Donostia. Confiesa el cineasta hernaniarra Gregorio Muro que nunca había hecho drama, y en Zeinek gehiago iraun (Quién aguanta más, en euskera) narra hechos trágicos a través de "imágenes edulcoradas". El hecho de poder llevarse esta noche un Goya no le distrae, ya que el responsable creativo de la productora Bainet se encuentra inmerso en la fase de preproducción de una comedia de situación.
Aspira al Goya en la misma categoría que su compañero Pedro Rivero, y ambos trabajos se caracterizan por su contenido dramático. ¿Rivalidad sana?
Por supuesto, somos amigos. Además, ya compartimos un Goya cuando fuimos coguionistas de la película de animación Goomer.
¿Ha sido previsor y ha preparado ya el discurso ganador?
No, no tengo nada preparado, solo algunas ideas, pero eso se verá si premian el cortometraje y si los nervios me lo permiten...
¿Cómo surgió la idea de narrar una historia tan dramática y a la vez tan bella visualmente?
Nunca había hecho drama y se me ocurrió esta idea, aunque pensé que era muy dura. Tuve muchas dudas sobre cómo afrontar el trabajo, así que después de mucha reflexión me decanté por utilizar ilustraciones bellas para contar algo trágico. En Zeinek gehiago iraun he buscado el contraste. A la mayoría de las personas que han visto el corto les ha gustado y se han emocionado, pero también hay quienes han considerado que contiene una dureza gratuita... No ha sido mi intención. He contado lo que quería contar sin ningún edulcoramiento. Lo edulcorado son las imágenes, que suavizan la historia.
¿A qué público se dirige el cortometraje? ¿Quería transmitir algún mensaje en concreto?
A un público adulto. Y más que un mensaje he buscado la autoreflexión sobre lo que acontece alrededor de quien sufre un accidente, pues suelen padecer mucho más las personas cercanas a quien tiene el accidente. De otro lado, he querido mostrar la sobreprotección, queremos proteger a los nuestros de cualquier mal y eso es imposible. La vida es frágil y la sobreprotección nunca es total.
¿Vivimos entonces en una sociedad obsesionada con la sobreprotección? Antes los niños jugaban con total tranquilidad en la calle, quizá no había tantos peligros...
... O eran diferentes, porque recuerdo haber jugado en las vías del tren cuando era pequeño. En cualquier caso, no trato de hacer ninguna crítica de la sobreprotección. En uno de los diálogos, una madre le dice a su hijo: "Tranquilo, mamá está aquí y siempre va a estar contigo". Es una promesa que no se puede cumplir.
Ha apostado por el euskera en este cortometraje.
Fue una decisión personal. No soy euskaldun, pero mis primeros cómics se tradujeron al euskera para publicarlos en la revista Ipubeltz. Gran parte de mi desarrollo creativo se lo debo al euskera, por eso quería hacer una versión única en euskera, aunque luego se subtitulara en otros idiomas. También es cierto que contiene pocos diálogos y he buscado asesoramiento, de lo contrario no me habría atrevido... (sonríe). Otra de las razones es que los personajes que describo son muy de aquí. Algunos me han dicho que más que vascos son guipuzcoanos; por ese carácter estoico, esa resignación... Todo eso es muy de aquí.
¿Cree que el cortometraje se encuentra en plena revalorización?
Para mí, el cortometraje es otra forma de expresión cinematográfica igual que el largometraje, solo que de menor duración. La exigencia narrativa y de calidad de imagen es la misma en uno u otro formato. Lo que ocurre es que muchos asocian el cortometraje a principiantes y estudiantes, pero no es siempre así. De hecho, Zeinek gehiago iraun ha competido con cortos como el de Guillermo Arriaga, nominado al Oscar como mejor guionista por Babel, de González Iñarritu.
¿Y en el caso de la animación? Ya no se limita al público juvenil...
La animación siempre ha sido una forma de expresión para todo el mundo, lo que ocurre es que desde el punto de vista comercial siempre se ha dirigido al público infantil. En la animación existen menos prejuicios que en la imagen real. En los festivales de animación solo importa que sea un buen trabajo, no importa que sea un drama, comedia, etc...
Y después de los Goya, ¿qué recorrido tendrá el corto?
Ya ha iniciado ese recorrido, porque fue seleccionado en el catálogo Kimuak, lo cual es un lujo, porque distribuye la obra por festivales de todo el mundo. A este cortometraje le queda como un año de vida dando vueltas por certámenes.
¿Cuándo llegará al gran público?
Primero tendrá que ser seleccionado en algún festival, y dentro de un año, yo mismo lo colgaré en Internet para todo aquel que lo quiera ver. Pero primero quiero que recorra el circuito de festivales, pues es la única forma de comercialización que tienen los cortos en la actualidad: recibir premios con los que recuperar la inversión realizada.