EL título resume el propio objetivo del acto: Encuentro entre culturas. Mañana y el sábado visitarán el Kursaal de Donostia y el Santuario de Arantzazu dos de las escolanías más antiguas de Europa: la de la Basílica de Montserrat y la del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Un total de 50 niños por escuela unirán sus voces a las del Coro Easo.
Una larga tradición europea demuestra la importancia que las escolanías han tenido en la Historia. En el coro de Montserrat, una de las escuelas de música más antiguas del continente, ya en el siglo XIII existían pequeños grupos de niños varones que mediante el estudio y la práctica del canto, y acompañados con diferentes instrumentos, prestaban su voz para los compromisos del monasterio. "Nos basamos en un manuscrito que apareció en esta época para determinar la antigüedad de la escuela, pero quizá sea anterior al documento encontrado", asegura Bernat Vivancos, director de la escolanía catalana. "El monasterio tiene mil años de antigüedad y sigue al pie del cañón", añade.
El Real Monasterio de El Escorial pertenecía a la realeza, concretamente a Felipe II, quien adquirió los terrenos en el siglo XVI. Las obras de construcción comenzaron inmediatamente y sólo cuatro años después, el rey fundó un colegio y un seminario en Segovia para poder trasladarlo al monasterio madrileño una vez se completara la edificación.
La antigüedad de estas instituciones ha hecho que se hayen tenido que modernizar y adaptarse a los cambios producidos en la sociedad. Vivancos lo tiene claro: "En una institución tan antigua se ha tenido que evolucionar sí o sí". Sin embargo, "nuestro coro siempre se basará en el culto o servicio a la liturgia", puntualiza. "Este coro no tiene como principal finalidad reunir chicos para hacer conciertos en el extranjero o en Catalunya, sino que el objetivo es cantar cada día en la basílica", insiste. Lo corrobora el número de actuaciones que este coro realiza dentro y fuera del recinto: ofrecen un total de 523 conciertos en diez meses de los cuales sólo alrededor de 20 conciertos se hacen fuera.
SIETE SIGLOS
Sin mujeres
Montserrat es un lugar turístico, donde cada mediodía se puede escuchar al coro cantar en la basílica. "Es un servicio espiritual que la escolanía da en el monasterio y la basílica siempre se llena", explica Vivancos. Además del servicio litúrgico, Montserrat, también realiza conciertos y graba discos.
El Escorial comparte la misma filosofía. Más de 45 niños participan en las funciones más destacadas de la basílica durante el año, en oficios locales, los fines de semanas y en los actos relacionados con la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. El objetivo es el mismo que en Montserrat: el embellecimiento de la liturgia escurialense.
La existencia de los coros de niños varones se debe a la prohibición de que las mujeres cantaran en las celebraciones religiosas. Hoy en día, existen escolanías ligadas a monasterios o catedrales con perfil mixto o exclusivamente femeninos. Montserrat no es una de ellas, y no lo es por ciertas razones: "Hasta ahora hemos perdurado con voces de varones y me gustaría aclarar que la ausencia de voces féminas no es por motivos religiosos u organizativos. Es factible tener niñas, el problema que veo como director, es que el color de voces de un coro de niños es diferente al de un coro de niñas o mixto", asegura. "Aquí llevamos siete siglos con voces varones que dan una personalidad al coro, y es esto lo que me gusta mantener", añade.
Entre las razones que Vivanco expone a la hora de distinguir las distintas agrupaciones, está la cuestión del gusto musical, del color y de organización. "En los coros mixtos, acaban participando más niñas que niños, además, las niñas maduran antes y no sabes cuando son niñas las que cantan o pequeñas mujeres", analiza.
La media de edad de los escolanos oscila entre los nueve y catorce años. En la franja de nueve a diez, los niños reciben un curso de preparación musical para que de diez a catorce puedan formar parte del coro. En el caso de Montserrat los niños practican en la parte que el recinto del monasterio tiene reservado a la escuela musical. En este mismo lugar los integrantes viven y complementan su formación escolar básica y musical.
La basílica catalana ha observado la falta de candidatos para ser escolanos. "Hace 30 ó 40 años no hubiera habido ningún problema", medita Vivancos. " En cierta medida es normal porque la sociedad ha cambiado mucho", confiesa. "Las familias ya no tienen tantos hijos y cuesta más llevar a un niño a un monasterio sin un conocimiento preciso de lo que se hace allí", agrega. Por otro lado, años atrás hubiera sido difícil encontrar una escuela de música de alta formación. Ahora "han proliferado mucho este tipo de centros". "Antes las escolanías eran uno de los poquísimos sitios donde la música se enseñaba muy bien", advierte. El director y gerente de El Escorial, José Rolando García, comparte esta opinión aunque apostilla: "La sociedad hoy en día es más laicista y tiene menos interés por la religión". A pesar de que las escolanías no atraviesan su mejor momento. Vivancos es optimista: "No hay muchos niños donde elegir pero sí que tenemos unos mínimos con los que podemos trabajar".
IRREPETIBLE
Agendas apretadas
Los actos que próximamente se podrán disfrutar en Donostia y Arantzazu han sido difíciles de programar. Tanto el Escorial como Montserrat tienen agendas muy apretadas, ya que tienen la obligación de cantar en sus santuarios los domingos y festivos. El público escuchará "una agrupación coral por separado y luego 150 niños en conjunto cantando", adelanta Vivancos. Además los niños "escucharán y observarán el funcionamiento de otro centros y lo considero una experiencia muy positiva", opina.
Rolando García aprueba "todo lo que sea fomentar y conocer otras cultura". El director del monasterio madrileño describe a las agrupaciones catalana y donostiarra como "verdaderamente fantásticas y dice "tener muchas ganas" de compartir lo que cada uno muestra encima del escenario.