pamplona. La Vuelta de 2012 ya tiene recorrido...
Yo creo que va en la tónica de los últimos años, pero con un puntito más de dureza, y con más finales en alto. El sistema que había encontrado la organización en las dos últimas ediciones consistía en apostar por esas llegadas nerviosas y con subidas de dos o tres kilómetros. Pero creo que en 2012 le han dado una vueltita más de rosca a todo esto. Hay más subidas y, sobre todo, algunas son más duras. Eso convierte la prueba en interesante, aunque no creo que los esprinters sean muy felices. Pero pienso que este sistema no da alicientes únicamente a los escaladores, porque esas llegadas en alto son muy diferentes entre ellas.
Sí que parece que beneficia a los escaladores que solo haya una contrarreloj, de 40 kilómetros y con un puerto en medio.
Hombre, 40 kilómetros son 40 kilómetros, ¿eh? Durante la presentación le hemos hecho un guiño a Joaquim (Rodríguez), diciendo que este tipo de contrarreloj le puede beneficiar, pero no deja de ser una crono dura. Esa cota de tercera hará que su pérdida de tiempo, y la de corredores de su perfil, sea menor. Habrá que ver... Sí que es cierto que igual esto les sabe a poco a los contrarrelojistas, con tantas llegadas en alto. Pero bueno, ellos tienen que tener en cuenta también que en muchas de esas llegadas no se dejarán más de diez o quince segundos.
Tras el regreso del año pasado, la Vuelta pasará otra vez por Euskadi. ¿Apuesta acertada?
Creo que sí. Es bueno. Con la afición que hay en Euskadi, y viendo cómo viven esos seguidores el ciclismo, siempre era una lástima no ir al País Vasco. Encima, con los recorridos atractivos que se pueden hacer... Sensacional. Si acaso, igual llega demasiado de sopetón, en las primeras etapas. Pero bueno, yo prefiero que la Vuelta pase por Euskadi pronto a que ese paso se deje para otro año. En cualquier caso, el recorrido de esta Vuelta es muy bonito, y entrar enseguida en Euskadi servirá para que la carrera empiece con el acelerador pisado hasta el fondo.
Este año toca llegada en Gipuzkoa, en Arrate...
Es una subida clásica, mítica. La han arreglado y ahora resulta menos dura que hace veinte o treinta años. Pero es un acierto terminar allí. Porque, sin ir a cambiar mucho la clasificación general, Arrate dará a la carrera ese puntito de dureza para que el aficionado se acerque a la carretera y acompañe ese esfuerzo del ciclista, que tendrá que ser máximo.
Alguna batallita suya en este puerto ya me contará, ¿no?
(Risas) En aficionados, iba escapado, y me di un guarrazo tremendo bajando Ixua. Ahí acabé, entre las zarzas... Al salir de allí, ya me empezaron a adelantar ciclistas. Aquellas pruebas las disputaba con muchísima motivación. Así que a Arrate, pese a aquella caída, lo recuerdo con mucho cariño. Era un sitio donde yo podía vibrar.
¿También en profesionales?
Claro. En mi último año, por ejemplo. Me tocó correr la Bicicleta Eibarresa, que subía siempre a Arrate. Para aquel entonces ya había algunos que iban mejor que yo... Arrate lo recuerdo, sobre todo, de mi época de aficionado, más que de mi etapa profesional. Corría en un equipo de Valladolid y los que entonces éramos chavales veníamos a Arrate con la sensación de acudir a un sitio mítico.
¿También lo es La Lastrilla, final de etapa en 2012?
(Risas) Ese es el pueblo de Segovia donde vivo. El perfil de esta etapa puede parecer sencillo, pero los últimos 25 kilómetros son un sube y baja constante. Es una etapa para zorretes.
Termino con algo de actualidad. El mercado de fichajes ha deparado un pelotón con equipos muy potentes y otros más justos. Hay dos grandes bloques, y luego está el resto. Casi como en la Liga española de fútbol...
Sí, y me da pena, porque hay más ciclismo aparte del Tour, la Vuelta y un par de carreras más...
No, no. Me refería a BMC y RadioShack Nissan-Trek.
Ah, vale. Yo te he entendido que me preguntabas por qué solo las grandes carreras acaparan atención. Es así, ¿eh? Yo pienso que hay otras pruebas que necesitarían un poco más de atención por parte de los medios. Pero bueno, es lo que hay. La crisis económica también hace que la gente ajuste gastos y se centre solo en las pruebas más importantes.
¿Y lo de los equipos?
Bueno, yo a eso no le doy tanta importancia, porque luego es la carretera la que pone a cada uno en su sitio. Ves la plantilla del BMC o del RadioShack y dices: "Joder, qué bloque". Pero a lo mejor tienen un bloque estupendo y les falta un artista con la varita mágica, como puede ser Alberto Contador. Esos equipos hay veces que luego, durante la temporada, tampoco responden a ese interés inicial creado. ¿Te acuerdas del US Postal o el Discovery Channel de Lance Armstrong? Aquello sí que era un bloque. Yo, desde entonces, no he visto nada parecido.
Así que la guardia que se ha formado alrededor de los Schleck...
Pues igual me equivoco, pero yo no veo ahí lo que había en aquel equipo de Armstrong. Como se suele decir, hay mucho gallo en el mismo corral, y se forman muchas luchas internas.
Pues ya veremos si se equivoca o no...
Eso es. Yo ahí voy a seguir en Teledeporte comentando las carreras, al pie del cañón.