Con motivo de sus 30 años de andadura, la editorial Alberdania ha decidido iniciar una nueva colección con la que proyectar y dar voz a las nuevas generaciones de escritores. Bajo el título de Nuevas voces de la narrativa vasca, el objetivo es publicar entre seis y ocho títulos anuales de autores jóvenes que “tienen mucho que decir”. La primera selección ha sido presentada este martes en Donostia y cuenta con seis títulos, cuatro novelas y dos libros de relatos, entre los que están cinco publicaciones traducidas del euskera.

“Son seis autores jóvenes con un conocimiento de la escritura fuera de lo común”, ha asegurado Jorge Giménez Bech, responsable de la editorial, sobre una selección que busca “recoger los activos en euskera para ofrecerlos al panorama castellano”. “Parece diseñado que sean seis libros y cinco estén escritos por mujeres y cinco también sean traducidos, pero ha sido casual”, ha apuntado sobre las obras de Amaia Telleria, Goizane Aizpurua, Goiatz Labandibar, Leyre Arrue, Beñat Sarasola e Irati Goikoetxea.

De estas, únicamente una es de publicación original, aunque la colección está abierta tanto a nuevos trabajos como a traducciones. “La cifra cambiará dependiendo del año y de los manuscritos que nos lleguen”, ha apuntado, al tiempo que ha destacado lo heterogéneo de esta primera selección, en la que destacan dos títulos muy bien acogidos en su versión original en euskera: En manos del viento y Nada que declarar.

En 2021, Amaia Telleria (Idiazabal, 1993) fue galardonada con el premio Euskadi de Plata del Gremio de Libreros de Gipuzkoa por su primera novela, Haize-lekuak. Ahora, la misma editorial publica su versión en castellano, En manos del viento, traducida por Gerardo Markuleta. “No era fácil, porque el uso del euskera y el castellano en la versión original es muy importante. La protagonista, Mikela, es presa de un idioma que no conoce, por lo que era todo un reto para la traducción”, ha señalado la autora sobre una novela que narra las vivencias de una niña que debe dejar atrás su caserío para ser criada en Alsasua en plena Guerra Civil. “Es una historia que nace de la juventud de mi abuela, de las historias que me contaba. Elegí las que más me interesaban y las llevé a la ficción”, ha añadido, asegurando que ha tratado de plasmar las mismas costumbres y el musmo lenguaje de aquellas generaciones.

Beñat Sarasola (Donostia, 1984), por su parte, publicó en 2019 su ópera prima Deklaratzekorik ez, con una gran acogida de público. Aunque el propio autor no ha podido asistir a la presentación de la versión del texto en castellano, Nada que declarar, Aritz Galarraga, de la editorial, ha explicado que se trata de “una oda a la mejor ficción” a través de los ojos de un bibliotecario donostiarra desencantado con la realidad social y política de Euskadi. “Con un tono descarnado, irónico y sarcástico por momentos, toca varios temas para entendernos como sociedad”, ha asegurado.

Novelas y libros de relatos

La tercera novela traducida incluida en la colección corre a cargo de Irati Goikoetxea (Beasain, 1984), autora de Herriak ez du barkatuko, ahora traducida como El pueblo no perdonará. “Es un libro que nace de la necesidad de hablar de las víctimas del terrorismo”, ha explicado sobre un texto que protagoniza la hija de un padre asesinado por ETA. “Es una mirada al pasado y al futuro, pero, sobre todo, al presente. Es un libro duro que busca poner en valor la belleza de la vida”, ha argumentado la autora, que se ha mostrado agradecida por haber contado con las labores de traducción de Fernando Rey.

El relato de la tristeza, de Goizane Aizpurua (Deba, 1984), es la versión en castellano de Izarak, editado hace cuatro años. “Se estructura en tres personajes, una joven pareja y una amiga íntima, que regresan de unas vacaciones”, ha relatado Galarraga, ya que la autora tampoco ha podido estar presente. “Es una primera novela que no lo parece, que tiene mucho oficio detrás”, han agregado, al tiempo que han señalado que el libro “habla de la construcción de la identidad”.

Por último, la colección incluye dos libros de relatos: uno original y otro traducido. Leyre Arrue (Donostia, 1983) es licenciada en Bioquímica, pero hace unos años decidió abandonar ese mundo para regresar a la escritura. “Según avancé, ví que había cosas, páginas ficcionadas, y decidí darle forma de libro”, ha indicado sobre El regreso de Saturno, “un libro improvisado” que habla a través de diferentes pasajes de “aquellas cosas que hacemos solo por el hecho de que hay que hacerlas”.

Goiatz Labandibar (Oiartzun, 1985), por su parte, se ha encargado de traducir 21 narraciones escritas por ella misma en Comadres. “Son relatos que no van sobre la maternidad, sino sobre las madres”, ha apuntado la escritora, señalando que en muchas ocasiones las madres deben de lidiar con una etiqueta que les impide ser otras personas. “Se les pone como la bondad absoluta, pero son imperfectas como todos los humanos”, ha añadido sobre un trabajo que ha sido todo un desafío al tener que dejar atrás el euskera, su lenguaje creativo.