Los tiempos gloriosos de Atxabalpe, inaugurado a mediados de los años 80, forman parte de la memoria deportiva de Arrasate. En 2007, el campo de fútbol del barrio de Garagartza cerraba sus puertas para ceder el testigo a las instalaciones de hierba artificial de Mojategi, en Musakola. Así, quedó en desuso durante siete años, hasta que en 2014 el balón volvió a rodar de la mano del Eibar, que alquiló el equipamiento al Ayuntamiento para sus entrenamientos. Pero el club armero va a empezar la pretemporada en su nueva ciudad deportiva de Areitio y Atxabalpe se ha vuelto a quedar 'huérfano' a la espera de encontrarle una nueva utilidad.

“Desde que terminó la temporada, el Eibar ha dejado de entrenar en junio en Atxabalpe, poniendo fin a once años de actividad”, ha comunicado este viernes el Gobierno municipal en una nota, en la que también anuncia que se está trabajando en “distintas opciones” para dotar de nuevos usos a la instalación. Hasta el momento se han realizado dos propuestas a Arrasate Rugby Taldea y al Mondragón Club de Fútbol, antiguos usuarios de Atxabalpe. Sin embargo, como señala el edil de Deportes, Mikel San Miguel, ambas entidades han rechazado la oferta “al tener su actividad centralizada en Mojategi”. Ante este escenario, San Miguel advierte de que atender “un espacio que en estos momentos no va a tener un uso concreto es costoso”, y que, por tanto, si no se identifica una nueva función, “no se prevén tareas de mantenimiento”.

No se prevén, por ahora, nuevas inversiones

Entrando más en detalle, el Consistorio explica que mantener el equipamiento implica un “coste económico elevado”, y cita, entre los gastos más relevantes: el cuidado de la hierba natural, los servicios de limpieza, la adaptación de las gradas a la normativa de seguridad o la puesta en marcha de sistemas de vigilancia. “Debido a la limitación de recursos económicos, hasta que se defina un uso para el recinto, no se contemplan nuevas inversiones”, insiste San Miguel. 

Un gasto de en torno a 60.000 euros anuales por el mantenimiento

Para calcular el desembolso que traerían consigo todas estas actuaciones, el Ayuntamiento ha hecho varias estimaciones, entre las que destacan: la adquisición de maquinaria de siega, valorada en 28.000 euros; el corte del césped dos veces por semana (siguiendo el ejemplo del Eibar), con un coste aproximado de 34.000 euros; y los consumos de agua y electricidad, que suman 12.000 euros cada uno, sin incluir la potencia eléctrica.  

“Estas previsiones corresponden a un presupuesto general que requiere un análisis más profundo, que puede incrementar el coste final. Además, en estas cifras no se incluyen otros gastos como la limpieza de las instalaciones o los seguros correspondientes”, matizan los responsables municipales.

El elevado coste de mantenimiento ha llevado a posponer cualquier actuación hasta que se concrete un nuevo uso

El primer acuerdo se firmó en julio de 2014

El acuerdo entre el club armero y el Consistorio arrasatearra se remonta a diciembre de 2014, cuando el Eibar, ascendido a Primera División, comenzó a utilizar Atxabalpe en virtud de un convenio firmado en julio de ese año entre el alcalde Inazio Azkarragaurizar (Bildu) y el entonces directivo del club Germán Albistegi. Según el acuerdo, el Ayuntamiento le cedía a la Sociedad Deportiva Eibar el uso exclusivo del campo y del edificio de vestuarios a cambio de 600 euros mensuales, asumiendo el Eibar la adecuación del terreno de juego y los costes de mantenimiento y limpieza. Las instalaciones de Ipurua y Unbe no eran suficientes, y el club armero necesitaba un campo propio para entrenar entre semana.

Un año después, en diciembre de 2015, ya bajo la alcaldía de la jeltzale María Ubarretxena, se reinauguró el antiguo anexo de Atxabalpe como segundo campo de entrenamiento. La renta subió a 1.200 euros al mes.

De 600 euros de alquiler al mes, a 14.000 euros

En 2018 se revisaron los términos del arrendamiento, aplicándole a las instalaciones –con el primer acuerdo estaban en precario– un nuevo coeficiente de valoración urbanística que elevó el alquiler mensual a 5.450 euros (65. 400 euros al año) hasta octubre de 2021. Desde entonces, y hasta su reciente salida, el club pagaba 14.000 euros al mes por el uso del complejo municipal. No hay que olvidar, que la puesta a punto de las instalaciones en estos años ha corrido a cargo de las arcas de la SD Eibar.

Hoy, Atxabalpe vuelve a lucir vacío. Las altas temperaturas han quemado la hierba, que no ha sido regada desde que cesó la actividad en el terreno de juego hace unas semanas. Su aspecto empieza a recordar al abandono que presentaba antes de cobrar vida hace once años. Por ahora, el futuro del equipamiento es una incógnita.