Federico García Lorca ha vuelto a la vida gracias a la Quincena Musical y a la Compañía de Flamenco de Úrsula López. De hecho, la agrupación, que ha desarrollado su espectáculo este martes en el Victoria Eugenia, ha retomado la última obra que el poeta y dramaturgo dejó inconclusa, Comedia sin título, al ser asesinado por el franquismo. No es la primera vez que el decano de los festivales de música clásica del Estado insufla vida al alma de Lorca. Ya lo hizo hace dos años con El maleficio de la mariposa, precisamente, de la mano de Úrsula López, cuando era directora de la Compañía de Danza de Andalucía.

López ha presentado Comedia sin título unas horas antes del pase para el público, acompañada por el máximo responsable de la Quincena, Patrick Alfaya, y ha explicado que esta obra fue estrenada hace unos meses en el Festival de Jerez y ahora ha dado el salto a Donostia, para recrear el universo de Lorca desde un arte que la propia dictadura, tal y como ha recordado Alfaya, utilizó como herramienta propagandística. En este sentido, el director ha explicado que durante varios años, hace mucho, el flamenco tuvo un peso constante en la Quincena pero, paulatinamente, su presencia fue desapareciendo hasta representarse de forma “esporádica”.

“Arcángeles, vestidos de faralaes ascienden a los cielos”. Esa fue la única frase que el autor de Poeta en Nueva York dejó escrita en el último acto de su Comedia sin título. Partiendo de este concepto, el espectáculo de López comienza con el asesinato de Lorca en 1936 y hace un viaje hasta los años de la Transición, repasando la obra del literato, “evocada desde la danza y el baile que el flamenco convoca”. Si bien en la primera obra se puso el foco sobre las mujeres, en esta ocasión, han destacado el papel del hombre en la Edad de Oro del flamenco. “Lorca era un territorio hostil”, ha comentado la directora, que ha explicado que muchos artistas de este género, influidos por el granadino, tuvieron que desarrollar el arte bordeando las fronteras que levantó el franquismo. Pese a todos los obstáculos, destacó lo fértil que fue el flamenco en aquellos años y lo “libres” que fueron las coreografías resultantes. “No tenían tabúes a la hora de crear”, ha asegurado.

Dividida en tres actos

Comedia sin título ha arrancado con coreografías de Vicente Escudero y Antonio Ruiz Soler, dos creadores que desde vertientes diferentes asentaron las bases que, aún hoy, permanecen. A partir de allí, la obra repasa pasos de baile de artistas, tanto clásicos como contemporáneos. López, además de encargarse de la dirección artística y coreográfica, ha participado en el proceso de investigación junto a Pedro G. Romero, que fue el comisario de 1516-2016. Tratados de paz, una de las exposiciones principales que acogió San Telmo durante el año de la Capitalidad Europea de la Cultura. “Se hicieron muchas piezas sobre la obra de Federico y creo que hemos hecho una selección muy bonita”, ha comentado la directora.

También ha habido lugar para “los momentos de pureza” como la Soleá de El Güito, Farruco con Los Bolencos o Camelamos Naquerar/Ay, jondo, de Mario Maya, con el que se ha cerrado el programa del Victoria Eugenia.

Revisitar el flamenco

Comedia sin título ha supuesto una revisitación de lo que ha dado la historia de este género desde la danza y el cante, claro, y también desde el teatro social y la experimentación. Un cuerpo de siete bailarines ha estado acompañado por dos cantaores y por una sección musical de guitarra, saxofón y percusión.