El sonido de la claqueta, marcando el inicio de cada grabación alteró ayer la tranquilidad que reina habitualmente en la barriada de Ipiñaburu, en Zeanuri. Concretamente, en la explanada ubicada justo enfrente del caserío Ipiñazar. Allí, el aclamado director de cine Alejandro Amenábar rodó algunas de las escenas que darán vida a su último trabajo, el largometraje Mientras dure la guerra.
Camiones, cámaras, focos y sobre todo, mucho movimiento. Unas 70 personas se desplazaron ayer desde Madrid para rodar en Zeanuri, lo que despertó el interés de vecinas y vecinos, que a cuentagotas pero durante toda la tarde, se acercaron hasta Ipiñazar para “cotillear un poco”, admitía una zeanuritarra. La sombra que ofrecían dos hermosos robles, se convirtió en escenario de lujo para esta película, que pasará casi de puntillas por Euskadi. Y es que el del jueves fue el único día en el que Amenábar grabará en el territorio, según fuentes cercanas del rodaje. En este sentido, el desembarco del equipo humano y técnico que está haciendo posible la grabación revolucionó la pequeña carretera que parte desde el centro de Zeanuri hacia Ipiñaburu.
Por Zeanuri, aunque a cierta distancia, con la intención de mantener la máxima discreción posible, pudo verse al director Alejandro Amenábar o al protagonista de su cinta, Karra Elejalde, que está acompañado en el reparto por Eduard Fernández, Santi Prego, Nathalie Poza, Patricia López, Luis Zahera, Luis Bermejo, Inma Cuevas, Mireia Rey, Tito Valverde, Ainhoa Santamaría o Itziar Aizpuru , entre otros.
El proyecto se encuentra en sus últimos días de rodaje, y el equipo trabajó a destajo para poder grabar las tomas que quería el maestro. Las mismas fuentes concretaron: “Hemos llegado por la mañana a Zeanuri y nos vamos por la noche”. El tiempo es caprichoso y más en las faldas del Gorbea, por lo que de un sol de justicia, se pasó en poco rato a la tormenta, lo que obligó a detener el rodaje. Aunque hay días en los que suelen “estar más personas grabando”, el ir y venir del equipo dejó asombrado a más de uno, que se agolpaba en la carretera a ver si podía ver algo.
No concretaron el porqué de la elección de ese paraje tan bello. Sin embargo, puede que los dos hermosos robles ubicados de cara al Gorbea tengan algo, o mucho que ver. Allí, a la vera de los frondosos y verdes árboles se desarrolló la práctica totalidad de la acción durante el rodaje. “¿Será esa alguna de las escenas claves dentro del ambiental?”, “¿Qué estarán grabando?”, se preguntaban algunos de los allí presentes, a lo que una persona, sin confirmación oficial, respondió; “parece ser que cuenta un sueño de Unamuno”.
Un poco más arriba, en el caserío Ipiñazar, los integrantes de la familia Goikuria, propietarios de la vivienda, se convirtieron ayer en espectadores de lujo. Pudieron ver de cerca a los y las protagonistas. Y es que algunas de las estancias del caserío fueron utilizadas por el equipo a modo de sala de vestuario o maquillaje. Andoni Goikuria destacó: “Nos ha sorprendido mucho todo lo que mueve este rodaje”.
El zeanuritarra, acompañado de su familia, disfrutó mucho con los invitados de lujo con los que contaron los alrededores de su casa. “Nos ha parecido muy curioso y estamos aprovechando para sacarnos alguna foto”, comentaban. Según la familia, hace unos dos meses vinieron a ver el sitio y nos comentaron que querían grabar aquí”.
La película narra los últimos meses de la vida del escritor y filósofo Miguel de Unamuno. En ella se cuenta desde el apoyo público de Unamuno a la sublevación militar, lo que lleva a su destitución como rector de la Universidad de Salamanca. Posteriormente, los acontecimientos y el encarcelamiento de varios de sus amigos harán que él mismo se replantee su postura, llegando a arrepentirse. Al trasladarse Franco a Salamanca, y ser nombrado jefe del Estado de la Zona Nacional, el propio Unamuno acudirá a su palacio para hacerle una petición...
Ipiñazar. La localización escogida por el equipo de localizaciones de la película está junto al caserío Ipiñazar, en la barriada de Ipiñaburu.
Los robles. Sin duda fueron protagonistas aunque no quisieran. La acción principal de lo rodado ayer en Zeanuri fueron dos robles que miran hacia el Gorbea y que con el aura creado con el rodaje, parecían dotar al lugar de un aire mágico, de película.
70
Bajo la dirección del director de cine Alejandro Amenábar, alrededor de 70 personas estuvieron ayer rodando en Zeanuri, ayudantes de producción, actores y actrices.