Las redes sociales han traído nuevas profesiones, como la de influencer: personas que viven de monetizar el contenido que publican aprovechando que las marcas les pagan para hacer llegar su producto o su mensaje a sus miles o millones de seguidores. Hay influencers que hablan de viajes, de moda, de técnicas de maquillaje, de fútbol, de agricultura, de política y de todo lo imaginable, sin necesidad de tener una formación en esos campos. Y también los hay que tratan temas más sensibles y que afectan más directamente a las personas, como la salud, la nutrición, la economía o el derecho.
Lógicamente, resulta preocupante que alguien sin estudios nutricionales recomiende una dieta a sus millones de seguidores; o que una persona sin formación médica hable sobre remedios para el malestar digestivo. Porque buena parte de sus followers los tienen como absoluta referencia y como modelos a seguir, con lo que pueden seguir sus consejos, unas recomendaciones que en muchas ocasiones no tienen un respaldo científico detrás y que pueden ser peligrosas para la salud. Y algo parecido pasa con la economía y con quienes recomiendan inversiones.
China toma medidas
Ante estos riesgos, ya hay países que han decidido hacer algo para atajar el problema. Uno de ellos es China, país donde nació TikTok, que ha aprobado una norma para prohibir a los creadores de contenido hablar sobre determinados temas si carecen de la formación necesaria para ello.
Así lo anunciaron la National Health Commission (NHC) y la Cyberspace Administration of China (CAC), que han establecido una serie de reglas para regular la actuación de los influencers y los conocidos como automedios, siempre que traten contenidos para los que se requiera un alto nivel de formación o de profesionalidad. No afectará a todos, sólo a aquellos que quieran publicar contenido relacionado con la salud, la educación, las finanzas o el derecho. Deberán acreditar una titulación, una licencia o una certificación que tendrá que ser verificada por la plataforma para la que trabajen. Si se comprueba que esa formación es válida, podrán hablar sobre esas temáticas. De lo contrario, no se permitirá que intervengan.
A favor y en contra
La medida ha generado división de opiniones, con mucha gente a favor de regular los contenidos de temas sensibles y otros que acusan a China de querer controlarlo todo, de censura y de no favorecer la libertad de expresión. Ahora habrá que ver si otros países siguen el camino marcado por el país oriental.