Madrid. El kazajo Alexander Vinokourov (Astana) se adjudicó la tercera etapa de la Vuelta a Romandía, disputada ayer entre las ciudades de Thierrens y Neuchatel, mientras que el ruso Pavel Brutt (Katusha), ganador de la jornada inaugural, conservó la camiseta de líder aunque tendrá que hacerlo muy bien para mantenerla en la contrarreloj de 20 kilómetros prevista para hoy.
La escapada del día, formada por el lituano Ignatas Konovalovas, el danés Chris Sorensen, el bielorruso Alexander Kuchynski y el francés Jerome Cousin, llegó a tener cuatro minutos de ventaja sobre el pelotón, pero el trabajo de Katusha y Astana echó abajo esa fuga y todas las posteriores, una de ellas protagonizada por Amets Txurruka a una veintena de kilómetros para la conclusión de la jornada y otra por Chris Sorensen que se quedó cerca de cuajar.
En el último kilómetro, Tony Martin trató de sorprender con un ataque lejano, pero no lo logró y el más fuerte fue Vinokourov. El kazajo se llevó a su rueda al francés Michael Clerel, del AG2R, que quedó segundo y se quejó amargamente al considerar que Vino le había estorbado en los últimos metros, empujándolo a la valla publicitaria. Los jueces, sin embargo, no vieron nada ilegal en la acción del jefe de filas de Astana, que sumó así su segundo éxito de la campaña tras el logrado en la tercera etapa de la Vuelta al País Vasco.
Pavel Brutt, por su parte, mantuvo el maillot de líder, aunque Vinokourov le arañó diez segundos gracias a la bonificación y está a solo 32. El kazajo será una de las grandes amenazas del ruso en la contrarreloj de 20 kilómetros junto con Damiano Cunego, a 38 segundos, y sobre todo Cadel Evans, a 42. Además, Gorka Verdugo, quinto a 46, y Beñat Intxausti, séptimo a 51, tratarán de hacer una buena crono para subir al podio.