QUERIDO Juan Antonio: al término de la homilía del funeral celebrado en tu honor el pasado 9 de marzo en la catedral del Buen Pastor de San Sebastián, el sacerdote terminaba así sus palabras:

"Cuando más fuertes son las relaciones, más dura se hace la separación y, a su vez, más duraderos y ricos son los recuerdos".

No tengo la menor duda de que para quienes hemos tenido la gran suerte de conocerte y tratarte desde la cercanía y sincera amistad, estas experiencias las estamos viviendo y son parte entrañable de nuestro recorrido vital. En esta hora de tu adiós, no por inesperado, dada tu delicada salud desde hace varios años, pero sí por el profundo dolor del gran amigo fallecido, con el que un par de días antes había mantenido, una vez más, una grata conversación telefónica que no hacía presagiar tan cercano acontecer, permíteme, a modo de homenaje póstumo, unas líneas de reconocimiento y gratitud.

Sí Juan Antonio, más de cuarenta años de una amistad, más aún cuando ésta se fue permanentemente cimentando en anhelos y realizaciones culturales, que convividos, unas veces desde la mutua mercancía y otras desde el admirado seguimiento de un itinerario cultural personal como el tuyo, y que ahora, tras la lectura del certero como entrañable artículo que te dedicó con el título Gran caballero guipuzcoano, nuestro común amigo José María Urkia Etxabe, ya al día siguiente de tu fallecimiento en lugar destacado de la sección de Cultura de este periódico (NOTICIAS DE GIPUZKOA, 8-3-2013), cuyo contenido comparto plenamente, se reavivan en mí numerosos recuerdos.

Nuestra mutua amistad que se inició en el mes de septiembre de 1972, a raíz del pequeño escaparate que le dedicamos al azpeitiano José de Arteche en la sucursal de la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, exponiendo todos sus libros y en los que tu colaboración desde la Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones, de la que eras su director, fue siempre leal y afectuosa.

El año 1979, ya desde su puesto de responsable de la Obra Cultural de la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, me invitaste a hacerme cargo de la labor cultural de la Casa Torre de Emparan. En el menester encomendado que desarrollé hasta el año 1989, y en el que casa torre fue cedida temporalmente al Ayuntamiento de Azpeitia para la ubicación de la biblioteca municipal, nuestras relaciones fueron frecuentes. En cuantas actividades se organizaron en el Emparan, tu orientación y apoyo constante nunca nos faltaron. Y así, sólo por citar algunos actos de singular relieve, recuerdo varios que tuvieron un amplio eco a nivel provincial, en las que desde tu modestia habitual eras en realidad el que, a iniciativa nuestra, dabas forma de ambientación previa en programas de mano preparados en sus textos con el contenido acertado que requerían, a la vez que te encargabas de la presencia y participación de importantes personalidades del mundo de la cultura. Entre otros, se organizaron el acto conmemorativo del primer centenario de D. Julián Elorza Aizpuru (28-1-1979), el acto en homenaje a la memoria de Leopoldo Etxeberria (6-2-19812), el homenaje a D. Ignacio Pérez-Arregui, con motivo de su primer centenario de nacimiento (28-7-1984) y la conferencia a cargo del P. José Ramón Eguillor, S. J. sobre "os Maestros Ibero de Azpeitia, en la construcción del Santuario de Loyola" (23-12-1985).

De entre los muchos libros que como responsable de la Obra Cultural de la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián y comienzos de Kutxa se hicieron públicos, quisiera destacar, por la importante implicación que requerían un trabajo de coordinación excepcional para el que dedicaste un plus de hora a tiempo y destiempo. Me refiero a 100 años al servicio de Guipúzcoa. La Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián (1879-1979) y Gipuzkoako organoak-órganos de Gipuzkoa, de José Manuel Azkue, Esteban Elizondo y José María Zapirain (1998).

Con tu apadrinamiento llegué a la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, en un acto inolvidable que tuvo lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de San Sebastián el 27 de diciembre de 1991.

En la citada entidad cultural, de la que fuiste presidente de su Comisión de Gipuzkoa, siempre me he sentido bien acogido y he sido testigo cercano de numerosos actos culturales organizados por la misma, tanto en San Sebastián como en el Palacio Insausti de Azkotia.

Tu trayectoria en el mundo cultural guipuzcoano, tanto en la caja de ahorros como en entidades tan señeras como la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, la vicepresidencia de Eusko Ikaskun-tza-Sociedad de Estudios Vascos, o como miembro de honor del Orfeón Donostiarra, la Comisión Loiola 91 etcétera, invitan a la reflexión y al agradecimiento por la ejemplar y permanente aportación de tus carismas personales, tan ricos en saberes culturales como de testimonios en valores humanos.

Agur Juan Antonio! Mi sincera gratitud por el regalo de tu amistad.