uNA amplia sala del Hotel María Cristina se ha convertido en galería de arte para acoger, desde ayer y hasta el 1 de septiembre, obras del siglo XIX y XX y también de autores contemporáneos. La madrileña galería Lorenart, que trabaja en mercados secundarios de compra y venta de obras de segunda mano, ha traído consigo trabajos de Aurelio Arteta, Eduardo Chillida, Darío de Regoyos, Juan de Echevarría y Menchu Gal, entre muchos otros. "Venimos a Donostia un mínimo de una vez al año para exponer en este hotel -indica Ernesto Gutiérrez, gerente de la galería-. Esta vez traemos 150 cuadros, donde el 85% es obra nueva que nunca se había mostrado aquí".

Un pequeño paseo entre las pinturas y alguna escultura dejan ver nombres como Jorge Oteiza, autor de la obra más importante que se expone en la sala. "Es la primera vez que se ve esta creación suya, nunca se ha expuesto al público. Se trata de Santa Clara, una obra figurativa de metro y medio. Solo por ver esta pieza merece la pena venir a la exposición", explica Gutiérrez. También se exhiben otras creaciones suyas de distintas etapas del artista oriotarra como Caja metafísica o Cabeza de San Pedro.

En la exposición hay una parte contemporánea con creaciones de Barceló, de Ricardo Barjola, de la escuela de París, de Bores o de Antoni Clave, además de otras más clásicas que es lo que más trabaja Lorenart, de autores como Rafael Zabaleta o Darío de Regoyos que, como indica el galerista, "estarán en el Thyssen y en el museo de Bellas Artes de Bilbao". "Son nuestros pero los dejamos para esas muestras". También entra dentro de esta clasificación la artista irundarra Menchu Gal, Tellaetxe, Montes Iturrioz, Manuel Losada, Ignacio Zuloaga y Arteta. "En definitiva, todos los autores vascos importantes", continúa.

De la boca de este enamorado del arte no dejan de brotar nombres. Redondela, toda la escuela de Madrid, Benjamín Palencia, Tobal, Ucelay -con su "gran obra, El juego de pelota vasca"-, Díaz Olano y una lista mayor de autores que llenan estos días la exposición con 150 obras de "primerísimo nivel". "La gente coincide en que es muy difícil poder ver tantas obras importantes juntas en una misma muestra", asegura.

Precios

Pintura y escultura

Teniendo en cuenta la coyuntura actual, el precio de venta de estas pinturas oscila entre los 2.000 y los 500.000 euros. "Normalmente, la gente busca autores con un valor especial para ellos -añade Gutiérrez-. Pintores de su tierra, con los que comparte costumbres o con los que está familiarizado, porque les suenan o porque por algún motivo les gustan". Aunque, según dice, el gusto de cada comprador es muy variopinto, pues hay personas que disfrutan con la abstracción y otras que lo hacen con lo figurativo. "Aunque el gusto por la naturaleza es lo que une a todos".

La galería Lorenart, organizadora de esta exposición y depositaria de todas estas obras, lleva trabajando 20 años. "Estamos especializados en autores vascos, pero ampliamos nuestras muestras hasta la altura de lo posible", dice su gerente. Cuentan también con "buena" pintura catalana como la de Joaquín Mir "y todo lo que va saliendo al mercado". Al trabajar dentro de un mercado secundario, deben ajustarse a las compras a las que económicamente mejor se adapten y que puedan sacar al mercado para vender.

"Para ello, hacemos unas diez exposiciones al año", prosigue. Las más importantes las han llevada a cabo en Madrid, en Barcelona, unas cuantas privadas en Bilbao, dos o tres en Andalucía, y fundamentalmente, aquí en Donostia. "Esta ciudad es un punto fundamental porque tiene el nivel cultural y social más alto de toda España. Dependiendo del clima, en esta sala pueden reunirse 200 personas, y eso se ve en muy pocas muestras".

Destaca el gran éxito que la exposición tiene entre el público, que al ver precios "realmente baratos", decide buscar y comprar. "Los precios que cuestan las obras son los de hace ocho y diez años". La gente joven visita la exposición más por interés artístico, por ver si le gusta más o menos un artista. "Si compra o no compra es algo que se mide en el tiempo", añade. Los artistas clásicos y los nuevos son dos mundos diferentes en los que, para los consolidados, "no necesitas un criterio, porque en el mercado ya hay valores de referencia". "Para mí, los artistas del siglo XIX son maravillosos. Transmiten muchas emociones y una técnica demostrada. Los contemporáneos tienen su impronta y su cosa", finaliza.