Ha costado más de la cuenta, pero de todo lo malo se saca algo positivo y si la pandemia obligó a retrasar dos años la presencia de Simple Minds en el Jazzaldia, esta llegará finalmente en plena celebración. La banda británica celebrará sus 40 años en la música abriendo hoy (21.30 horas) la 57ª edición del Festival de Jazz de Donostia en el escenario recuperado de la playa de la Zurriola, toda una declaración de lo que está por venir este año. Con más de 60 millones de discos vendidos en su historia y con una carrera difícilmente clasificable en un único género, la veterana formación repasará su vida, adelantará algo de su próximo disco y recordará esas raíces celtas que nunca han querido dejar de lado.

David Bowie y su The Jean Genie dieron origen a Simple Minds. La banda surgida en Glasgow tomó su nombre de la célebre canción del músico inglés y más de cuatro décadas después ha demostrado adaptarse y evolucionar más allá de lo simple. Así lo tratará de demostrar en Donostia, aunque en realidad la efeméride del nacimiento no se corresponda. Realmente, la banda debía celebrar sus 40 años de andadura en 2019, año en el que presentaron el disco recopilatorio 40: The Best of 1979-2019, pero todos sabemos lo que vino después.

No importa. Jim Kerr y los suyos han esperado a estar hasta tres veces confirmados –también se intentó que vinieran el pasado año– para poder tocar. Es por ello que, la gira inicialmente prevista como un simple homenaje a toda su trayectoria, ha crecido y servirá también como adelanto de su decimoctavo álbum, Direction of the Heart, que saldrá en octubre. Eso no quiere decir que su concierto en Donostia no sea una fiesta de hits, porque, a buen seguro, no faltará ninguno de sus grandes éxitos. Lo único que queda por ver es qué formato traerán, ya que siendo el único artista programado sobre el escenario para la jornada podrían llevar a cabo la versión extendida de su gira tocando más de una veintena de temas.

Sea así o, por contra, apuesten por la versión más corta del show, lo que es evidente es que no faltarán los viejos temas que les auparon a la cima del pop-rock ochentero gracias a discos como Once Upon a Time y, sobre todo, la canción que crearon para la banda sonora del filme El club de los cinco, Don’t You (Forget About Me). Será, por tanto, tiempo de desempolvar vinilos y actualizar listas de reproducción recuperando sus Mandala Day, Alive and Kicking y Belfast Child.

Aunque el paso del tiempo fue frenando su escalada, cada uno de estos éxitos compitió de tú a tú con la otra banda irlandesa de cabecera en los 80 y 90, U2. Sin embargo, la trayectoria de Simple Minds no puede ser comparada con la de la banda de Bono. La suya es mucho más atrevida y excéntrica, capaz de pasar del post punk primitivo y los sonidos más experimentales de sus inicios a la new wave noventera, el pop, las baladas románticas y hasta la electrónica.

Esta evolución es para su líder, Jim Kerr, el mayor motivo de gozo de estos 40 años. “Una de las cosas de las que estoy más orgulloso es que la gente me pregunta: ¿De qué Simple Minds estás hablando? ¿Del vanguardista, del art-rock, del pop, del ambient, del instrumental, del político, del folk, del que actúa en estadios?. Hemos hecho un viaje grandioso. Tocar todos esos estilos diferentes, pero al mismo tiempo ser esencialmente Simple Minds es algo asombroso”, apuntó, en su momento, durante la presentación de la gira.

Conexión irlandesa

Por mucho que en este tiempo haya habido muchos Simple Minds, las raíces celtas del grupo nunca han desaparecido. Incluso a pesar de que Kerr, escocés de orígenes irlandeses, y el guitarrista Charlie Burchill –ambos forman el núcleo central del grupo, siendo los únicos miembros desde el inicio– viven desde hace un tiempo en Sicilia. Su ascendencia no solo ha impregnado buena parte de su repertorio, sino que ha definido su estética, hasta el punto de que el anillo de Claddagh, un símbolo celta del amor, se ha convertido en su emblema personal.

Esta conexión ha ligado históricamente muy bien con el público vasco, aunque su paso por Euskal Herria no se haya prodigado tanto como cabría esperar. La actuación en el Jazzaldia, por lo tanto, será una excelente oportunidad para recuperar a una de las bandas que más estadios han llenado en todo el mundo y que dará inicio a la fiesta de la música en Donostia tras dos años de silencio.