"Mama Chicho me toca, me toca cada vez más, mamá Chicho me toca, me toca, me toca, defiéndeme tú". Fue la primera cantinela que dejó atónitos a los espectadores de la que entonces se hacía llamar "la pantalla amiga". Telecinco llegaba el 3 de marzo de 1990 hoy hace 25 años, como el segundo canal privado español, con capital y estilo italiano (made in Berlusconi) y un ejército de señoritas minifalderas como las Mama Chicho, las Cacao Maravillao, las Chicas Chin Chin, las azafatas del Telecupón y las modelos de Bellezas al agua (versión verano) y Bellezas en la nieve (versión invierno) que se colaban en una parrilla colorista y desenfadada donde todo era buen rollo y apenas había tiempo para la información (solo un informativo diario a medianoche con Luis Mariñas).
Fue algo así como una segunda época del destape español que se vivió en los cines en los 70 (las llamadas españoladas, sin mucho argumento pero mucha teta y ropa interior) pero aplicado a la tele bajo la batuta de Valerio Lazarov, que no tardó en resucitar viejas glorias como Carmen Sevilla (al frente del Telecupón) o Manolo Escobar (en un programa deportivo llamado Goles son amores), todo con mucho aire hortera rompiendo los sobrios esquemas de TVE y de la recién nacida Antena 3, que era poco menos que una réplica de la tele gubernamental. Tele 5, la pantalla amiga se ganaba a pulso el apodo de Teta 5. Un montón de galas, programas de Emilio Aragón a todas horas, la primera máquina de la verdad (que todavía hoy tiene su réplica en Sálvame Deluxe) o las confidencias matrimoniales de Su media naranja con Jesús Puente (una versión de Tal para cual, que presentó antes Ramón García en ETB-2) y programas juveniles que rompieron esquemas como La quinta marcha (debut de Jesús Vázquez y Penélope Cruz) replicado por TVE como Ponte las pilas) fueron los primeros ingredientes de una cadena que también apostó por la ficción extranjera de calidad con Twin Peaks y las carpeteras Sensación de vivir y Melrose Place.
La fórmula de la cadena se fue agotando y ya en 1997 tras sufrir una crisis de audiencia y personalidad se cambió el logotipo y se introdujeron programas más creativos y críticos como aquel primer Caiga quien caiga de Wyoming o El informal y se apostó por series propias como Todos los hombres sois iguales, Médico de familia, Al salir de clase o Siete vidas, de la que después saldría otro gran éxito popular, Aída.
No tardaron las aguas en volver a su cauce y la tele creativa fue dejando paso a programas con mala baba como el polémico Aquí hay tomate (sustituyó al buen rollo cotilla del ¡Qué me dices!), que fue el germen de Sálvame y Sálvame Deluxe y al monstruo catódico que es Jorge Javier Vázquez y su no menos polémica "copresentadora" Belén Esteban, hoy reclutada en GH Vip, enésima versión del gran éxito de los realitys en la tele española: Gran Hermano, que Telecinco estrenó en el año 2000 como una adaptación con forma de "experimento sociológico" con menos desnudos pero más broncas que las versiones internacionales y presentada por Mercedes Milá (salvo la tercera edición que corrió a cargo de Pepe Navarro).
Telecinco también puso en pie los dos grandes late nights de la tele española, Esta noche cruzamos el Missi-ssippi, con Pepe Navarro, y su sustituto, Crónicas Marcianas, con Xavier Sardà, que empezó como modelo de buen gusto y acabó como acaba casi todo en esta cadena.
El canal, hoy también conocido como el de la rima fácil, suma ya 25 años de polémicas pero sobre todo de muy buenas audiencias tras haberse sabido reinventar una y otra vez sin cambiar en realidad apenas nada de su esencia: tele con mucho colorín y ruido que se retroalimenta para que siempre parezca que pasa algo, aunque en realidad no pase mucho más que el tiempo.