donostia - Iñaki Biggi ha publicado su tercera novela. En este caso, la enmarca dentro de las incursiones vikingas al sur de la Península Ibérica. Cuando los hombres de un clan son capturados en un intento de tomar Sevilla, las mujeres de la aldea deciden contratar a unos mercenarios, aprender a luchar y viajar de norte a sur para intentar rescatarlos.

Es su tercera novela histórica. ¿Se siente cómodo en el género?

-Cuando basas una trama en la historia, en hechos que ocurrieron, le otorgas mayor realidad. Algo que pudo haber sido y no fue. También me gusta mucho la ciencia ficción, pero es otro campo, el de las cosas que quizá algún día lleguen a ser. La novela histórica, sin embargo, son cosas que podrían haber pasado. En Valkirias la expedición que hacen las protagonistas no ocurrió, pero podía haberlo hecho. Intento ambientarlo de tal forma que le dé una credibilidad y el que lo lea diga Me interesa lo que está contando y voy a indagar un poco más en lo que sucedió. Ese es mi objetivo.

Es autodidacta.

-Cuando aprendíamos Historia en el colegio lo hacíamos de una manera muy aburrida. No atraía a nadie. Lo que intento conseguir es acercarme a esa historia y ver que uno u otro personaje también se equivoca. Yo me aficioné así, a base de leer novelas históricas con temas que en un principio me podían llamar la atención, pero tampoco para tanto, y al final vas indagando y descubres cosas nuevas. Cuando investigas sobre una cosa se te acaban abriendo cincuenta frentes.

¿Por qué escribir sobre vikingos?

-No sabría decirte, pero desde pequeño me han fascinado. Creo que hoy en día no se les conoce.

Se lo pregunto porque es cierto que últimamente han proliferado las novelas con esta temática. También está ahí la serie de televisión ‘Vikings’ de ‘History Channel’ que cuenta la historia de Ragnar Lodbrok y sus descendientes.

-He de decir que esta novela lleva escrita años. Pero cuando la escribí, hace unos ocho años, no suscitó la atención necesaria. Pasado el tiempo, precisamente, gracias a Vikings ha atraído más el interés y gracias a eso he publicado. ¿Es algo que está de moda? Las modas llegan y pasan.

Si bien no trata directamente sobre ello, la novela se contextualiza en las incursiones de los hijos de Ragnar Lodbrok hasta el Mediterráneo, en el año 859.

-La novela es mayoritariamente ficción. Hubo varias incursiones al sur de España. La primera en 844 y la segunda en 859. Lo que ocurrió a partir de este año es que los vikingos llegaron a Sevilla y se encontraron una ciudad preparada, no como la primera vez, para hacerles frente. Fue una masacre. Mataron a infinidad de hombres y también hicieron prisioneros. La novela arranca ahí. Los hombres de un clan son hechos prisioneros y se solicita un rescate por ellos. Las mujeres de su aldea son conscientes de que no es posible pagar el rescate y contratan una expedición. de mercenarios que les enseñen a pelear y a un maestro constructor que les enseñe a hacer un barco. Lo que he buscado es mediante una aventura plausible, no real, contar un poco sus costumbres, sus deidades y cómo se construían los barcos, que eran el no va más en ingeniería. He querido mostrar una sociedad que, aunque parezca mentira, ha tenido mucha influencia en las posteriores.

¿Por ejemplo?

-Siempre pensamos en los romanos y en los griegos, pero la cultura vikinga ha dejado mucho poso. En construcción de barcos consiguieron unas velocidades que hasta entonces no se habían logrado. Inventaron la quilla plana, que permitía a los barcos entrar en ríos con solo un metro de profundidad. En el sistema feudal de entonces, con grandes extensiones de tierra, se dieron cuenta de que un solo rey no podía proteger a todos sus vasallos, porque los vikingos no atacaban para invadir y quedarse. Venían a robar y se iban. Como consecuencia cambió la mentalidad política de aquellos tiempos y se pasó del rey único a la proliferación de señores feudales.

¿Cómo se ha documentado?

-Gracias al Koldo Mitxelena y a una pequeña biblioteca que he ido conformando para desarrollar este proyecto. He de decir que sobre los vikingos no hay demasiado. Fueron dos años de trabajo. El primero para documentarme y el segundo para escribirlo. No me dedico a esto, escribo en el tiempo libre que dispongo para ello. Mis novelas no tienen relación entre ellas.

En su novela, da protagonismo a las mujeres. ¿Era habitual que las mujeres vikingas marchasen a combatir?

-No está claro. En la serie Vikings se dice que sí, pero en ningún sitio pone que sí o que no. La lógica dice que no. ¿Por qué? Los vikingos eran agricultores, ganaderos y comerciantes. Durante el invierno no podían salir de su tierra, porque no había comunicación. Durante el verano rapiñaban y volvían. En ese tiempo, alguien se tenía que quedar en las aldeas. ¿Quién se quedaba? Las mujeres, los ancianos y los niños. Tenían que cuidar el poblado y prepararlo para el invierno. He de decir que es más una novela de aventuras que una novela histórica.

¿Qué le atrajo de las invasiones vikingas a la Península Ibérica?

-La sorpresa, como a muchos. Si pones en Google “vikingos en Sevilla” hoy en día salen 1.000 entradas. Pero hace años cuando fui a Sevilla para intentar buscar información o libros que yo no tuviera, no encontré. Lo que sí encontré fue un gran desconocimiento. Eso es lo que me impactó. Cuando oyes hablar sobre vikingos te imaginas batallas en Inglaterra, pero en Sevilla choca.

También estuvieron en el País Vasco. Los hijos de Ragnar Lodbrok a la vuelta de aquella expedición secuestraron al rey de Navarra, García Íñiguez.

-Efectivamente. En aquellos tiempos estamos hablando de los territorios de Al-Ándalus. Me motivó recrear una lucha de árabes contra vikingos, porque se trataba de dos culturas muy fuertes.

¿Por qué considera que no hay muchas fuentes documentales?

-Hay muy poco escrito porque ellos no lo hicieron. Los que lo escribieron estaban condicionados. Un error muy común es pensar que los vikingos eran hijos del diablo. No eran ni mejores ni peores que otros. ¿Qué pasaba? Que los vikingos cometieron un error, digámoslo así, para su fama. A ellos les daba igual robarte a ti, que robar a un cura. En aquellos tiempos la Iglesia era la única que tenía escribientes y, por lo tanto, todo venía de esta fuente. Claro, si los vikingos hubiesen dejado en paz a los curas, quizá la historia no los hubiese retratado como los retrata. Lo que escribieron los propios vikingos es muy poco y difícil de leer y, por otro lado, está lo que escribió la Iglesia. ¿Dónde está la verdad? Falta documentación que no aparecerá nunca.

Durante el proceso de investigación, ¿ha habido alguna cosa que le ha sorprendido?

-Me gusta mucho la idea que tenían los vikingos sobre los dioses. Su religión era politeísta y cuando conquistaban una tierra aceptaban los siguientes. Por ejemplo, en su ataque a Sevilla, hubo un grupo que fue capturado y al que se le ofreció convertirse al Islam, y así lo hicieron. Sus deidades, como Thor y Odín, son muy poderosas. Yo siempre he sido admirador de las novelas de El Señor de los Anillos y hay muchos personajes que se basan en la mitología escandinava.