Cuando aún no era la bestia del rock and roll en la que se transformaría después, Little Richard entró a grabar a los estudios RCA sin despertar mucho entusiasmo en sus responsables. “Este tipo no vale para nada”, dijeron de él al principio. Hasta que en un descanso interpretó al piano una composición propia que hizo dar un respingo a los técnicos: en cuanto cantó “¡A Bam Bam Boo Loo Ba Balam Bam Boo!”, supieron que estaban ante algo fuera de lo común. “¡La música del diablo acababa de aterrizar!”, exclamaron mientras asistían al nacimiento de un clásico: Tutti Frutti.

Casi seis décadas después, “el grito de guerra más famoso de la historia de la música” ha servido para bautizar un personalísimo proyecto con forma de exposición y libro a cargo de la ilustradora Saioa Burutaran (Donostia, 1986) y del “escritor ocasional” Javier Polo (Madrid, 1980). Hasta el 7 de enero, Garoa Kultur Lab acoge una muestra con todos los dibujos incluidos en A Bam Bam Boo Loo Ba, tercera referencia de la joven editorial donostiarra Expediciones Polares. Publicado en colaboración con el festival Dock of the Bay, este compendio de “curiosidades ilustradas” de la historia del rock and roll se acerca a estilos como el glam, el R&B, el soul, la psicodelia, el jazz o el folk.

DIBUJOS Y AnÉCDOTAS Saioa y Javier han trabajado codo con codo. Él se encargó de la documentación y según iba recabando anécdotas, Saioa plasmaba las mejores en forma de dibujo mientras los vinilos no dejaban de girar en el plato. “Nos gusta mucho poner discos de jazz o country cuando estamos en casa: Chet Baker, Neil Young, Miles Davis, Gram Parsons, Waylon Jennings... Escuchábamos música de los artistas del libro para ver si, por casualidad, nos inspiraban algunas historias, y bueno, algo nos ayudó”, explica Saioa, que atiende al sobrenombre artístico de Susi Quiu.

Profesora de dibujo y diseñadora gráfica, la joven donostiarra ha realizado todos sus dibujos a mano, con gouache y lápiz, “sin trucos”. “He sido fiel a mi estilo y he disfrutado mucho de este reto”, asegura esta autora de estilo naif y retro, que da mucha importancia al color, cuida las tipografías y trata de eludir la parte más obvia de los personajes que retrata, que a veces ni aparecen en la ilustración. Entre sus dibujos favoritos destaca los de Marvin Gaye, ZZ Top o Creedence Clearwater Revival.

Relatadas con buen pulso y mucha síntesis, ninguna de las anécdotas del lujoso libro supera la página y media. Preguntado por las “más increíbles”, Javier se decanta por tres que define como “las más chocantes, de esas de no saber si reír y llorar”. La primera relata la cruenta pelea entre Ray Charles y otro músico ciego como él; la segunda alude al concierto de ZZ Top en el que un búfalo causó estragos y la última documenta la carrera armamentística de The Allman Brothers, un grupo de “tipos peligrosos” de verdad.

Pero hay muchos más chascarrillos. Por ejemplo, y quizá como guiño al festival de cine documental musical de Donostia, se cuenta que Otis Redding silbó al final de (Sittin’ On) The Dock of the Bay porque aún le faltaba por escribir el último verso de la canción: debería haberlo grabarlo unos días después pero no pudo hacerlo porque falleció en un accidente de avioneta.

El lector podrá conocer la oscura cara B de Aretha Franklin, cómo el incauto Chris Farlowe rechazó un regalo de Paul McCartney titulado Yesterday porque era “demasiado blanda” y de dónde viene el famoso paso del pato de Chuck Berry y los cuernos del rock, así como asistir al día que Brian Wilson despidió a su estricto padre como manager de los Beach Boys. Varios capítulos relatan encuentros entre distintos artistas -James Brown y los Rolling Stones, Alice Cooper y Elvis, Janis Joplin y Jim Morrison, Jimi Hendrix y Eric Clapton...- y otros plasman momentos tan memorables e increíbles como aquella frase que Miles Davis descerrajó a Nancy Reagan: “Yo he cambiado el curso de la música cinco o seis veces, ¿y usted qué ha hecho además de follarse al presidente?”

Según apunta Javier, “pese a ser historias contrastadas, la leyenda siempre supera a la realidad”. De ahí la cita de John Ford que abre A Bam Bam Boo Loo Ba: “Si tienes que elegir entre la verdad y la leyenda, quédate con la leyenda”.

Décadas insuperables El grueso de los artistas del libro y la exposición surgieron entre los años 60 y 70, “unas décadas de pura creatividad y reclamo social, cuando una canción, libro o película se podía convertir en una obra maestra y pasar a la historia por ese motivo”. “Todo lo que vino después tiene sus bases en esta época y es difícilmente superable”, subraya Javier antes de que Saioa reconozca: “Musicalmente estamos un poco anclados en el pasado pero si tuviéramos que hacer un libro sobre músicos más modernos podríamos incluir a bandas como Queens of the Stone Age, Black Crowes, Graveyard o Wolfmother”.

En el jugoso prólogo del libro, el cronista y agitador musical Eduardo Ranedo escribe que hoy día “sentarse a disfrutar de un libro ilustrado parece un acto de rebeldía que casi roza lo punk”, algo que corroboran Saioa y Javier: “En estos tiempos de Internet y demás distracciones digitales, quien lee un libro es casi un superhéroe. En este caso, puede leerlo cualquier persona que sienta cierto interés por la música o disfrute con la ilustración, ya seas un aficionado o un profesional del asunto. Te puede gustar o no el rock and roll, pero seguramente disfrutes contemplando las ilustraciones de Saioa y leyendo las historias que aquí se cuentan”.