El reencuentro con figuras emblemáticas de la música siempre despierta interés, ya que su legado permanece arraigado en nuestra memoria colectiva. Y, sin duda, uno de los grandes nombres en esa memoria, por lo menos para los más veteranos, es el de los Beach Boys que, coincidiendo prácticamente con el reciente fallecimiento del que fuera su principal compositor, Brian Wilson, han recalado por primera vez en el Jazzaldia.
Los grandes éxitos
El grupo que definió el sonido de la costa californiana en los años 60 se presentó con una amplia banda de diez músicos dispuesta a repasar la lista de canciones más exitosa de la banda. Un auditorio casi lleno (la entrada costaba 80 euros) acogió con entusiasmo desde el principio a esta banda en la que, lógicamente, destacaba la presencia de los octogenarios Mike Love (84 años), único miembro original, y Bruce Johnston (83 años), miembro del grupo desde el año 1965.
Una pantalla en la que pudimos ver imágenes de la época dorada de la banda y fragmentos de películas o series como los Simpson, en las que, o bien se hacía referencia al grupo o se escuchaban sus canciones, abrió el concierto y sirvió a partir de ahí para ilustrar la larga lista de temas que interpretaron. Larga, pero de corta duración, ya que muchas de ellas no pasaban de los dos minutos.
Voz justita
Comenzaron con Do it Again y enseguida nos dimos cuenta que Mike Love tiene a estas alturas una voz muy justita, que no está a la altura de lo que requieren esas canciones, algo lógico, por otro lado, debido a su edad.
Menos mal que al menos media docena de los acompañantes también hacían sus trabajos vocales en mayor o menor medida. La hora y media larga fue vertiginosa, sin apenas pausas. Sonaron una detrás de otra Catch a wave, con las correspondientes olas de surf de tipo vintage en las pantallas; Don’t back down, con sus exigentes armonías vocales; Rockway beach de los Ramones e introduciendo al actor John Stamos, para alegría de buena parte del público, y con ayuda de este a través de las luces de los teléfonos móviles una sonrojante Surfer girl.
Para Cotton fields, el protagonismo recayó en uno de los dos baterías, Jon Bolton, con su más que peculiar estilo. You´re so Good to mi requirió de nuevo un esfuerzo vocal que en este caso sí lograron.
También recordaron a las Ronettes en I can hear music. Las canciones se sucedían rápidamente con temas como Darlin, In my room y Don´t worry baby. Con Little deuce coupe abrieron la sección dedicada a los coches, por supuesto con imágenes de coches y camiones de los 60 ilustrando los temas. 409 Shut down o Honda pertenecen a este apartado.
Grandes éxitos
Llegó luego el momento para uno de los grandes éxitos de la banda, I get around. El público, en pie, encantado. Y como no podía ser de otra manera, llegó el momento de recordar a Brian Wilson, fallecido el pasado mes de junio, fundador del grupo y autor de sus mejores canciones. Un vídeo con imágenes suyas de distintas épocas le recordó y emocionó a la asistencia con su recuerdo. El grupo abandonó el escenario para continuar tras el homenaje con God only knows, California Girls o una muy digna Then I kissed her. También recordaron a Mamas & The Papas con California Dreamin, que tuvo una estupenda reacción del público.
Uno de los mejores momentos llegó con esa maravilla que es Sloop John B, que incluyeron en el disco Pet Sounds. Solo por eso ya mereció el concierto. También del mismo disco interpretaron Wouldn´t it be nice.
Paraíso temporal
Entrar en el mundo de los Beach Boys es prácticamente acercarse a un paraíso, temporal eso sí, un mundo de color, de camisas floreadas. de buen rollo, de olas de surf, de coches, de música evocadora, de éxito, en definitiva. Es una burbuja en la que necesitamos introducirnos de vez en cuando y disfrutar.
La banda siguió con pequeñas píldoras de pop optimista como Help me Rhonda y Do you wanna dance?. Como era de esperar, Good Vibrations, esa canción tan distinta al resto de su repertorio, convirtió el Kursaal en una gran celebración donde te aislabas de la cruda realidad y te sentías feliz por un tiempo. Hermosa canción. “Barbara Ann” dio la oportunidad de que algunos espectadores subieran al escenario a acompañar al grupo.
Público entregado
Se fueron con una versión del clásico del rock and roll Summertime blues, de Eddie Cochcran, y Fun fun fun. El público, que no necesitaba de grandes exigencias para divertirse, se entretuvo y despidió encantado a esa banda que, lógicamente, no está en su mejor momento, pero sigue viviendo de lo que fue, hace mucho.