Ari Rasilainen dirigirá a Euskadiko Orkestra en su próximo programa de conciertos, con el chelista Alban Gerhardt como solista. El director finlandés sustituye a Lina González-Granados, que ha tenido que cancelar su participación a última hora por enfermedad.
El nuevo programa propone un repertorio variado con la obra sinfónica contemporánea This Midnight Hour de Anna Clyne, el Concierto para violonchelo de Lalo a manos de Alban Gerhardt, y la Séptima de Dvorak.
Los conciertos tendrán lugar este miércoles y jueves en el Auditorio Kursaal de Donostia, el viernes en el Palacio Euskalduna de Bilbao, el lunes 13 en el Teatro Principal de Vitoria, y el martes 14 en el Auditorio Baluarte de Pamplona. Todos los conciertos tendrán lugar a las 19.30 horas.
'This Midnight Hour'
La música sinfónica de Anna Clyne, una de las compositoras británicas más relevantes de la actualidad, sonará por primera vez en Euskadi de manos del finlandés Ari Rasilainen, en sustitución de Lina González-Granados, que ha cancelado su participación a última hora por enfermedad. En This Midnight Hour, Clyne se inspira en poemas de Juan Ramón Jiménez y Charles Baudelaire.
Desde Euskadiko Orkestra han explicado que se trata de un raro caso de obra sinfónica contemporánea que logra alcanzar un gran éxito internacional. Nació de un encargo de la Orchestre National d'Île-de-France, que la estrenó el 13 de noviembre de 2015, y desde entonces se ha programado en medio mundo y por orquestas tan importantes como la Filarmónica de Los Ángeles o la BBC Philharmonic. Solo durante este mes de mayo, será interpretada hasta 13 veces por orquestas estadounidenses y europeas, entre ellas Euskadiko Orkestra.
Violonchelista alemán
Por otra parte, regresa a los escenarios vascos Alban Gerhardt, tras su última colaboración con Euskadiko Orkestra en 2016. Esta vez, el violonchelista alemán, uno de los intérpretes de este instrumento más reconocidos del presente, abordará el Concierto para violonchelo de Édouard Lalo.
Los conciertos culminarán con la Sinfonía nº7 de Antonín Dvorak. Una partitura que, "aunque mantiene el sabor folclórico que es seña de identidad del autor bohemio, es también la más tensa y dramática de su ciclo sinfónico".