Donostia. Huérfana, sin la gloria suprema del Tour en 25 años, en junio, en la Dauphiné, la antesala de la ronda gala, asoma Romain Sicard en los Alpes, acaba segundo en la etapa y tiembla Francia: ruge el orgullo patrio. Llega el relevo, dicen unos, peregrinos, las plantas de los pies en carne viva de tanto errar, desde el 85. Es como el tejón, valiente y combativo, dibujan más allá las viejas pupilas melancólicas. Tiene que ir al Tour ya, reclaman los entusiastas. E Hinault, el tejón, el último campeón superlativo francés, que anda por allí, de podio en podio como si siguiese corriendo, lo escucha todo, las loas al hasparnearra, la inquietud por entronizarle, lo que le recuerda cuántas promesas malogró la exaltación, las prisas, y sentencia: "Para mí es mejor que Sicard esté en el Euskaltel antes que en un equipo francés". Sicard toma nota de lo que suena a herejía. Vuelve a abrir los oídos antes de sentarse a hablar con Euskaltel-Euskadi, tras el Tour, de su renovación. Toca la puerta de otra leyenda, de Laurent Jalabert, seleccionador francés con el que ganó el título Mundial Sub"23 en Mendrisio, el ciclista al que admiró, junto a Indurain, desde el sofá de su casa de Hasparne, pidiéndole consejo y la voz del de Mazamet se acopla a la de Hinault. Le dice que no se lo piense, que está bien donde está.

En agosto, cuando Miguel Madariaga e Igor González de Galdeano le ofrecen dos años, no lo duda. Hoy, en Derio, firmará por cuatro temporadas.

Es el contrato más extenso en los 16 años de historia del equipo naranja, más que el que vinculó a Iban Mayo hasta 2006 después de su luminoso 2003 y que hizo prometer a Miguel Madariaga que jamás volvería a realizar una operación tan longeva. Sicard, 22 años, campeón del mundo sub"23 en Mendrisio, ganador del Tour del Porvenir, humilde, paciente, noble y obediente, le ha hecho cambiar de opinión. Principalmente porque si los augurios se cumplen, si como dice Hinault ese buen corredor evoluciona sin premura, sin cargar con la pesadísima losa de salvar a la Francia ciclista del ostracismo, y se consagra, lucha alguna vez por el Tour, por ser Hinault, Euskaltel-Euskadi no sólo tendrá en sus filas a un ciclista esplendoroso, orgullo vasco, sino que contará con la llave que le abra las puertas del Tour.

Piensan en la cúpula del conjunto vasco que si el hasparnearra se convierte en el mejor ciclista francés, algo nada quimérico, y el mejor ciclista francés corre en Euskaltel-Euskadi, poco o nada importará la licencia Pro Tour, la clasificación UCI -ahora es 14º, con margen suficiente sobre el 17º puesto que actualmente concede el viaje directo al Tour- o cualquier baremo futuro. "Porque la invitación para el Tour la tendremos siempre asegurada", teorizan desde el equipo que con Sicard y la mediación de Thierry Elissalde -el primer ciclista de Iparralde que corrió en el Equipo Euskadi, el único hasta la llegada del hasparnearra quince años después, y ojeador privilegiado ahora desde el Aviron Bayonnais- ha vuelto a lanzar sus redes más allá del océano del ciclismo de Hegoalde.

Cazaux responde hoy En esa tendencia se enmarca el interés de Euskaltel por Pierre Cazaux, 26 años, nacido en Behe Nafarroa, debutante en profesionales en 2008 con el Roubaix-Lille Metropole de Cyrille Guimard. Al ciclista, que acaba este año contrato con la Française de Jeux, Igor González de Galdeano y Madariaga le hicieron una oferta para las dos próximas temporadas al finalizar la pasada Vuelta a España y el corredor, tras un pequeño periodo de reflexión, responderá hoy a los responsables del conjunto vasco.

Si finalmente acepta la oferta, Cazaux será, posiblemente, la última incorporación de Euskaltel-Euskadi de cara a la próxima campaña después de asegurarse el presente con las renovaciones de Samuel y Antón, y el futuro con Sicard, Nieve, Izagirre, Castroviejo -los dos últimos con contrato hasta 2011- y los talentosos Mikel Landa y Ion Izagirre.