Donostia. Alberto Contador disputó ayer "la etapa más difícil" de la temporada, por dureza, pero, sobre todo, por la identidad "de los corredores que había" a su alrededor: Leipheimer, Scarponi, Basso, Evans, Horner... Les ganó, claro. Y desenfundó su dedo índice y disparó en la cumbre de la estación de Vallnord, en Pal -donde Igor Antón ganó su segunda etapa en la pasada Vuelta a España y afianzó su liderato para descarrilar tres días después camino de Peña Cabarga-, donde, salvo sorpresa mayúscula, dejó vista para sentencia la Volta a Catalunya a falta de cuatro jornadas. Sí, aún cuatro etapas por delante. Pero es tal la solvencia que demostraron ayer el pinteño y su Saxo Bank y, lamentablemente, tan poca la miga en el camino hasta Barcelona, que solo un despiste y un ataque o alianza de sus rivales puede despojar a Contador del maillot blanquiverde que se enfundó ayer en la cima andorrana.

El pinteño arrancó a 5 kilómetros de meta, cuando la marcheta de Dani Navarro y Chris Sörensen redujo el grupo a medio centenar de unidades. El viento en contra contribuyó a que aguantara tanto corredor a rueda. "Sabía que la mayor dureza del puerto estaba del kilómetro cinco al cuatro hasta meta. Por eso arranqué", explicó Contador. Su demarraje solo lo soportó Leipheimer, pero un nuevo cambio clavó al asfalto al norteamericano, que bajo la pancarta se dejó 23 segundos, igual que Scarponi. "No esperaba sacar diferencias tan grandes", valoró el de Pinto.

El madrileño se anotó la etapa más dura de la Volta, pero hoy disputa la etapa reina de su vida. Y "no depende" de sí mismo, sino de la Unión Ciclista Internacional, a la que hoy se le agota el plazo para recurrir ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte la absolución dictada por la Federación Española a favor de Contador por su positivo con clembuterol durante el último Tour de Francia. Con esa espada de Damocles sobre su chepa, corrió ayer: "No es la mejor condición, pero estoy centrado en lo mío", en "hablar sobre la carretera".

Fuera de la ruta, hablan otros. "Presiento que la UCI va a recurrir", afirmó el presidente de la Española, Juan Carlos Castaño, el pasado martes en plena Volta. Hace unos días, el vicepresidente del COI, Thomas Bach, exigió una reacción por parte de los organismos competentes. En el caso de que el ente que preside Pat McQuaid interponga hoy un recurso, ejercerá como en el reciente caso de Franco Pellizotti, cuando también recurrió el último día hábil.

Aun en el caso de que la UCI no entre en acción, la Agencia Mundial Antidopaje aún dispondría de tres semanas para hacerlo. No es habitual que la AMA apele al TAS si no lo ha hecho la federación internacional correspondiente, pero puede hacerlo. Por ello, pase lo que pase hoy, Contador aún deberá pelear tres semanas más contra la tensa espera.