Aunque la inauguración oficial no será hasta el próximo 25 de octubre, la cuarta edición de la Bienal Internacional de Arquitectura Mugak, que se celebrará hasta el 24 de noviembre bajo el lema Reconstruir, rehabitar, repensar, calienta motores con la apertura del pabellón 'Lost Forest' mañana en Sagüés.

‘Reconstruir, rehabitar, repensar’. ¿Por qué han elegido este título?

Vivimos tiempos convulsos, de crisis ecológica, sanitaria, económica, social…Tiempos de gran capacidad destructiva, en los que urge repensar cómo habitamos el mundo y cómo sobreviviremos en él en un futuro próximo. De hecho, el título de esta edición está inspirado en la conferencia que el filósofo y pensador alemán Martin Heidegger ofreció en 1951, en el marco de un congreso internacional para la reconstrucción de una Europa devastada por la guerra. Bajo el título Construir, habitar, pensar, Heidegger reconoció que los seres humanos habíamos perdido la capacidad de habitar el mundo y que solo volviendo a ser capaces de habitar podríamos construir. 

Durante las próximas semanas la Bienal ofrecerá una oportunidad para reflexionar sobre el papel de la arquitectura en el contexto actual. ¿Cómo debería ser la arquitectura?

La Bienal supone una oportunidad para conocer nuevas formas de entender la arquitectura. Me refiero a una arquitectura que se diseña conjuntamente con sus habitantes, atendiendo a las especificidades y a la identidad del lugar en el que se sitúa; que entiende que su construcción afecta al territorio y a las personas; que, siendo atrevida en su diseño, es capaz de reducir el consumo de materiales y utilizar de forma sostenible los recursos disponibles; que protege, cuida y que entreteje relaciones. Una arquitectura que, según el arquitecto y comisario Hasim Sharkis, alude a la necesidad de escuchar y dar respuesta a los problemas, en lugar de imponer criterios desde una vanguardia que da la espalda a los problemas del mundo. En definitiva, una arquitectura que habite el cambio.

“Tenemos grandes retos que necesitan de soluciones urgentes y transformadoras, y la arquitectura puede ser una gran aliada”

¿La arquitectura, tal y como la hemos conocido, no tiene cabida?

Debemos de reconocer que la arquitectura y la construcción tienen un gran impacto contaminante y destructivo en el planeta. El 40% de los gases de efecto invernadero provienen de actividades ligadas a la construcción y a la arquitectura. Por no hablar de los productos químicos que se utilizan en la construcción y el diseño de materiales del hogar. A pesar de ello, y aunque la arquitectura haya sido causante de muchos de los problemas medioambientales, económicos y sociales, es también parte de la solución a los mismos. Tiene una gran capacidad para mejorar la calidad de vida de las personas y puede ser una actividad regenerativa si se actúa con conciencia y cuidado. En definitiva, puede ser una gran aliada para estos tiempos de grandes retos que necesitan de soluciones urgentes, imaginativas y transformadoras.

¿Qué va a suponer esta nueva edición de la Bienal para Donostia?

Es ya la cuarta edición que Mugak despliega parte de su programación en Donostia y convierte a la ciudad, y también a Euskadi, en lugar de referencia internacional donde se habla y se debate sobre el futuro de la arquitectura, además de su impacto social, cultural, económico y medioambiental. Es una oportunidad para acercar esta disciplina al público general y para volver a trasladar el mensaje de que la arquitectura debe recuperar su función social. 

Hablemos del pabellón ‘Lost Forest’ del TAC! Festival de Arquitectura Urbana, que abrirá sus puertas mañana en Sagüés.

Se trata de una construcción de una gran singularidad, potencia y simbolismo. Diseñado por el equipo de arquitectos madrileños Julia Ruiz-Cabello Subiela y Santiago del Águila, Lost Forest pretende poner el foco en la problemática de los incendios forestales que azotan anualmente la península. Construido a base de troncos quemados en incendios, ha supuesto un gran reto para el equipo que lo ha llevado a cabo, y también una oportunidad para experimentar con el diseño y con nuevos sistemas constructivos, poniendo en valor la utilización de este material noble y sostenible, analizando las posibilidades constructivas que ofrece y alargando su vida útil. Y es que apenas existe una industria que trabaje en el aprovechamiento de la madera quemada. En cuanto a las actividades previstas, mañana se inaugurará una exposición sobre los 24 proyectos que se recibieron para construir el pabellón de Sagüés, y también acogerá conferencias, como la que ofrecerá el día 17 Mónica Parrilla, de Greenpeace, sobre grandes incendios forestales. 

El pabellón ‘Lost Forest’, construido a base de madera quemada, abrirá mañana sus puertas en Sagüés. N.G.

No será el único pabellón que podamos visitar en Donostia. 

El próximo 7 de noviembre se abrirá, de la mano de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV/EHU, un segundo pabellón, Argi, que se ubicará en Alderdi Eder, y que acogerá conferencias y talleres. 

“Construido a base de troncos quemados, el pabellón de Sagüés es una construcción de una gran singularidad, potencia y simbolismo”

‘Lost Forest’ es un pabellón efímero. Como arquitecta, ¿considera la arquitectura efímera un lujo? 

La arquitectura efímera existe desde hace mucho tiempo. Incluso podríamos decir que supuso el inicio de la propia arquitectura cuando los humanos éramos nómadas. Hay un campo de trabajo muy interesante sobre esta forma de hacer arquitectura. Además de dar refugio temporal en circunstancias excepcionales, ofrece otras posibilidades como la de testar diseños innovadores. 

¿Qué se le debe pedir a una construcción efímera?

Que innove; que esté diseñada para facilitar su montaje y desmontaje; que tenga en cuenta criterios sociales, económicos y medioambientales; que utilice materiales sostenibles; que sirva para activar el pensamiento; que sea un lugar de encuentro; que mejore temporalmente el lugar donde se sitúa; que contemple la posibilidad de reutilización…

¿Qué queda cuando desaparece lo físico?

La arquitectura se hace desde el encuentro entre las distintas personas que participan de ella; los y las arquitectas, las constructoras, los investigadores, las administraciones y la ciudadanía deben relacionarse para construir mejores arquitecturas. Estas experiencias de relación se quedan con nosotras. De esto mismo se hablará en la Bienal, de lo que supone la arquitectura más allá del edificio.

El pabellón ‘Lost Forest’, construido a base de madera quemada, abrirá mañana sus puertas en Sagüés. N.G.