubén Beloki, Patxi Eugi, Barriola, Patxi Ruiz, Juan Martínez de Irujo, Aimar Olaizola u Oinatz Bengoetxea se coronaron en la cancha de la capital guipuzcoana.
Todos estos pelotaris, o allegados suyos, recibirán hoy un homenaje en las bodas de oro de la cancha donostiarra, que tendrán como plato fuerte el duelo entre las parejas Olaizola II-Albisu e Irujo-Zabaletaa.
de gros a anoeta El actual Atano III llevó el nombre de Anoeta hasta 1995, cuando tomó el nombre de uno de los mejores pelotaris de todos los tiempos.
La construcción del recinto actual quiso compensar la desaparición de otra cancha histórica en la capital guipuzcoana, el frontón de Gros, que fue el escenario de la primera edición oficial del Campeonato Manomanista en 1940. Precisamente, el vencedor de aquel torneo inaugural fue el azkoitiarra Mariano Juaristi, conocido como Atano III (1904-2001).
El antiguo edificio del barrio de Gros, inaugurado en 1938, apenas tenía capacidad para 670 espectadores, y fue derribado en 1961, cuando el nuevo frontón ya estaba concebido. El moderno recinto de Anoeta centró así las expectativas y las ilusiones de los pelotazales de la capital guipuzcoana, que esperaban poder seguir contando con un lugar capaz de albergar los mejores partidos. Y así fue.
Apenas dos años después de la demolición del frontón de Gros, la nueva cancha de Anoeta se inauguró un 17 de julio de 1963. Las obras se ejecutaron en tan solo siete meses y costaron unos 11,6 millones de pesetas. Luis Alustiza, "arquitecto prestigioso y pelotazale practicante" como le definen las crónicas periodísticas, fue el autor del proyecto.
En el momento de su apertura, el recinto donostiarra era el frontón corto con mayor capacidad de público, ya que disponía de dos mil asientos y de localidades de a pie que elevaban su aforo a más de 3.500 posibles espectadores. El graderío, sin embargo, no tardó en quedarse pequeño, ya que hubo más de 6.000 peticiones para acudir a la inauguración.
Al margen del propio frontón, el innovador marcador electrónico era uno de los elementos más destacados.
El primer partido de mano a mano lo disputaron Hilario Azkarate -el gran dominador de la especialidad en los años 60- y Atano X, que sucumbió por 22-14 ante el vizcaino. En el segundo partido, el primero por parejas, Paco y José Arriaran vencieron a García Ariño y Echave X por 22-17.
La primera final que acogió Anoeta no se hizo esperar. En 1964, unos meses después de su inauguración, Azkarate, consiguió su cuarta txapela del manomanista ante el también vizcaino García Ariño (22-14). Desde entonces hasta el comienzo de la década actual, la cancha donostiarra ha sido el escenario habitual para el desenlace del torneo. Solo el Astelena de Eibar en 1966, 1973 y 1990, el frontón de Bergara en 1969, y el Ogueta de Vitoria, en 1979 y 1994 interrumpieron su condición de sede para la final. En este período, además, el título se adjudicó en dos ocasiones sin que mediase un último partido.
Curiosamente, la cancha donostiarra no contempló la primera victoria de Retegi I en el Manomanista, que se produjo en Bergara en 1969 y que marcó el punto de partida de la hegemonía de los pelotaris navarros. Anoeta, sin embargo, sí acogió los once campeonatos conquistados en esta competición por el sobrino del anterior, Julián Retegi, el campeón con más txapelas en esta modalidad y el pelotari que está considerado, junto a Atano III, uno de los mejores manistas de todos los tiempos.
Anoeta también fue el frontón predilecto para dilucidar las finales del Campeonato por Parejas. Desde que el torneo se retomó en 1978, la cancha donostiarra adjudicó 24 títulos. Por el contrario, el torneo del Cuatro y Medio ha sido la competición de primera categoría que menos finales ha traído a Donostia, con seis únicos partidos desde 1989.
sin finales desde 2010 En los últimos años, el Atano III ha dejado de ser la sede favorita de las finales. Desde su inauguración en 2011, el frontón Bizkaia, con capacidad para 3.000 espectadores, ha sido el escenario más repetido para los principales eventos manistas. Así, la última vez que la capital guipuzcoana entregó un título fue en el último partido del Campeonato del Cuatro y Medio de 2010, en la que Irujo batió a Barriola por 22-17. Un año antes, en 2009, la cancha donostiarra había sido testigo de la victoria del delantero de Ibero ante Olaizola II en la final del Manomanista (22-12) y del triunfo del propio Irujo y de Goñi III frente al goizuetarra y Mendizabal II en el desenlace del Parejas (22-21).
Dos de los pelotaris presentes en estas últimas finales del Atano III, Olaizola II e Irujo, serán el principal atractivo en el estelar que los enfrentará esta noche, apoyados por Albisu y Zabaleta. A falta de las finales de las que no ha podido gozar en los últimos años, el frontón donostiarra sigue ofreciendo grandes partidos y continúa siendo una de las referencias de la pelota y un lugar de reunión insoslayable para los aficionados de Gipuzkoa.