Madrid – La superficie quemada en la peor ola de incendios registrada en el Estado español hasta la fecha multiplica ya por diez las hectáreas quemadas en 2024. Los últimos datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) elevan a 411.315 las hectáreas quemadas en lo que va de año.

Al menos 252 incendios forestales se han registrados en amplias zonas de España este año, particularmente en el norte y oeste. Con estos datos estimativos, se pone en evidencia que la superficie arrasada por el fuego en 2025 supera ampliamente a las 42.615 hectáreas calcinadas en 2024, con 219 incendios, con un incremento de los denominados Grandes Incendios Forestales (GIF), que son aquellos que superan las 500 hectáreas quemadas por siniestro.

El territorio quemado este año también es mayor que la superficie que ardió en 2023 (91.220 hectáreas en 371 incendios) y excede ampliamente las cifras registradas en 2022, hasta ahora considerado el peor año en cuanto a superficie quemada: 306.555 hectáreas en 493 incendios.

Riesgo extremo

Los equipos de extinción continuaban ayer luchando para combatir los 14 incendios graves que aún permanecían activos en Castilla y León, Galicia y Asturias, en una jornada en la que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) alertó del peligro “muy alto o extremo” que persiste en zonas del norte y este peninsular.

La directora general de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones, apuntó que el riesgo sigue siendo extremo con “reproducciones” de focos que están dando “muchos problemas”. “El nivel de peligro de incendios no bajará de extremo en estas últimas zonas hasta el jueves o viernes,” indicó Barcones.

Castilla y León inició la tercera semana de incendios forestales con diez fuegos en índice de gravedad potencial 2, el nivel máximo, dos de ellos declarados el domingo con gran virulencia y que obligaron a desalojar once localidades, lo que eleva a doce las evacuadas, con más de 700 afectados.

Las reactivaciones ante el aumento de las temperaturas, con la consecuente bajada de la humedad, y el viento que sigue siendo persistente en algunas zonas, con cambios de dirección, han marcado las últimas horas en la lucha contra el fuego en Castilla y León, reavivando por ejemplo el incendio de Fasgar. Los otros fuegos que siguen siendo graves son los de La Baña e Igüeña, además de los surgidos el pasado fin de semana: Garaño y Molinaseca –con evolución favorable–. Por otro lado, la Junta de Castilla y León ha bajado de nivel 2 a nivel 1 los fuegos de Anllares del Sil, Llamas de Cabrera, Barniedo de la Reina y Gestoso, en León, y el de Cardaño de Arriba en Palencia.

EN CORTO

Más infartos por la contaminación

Estudio. Un equipo de investigadores de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) ha descubierto que la exposición a la contaminación del aire está relacionada con el aumento del número de infartos, así como un incremento de la mortalidad por esta causa. Un estudio muestra cómo el riesgo de muerte aumenta un 14% tras ingresar en el hospital por un infarto, todo ello tras analizar datos de contaminación atmosférica, temperatura y humedad obtenidos de las bases de datos del Ministerio para la Transición Ecológica, y de la información sobre ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio y mortalidad hospitalaria del Ministerio de Sanidad.

Galicia, por su parte, tenía ayer tres incendios forestales activos, todos en la provincia de Ourense, donde el domingo surgió un nuevo fuego en el municipio de Avión y presentaba evolución favorable el de Chandrexa de Queixa, con solo un foco activo.

También estaba activo el incendio de Carballeda de Valdeorras, parroquia de Casaio, que entró desde Porto de Sanabria (Zamora). El fuego de Larouco, el más grande de la historia de Galicia con 30.000 hectáreas arrasadas, permanece estabilizado desde el sábado. La ola de incendios que empezó el 8 de agosto en Galicia ha arrasado ya casi 92.000 hectáreas, según datos de Medio Rural.

Mientras, la evolución de los tres incendios que había activos en el suroccidente de Asturias sigue siendo favorable ya que el de Degaña, el que más ha preocupado durante estos días, quedó estabilizado, mientas que el de Genestoso estaba ya controlado, algo que esperaba lograrse también a lo largo del día en el de Somiedo. Desde que se declaró el primer incendio el 13 de agosto y hasta el sábado 23, la superficie afectada en Asturias superaba las 5.500 hectáreas. – NTM/Efe