“La gente espera algo único y es lo que vamos a ofrecer”. Las palabras del director de Euskadiko Orkestra, Robert Treviño, antes de iniciarse el concierto fueron, más que un deseo, la confianza en el trabajo de un equipo. Así, el Bolero de Ravel y el arpa de Xavier De Maistre cumplieron este jueves las expectativas de la sala Grosses Fesspielhaus con un aforo completo de 2.200 personas. Por algo Salzburgo es la cuna de la música clásica, un distintivo que impregna a toda la ciudadanía austriaca. Calificar de éxito el segundo concierto en Salzburgo no hace justicia a las emociones que compartieron público, director, solista y orquesta. Magia. Carmen hizo que la sala empatizara con Bizet y el Bolero puso el broche de oro.

Tomas Heissebauer, director artístico y manager de la prestigiosa sala de conciertos, confesaba que “la gente tiene curiosidad por descubrir la autenticidad de Euskadiko Orkestra”. Se reflejó en una asistencia que cubrió el aforo al completo. Un tercio procedentes de la propia ciudad, un tercio de la región y el tercio restante de Alemania y países cercanos. Llegaban en autobuses a las puertas de la emblemática sala de conciertos. Las primeras críticas recogidas por el diario de Linz donde ofrecieron el primer concierto de esta gira por Austria han sido buenas lo que ya es un importante golpe de ánimo.

Casi 6.000 espectadores habrán escuchado y también conocido a los músicos de esta gran orquesta vasca. Heissebaur hacía un guiño a la orquesta y les deseaba “que ganen por goleada”, en referencia al último partido disputado en la ciudad en el que el equipo austriaco perdió contra la Real, “ahora sí queremos que los vascos ganen”. Así fue. Hoy repetirán repertorio y pondrán fin a una gira por Austria que consolida el carácter universal de Euskadiko Orkestra.

Oriol Roch, director general, compartió la satisfacción de un público entregado y un Treviño pleno. “El programa que hemos traído es denso y potente. Querían un repertorio ambicioso e internacional”. Reconocía Roch que “no es fácil meterse en los circuitos de programación de las agendas europeas y para ello es necesario tener tarjetas de visitas. Forma parte del trabajo que estamos desarrollando”.

El interés de que Euskadiko Orkestra trabaje en su internacionalización es, para su director general, “una manera de poner en valor la apuesta cultural de Euskadi. De la misma manera que nos gusta que vengan orquestas internacionales al País Vasco y que disfruten con ello, tiene un camino de vuelta. Euskadiko Orkestra recibe muchas peticiones que no siempre podemos atender”. Roch defiende su misión social y su objetivo de vertebrar país gracias a la aportación cultural. Su exigencia hace que cada vez pida más calidad, pero su valoración es muy positiva.

Andoni Iturbe, viceconsejero de Cultura del Gobierno Vasco, que se ha desplazado a Salzburgo, confesó sentirse emocionado. “Es un gran orgullo ver cómo un público tan acostumbrado a los conciertos valora nuestra orquesta y nuestros músicos vascos como Ravel y Guridi”. Así se lo transmitió a los músicos de la orquesta antes del concierto. “Me siento muy orgulloso de ser vasco y de que representéis Euskadi”.

Tras los camerinos Detrás del éxito, los camerinos de la orquesta vasca reflejan los momentos que los músicos viven en una gira. Hasta Austria se han desplazado el centenar de artistas y sus instrumentos, hijos inseparables que se han trasladado con todo tipo de cuidados primero hasta Linz y luego a Salzburgo. Un tráiler de 4.200 kilos con climatización ha mimado violines, violas, trompetas, percusión, castañuelas, flautas... para reunirse con sus compañeros de trabajo.

“La mayoría son de madera por lo que deben de transportarse con una temperatura adecuada y evitar los vaivenes”, señalaban desde la organización. Entre los componentes del grupo la orquesta es una ONU donde conviven músicos y músicas de diferente origen. Euskadi, Polonia, España, Canadá, Estambul, China, Nueva Zelanda y Argentina unidos en Euskadiko Orkestra. A pesar de estar en una plaza de mucho respeto, en los veinte minutos de descanso comparten camerino y confiesan que “no hay nervios, pero sí mucha concentración”.

Igor Arostegi, de Tolosa e Irene Rodríguez, de Galicia, jóvenes percusionistas, junto Xabi Peña, también de Tolosa, preparaban platillos, castañuelas, triángulo.. Bernabé García Morente, también joven trompetista de Granada, toma el pulso al viento. Una representación de la cuerda comenta la acogida del público. “Es otro reto, pero ha ido bien”, dice la violinista de Iruñea. Quedan cinco minutos para que el concierto se reanude y sorprende la tranquilidad de los músicos sumado a su amabilidad a la hora de abrirnos su trastienda. Hoy viernes podrán completar su visita antes del último concierto que pone fin a esta gira. Y el sábado vuelta a casa. Oriol Roch se muestra satisfecho, “vertebramos país”.