El Palau Blaugrana de Barcelona acoge este viernes por la noche (21:00 horas, Teledeporte) una nueva edición del Clásico de la Liga Asobal entre el Barça y el Irudek Bidasoa Irun. Ambos llegan con el paso prieto de sus respectivos compromisos europeos, pero ninguno quiere excusas. Los locales, para no dejarse sorprender; los visitantes, para lograr una victoria que el año pasado más que tocaron con los dedos.

Aquella soberbia puesta en escena del conjunto bidasotarra se convierte en la mejor brújula para el equipo de Álex Mozas, que llega líder de la Liga tras sumar 9 puntos de 10. Y el mejor despertador para el equipo de Carlos Ortega, por mucho que en pretemporada advirtiera a su parroquia de que este año priorizaría la Champions, lo que podría tener como consecuencia una fuga controlada de puntos en la Liga. Sin haberlo verbalizado antes de empezar como esta temporada, el año pasado su escuadra ya cedió 5 ante Granollers, Atlético Valladolid y Logroño…

De Europa a la Liga

La cita llega marcada por los duelos europeos de entre semana. Ambos han sido los únicos representantes de la Liga Asobal que han ganado en el Viejo Continente: el martes lo hizo el equipo guipuzcoano en Rumanía (33-34), adonde llegó desde Bilbao vía Munich, y 24 horas más tarde, el Barça hizo lo propio con Eurofarm Pelister en Bitola (30-34).

El chárter que les condujo al aeropuerto normacedonio de Ohrid les ha devuelto a Barcelona pasadas las 13:00 horas, mientras que los guipuzcoanos, que alargaron su estancia en Rumanía para volar directos a la Ciudad Condal.

Habrá que ver si ambos técnicos pueden recuperar efectivos que no incluyeron en las convocatorias europeas. No estuvieron en Rumanía ni Iñaki Cavero ni Eneko Furundarena en el bando dorado, que repitió la convocatoria contra Huesca, mientras que Jonathan Carlsbogard (por una lumbalgia) y Seif Elderaa (padre de su primer hijo) no fueron de la partida en Champions.

Ortega recuperó en el central a Domen Makuc, ausente ante Pick Szeged y Granollers, y el Barça no tuvo problemas para ganar un partido en el que, yendo siete arriba, mereció una renta mayor que el 30-34 final.

El Clásico

En una nueva era de la Liga Asobal en la que algunos alquimistas del marketing parecen querer patrocinar la misma rivalidad de la Supercopa de Catalunya con el Granollers-Barça, el Palau Blaugrana acoge la ida del Clásico de la Liga. No es porque con sus 30 episodios sea el choque más repetido en la historia de la competición, sino porque las pugnas entre ambos, los dos únicos campeones de la Champions que sobreviven en Asobal, se extienden a todos los frentes.

Dentro del 40 por 20, con las tres finales de la Copa Asobal, las cinco eliminatorias coperas y otras cinco finales, amén de la final de la Copa de Europa de 1996, la segunda de los culés en su historia y la primera de las cinco consecutivas.

Fuera de la pista, con la pesca culé de los ejemplares que marcaban una era en aguas del Bidasoa, fuera Bogdan Wenta o Tomas Svensson. Todo esto vuelve al parqué cada vez que ambos se enfrentan, incluso cuando la pelea se presumía muy desigual. Basta ver los precedentes. Pase lo que pase, el siguiente enfrentamiento entre ambos volverá a contar con el mismo telón histórico detrás.

El choque, que además de en la habitual plataforma audiovisual LaLiga+ se podrá seguir en Teledeporte, lo arbitrarán Ignacio García Serradilla y Andreu Marín Lorente. Como se parezca al de febrero, mejor vivirlo...