La historia ya tiene un par de semanas, pero ha sido en los últimos días cuando ha cogido vuelo. El pasado 3 de abril, 22 árbitros de fútbol de la región de Nouvelle Aquitaine (la que incluye Iparralde) presentaron su dimisión en protesta contra su superior, David Wailliez. El problema no son criterios técnicos de arbitraje, ni designaciones de colegiados para uno u otro partido, ni nada por el estilo, sino una “traviesa noche con prostitutas” en Lezo.
Los hechos se enmarcan en unas jornadas de tecnificación en Soustons, a un par de kilómetros al norte de Hossegor y Capbreton, a unos 70 kilómetros de Gipuzkoa. Según denunciaron los dimisionarios en su carta al presidente de la Liga de Nouvelle Aquitaine es que la escapada nace en un chat de WhatsApp, donde cinco de los árbitros que participan en el stage de Soustons aceptan el plan nocturno.
El fin de semana de autos
Y en ella, donde explican que tres de los participantes decidieron darse la vuelta al llegar y comprobar que no era un “bar normal”, ofrecen supuestos detalles sórdidos de la noche, propios de una película de Torrente. Según recoge su versión el diario Charente Libre, el responsable arbitral habría ofrecido poner un bote entre todos para pagarle los servicios de una prostituta a un colegiado “que pudiera tener su primera experiencia sexual”.
Más aún, tres árbitros señalan en su carta a Wailliez, al que habrían visto “interactuando con una de las prostitutas en el bar” y tras ello, acceder a “una de las salas cuyo acceso no estaba abierto a la libre circulación”. Ya la mañana del 16, cuando debió plantear repetir la excursión ese sábado por la noche, Wailliez habría afirmado que “a fin de cuentas, 40 euros no es tan caro, había un colchón y una ducha”.
Otra de las acusaciones contra Wailliez por parte de los dimisionarios es que el entonces responsable arbitral habría intentado promover que grabaran un vídeo de apoyo a Bernard Vaillant, suspendido días atrás por un año por “comportamiento contrario a la moral y la ética”.
Versiones contrapuestas
La otra versión que se contrapone a la inicial es que es uno de los árbitros y no Wailliez quien propuso acudir al prostíbulo de Lezo. Por de pronto, el presidente de la liga de fútbol de Nouvelle Aquitaine, Saïd Ennjimi, anunció la semana pasada que se abría una investigación para “verificar los hechos y convocar el comité disciplinario de todas las partes interesadas”.
El propio Wailliez, relevado de sus responsabilidades arbitrales, ha anunciado, siempre según el diario Le Populaire, que emprenderá acciones judiciales contra los autores de “esta trampa, aunque el daño ya me lo han hecho”.