legó el momento, la prueba de fuego. El primer evento cultural masivo en términos de nueva normalidad del verano, el Jazzaldia, arrancará hoy con una previa en el Espacio Frigo del paseo de la Zurriola, a cargo de Randy Greer Trío, formación que estrenará el formato de terraza de bar pensada para los escenarios gratuitos de la 55ª edición. Por delante quedan cinco días con 47 actuaciones más repartidas en siete escenarios de la capital. El Jazzaldia -y su público- se enfrentan a un año extraño, marcado por el COVID-19 y en el que la organización, por obvios motivos de seguridad, ha prescindido de iconos como el Escenario Verde de la playa de la Zurriola, que en el concierto inaugural iba a acoger a la banda escocesa Simple Minds.
Tampoco han podido venir -algunos, repetir- artistas como John Zorn, Cécile McLorin Salvant, Kurt Elling, Abdullah Ibrahim, Hiromi, Kenny Barron o Dave Holland, entre otros exponentes del género previstos por la organización para este año. No obstante, demostrando una enorme resiliencia, la organización ha pergeñado una edición que en forma no deja de ser similar a otros años, si bien nos encontramos ante un festival a escala más pequeña en el que, inevitablemente, se subraya aún más la presencia del talento local; una línea de trabajo, por otro lado, siempre presente en el Jazzaldia de una u otra manera.
Además de los protocolos sanitarios y técnicos pertinentes -mascarillas que solo se podrán quitar para beber o comer, por ejemplo-, el decano de los festivales de jazz del Estado ha tenido que abordar un aforo menor al habitual. Entre los siete escenarios se suman 2.800 localidades; lo que significa que en torno a un máximo de 14.000 personas podrán disfrutar de la programación de este año. Aún quedan entradas y oportunidad para la mayoría de espectáculos, si bien es cierto que los tiques para los encuentros principales del sábado, el concierto que Silvia Pérez Cruz y Marcos Mezquida en el Kursaal, y la doble cita en la plaza de la Trinidad con Mariza Nunes y Carles Benavent, se han agotado.
Con 950 localidades disponibles por concierto, el auditorio del Kursaal es el espacio que más gente podrá congregar. El Jazzaldia ha programado para este espacio a varios repetidores. El jueves será el turno de dos pianistas que conocen muy bien este festival y que han sido galardonados con el premio honorífico del festival: Chano Domínguez e Iñaki Salvador -el donostiarra es uno de los músicos más recurrentes del Jazzaldia-.
No son los últimos que repiten, la ya citada Pérez Cruz ofreció el concierto de clausura en la Trini el pasado año. En esta ocasión vendrá con Marco Mezquida al piano -presentarán MA, un disco en directo grabado en Japón-, que, como algunos artistas en esta edición, actuará más de una vez. Por ejemplo, el domingo en la Trini con su propuesta Beethoven Collage, una serie de arreglos -amplios en cuanto a estilos- sobre composiciones del alemán con motivo del 250 aniversario de su nacimiento, y también el jueves en el Victoria Eugenia, en este caso con temas originales y con la compañía de Juan Gómez Chicuelo a la guitarra y Paco de Mode a la percusión.
Otro de los que vuelve después de haber sido vitoreado en la Trini en 2018 es el portugués Salvador Sobral, que saltó a la fama por ganar Eurovisión un año antes. El lusitano viene con un proyecto denominado Alma Nuestra centrado en el bolero.
De entre esos artistas que actuarán más de una vez se encuentra el citado Domínguez, que tocará mañana en el segundo turno de la Trinidad -con un aforo para 650 personas por espectáculo-, en este caso en formato trío, después de que Javier Colina, Antonio Serrano, Josemi Carmonay Borja Barrueta abran el espacio con la presentación de su proyecto Veinte Veinte.
El jueves, esta catedral del jazz, ofrecerá un doble programa con sabor de la tierra. No en vano, la jornada se iniciará con Oreka TX, veterana iniciativa que lleva la txalaparta a nuevos universos, que presentará Koklea, su último trabajo instrumental. Al conjunto liderado por Harkaitz Martínez de San Vicente e Igor Otxoa le seguirá otro ganador del premio Donostia Jazzaldia, el baionarra Michel Portal, que actuará en formato quinteto.
Frank Zappa en la Parte Vieja, a ritmo de jazz. Esa es la propuesta que traerá el saxo alto valenciano Perico Sambeathasta la plaza de la Trinidad, un concierto que abrirá boca al que vendrá después. El bajista Carles Benavent, el batería Tino di Giraldo y el saxofonista Jorge Pardo -Iñaki Salvador también actuará con este otro ganador del galardón honorífico, el sábado en el Victoria Eugenia-, presentarán Flamenco Leaks, un disco editado en 2019 y que viene a conmemorar la publicación de las dos décadas de El directo de Sevilla.
El escenario se clausurará con la actuación de Rymden. Llegará a Donostia para presentar su segundo trabajo Spacesailors, lleno de tintes psicodélicos, punk y progresivos.
Con 450 butacas disponibles para cada actuación, el Victoria Eugenia será el tercer espacio en dimensiones. Su programación se iniciará mañana a mediodía con un homenaje a Charlie Parker, a cargo de Perico Sambeat, que dirigirá a un conjunto que reproducirá el mítico concierto que Parker ofreció en el Massey Hall de Toronto en 1953. La tarde, por otra parte, será para la voz de la portuguesa Lina y para Raül Refree y su revisión del mundo del fado.
La violonchelista Anja Lechner y el pianista François Couturier actuarán el jueves, mientras que otro pianista, Joachim Kühn lo hará en solitario el domingo. Este mismo día, el beratarra Joseba Irazoki, bien rodeado de amigos, será el encargado de bajar el telón del Victoria Eugenia.
El carácter intimista y de recogimiento de San Telmo -120 localidades- es perfecto para las tres propuestas pianísticas que ha programado el Jazzaldia. Antes de actuar esa misma noche dentro del nuevo quinteto de Michel Portal en la plaza de la Trinidad, el serbio Bojan Z inaugurará este espacio el jueves a la mañana, abriendo un escenario por el que luego pasarán talentos locales bien reconocidos: Paul San Martín el viernes y Mikel Azpiroz el sábado.
