Lo hizo en Aranda de Duero, lo hizo en Huesca y lo ha vuelto a hacer en León: un siete metros con el reloj parado ha sido el mejor salvoconducto para que el Bidasoa, al límite tras un mes de locos, rescatara un punto en una cita en la que hizo méritos y puso argumentos para ganar (29-29).
Los fantasmas de Cuenca sobrevolaron rápido sobre el Palacio de los Deportes de León, cuando los colegiados excluyeron a Marko Jevtic, pivote que no negocia el esfuerzo y cuya segunda exclusión (minuto 16), condicionaría a una defensa que, con la baja de Dariel García, mejoraría con el paso de los minutos, cuando acertó a cerrar al pivote Alberto Martín, para ayudar a un Leo Maciel diferencial.
Aun así, el resultado de la primera inferioridad simbolizó la buena entrada del equipo de Álex Mozas en el choque: un gol de Rodrigo Salinas permitía cerrar 0-1 un parcial en el que el equipo local, sostenido en los primeros compases por su portero Barkhordari, comenzó a cometer errores.
Sus pérdidas, las faltas en ataque y las paradas de Maciel hasta desde los siete metros llevaron rápido al Bidasoa tres goles arriba. El 8-11 que firmó Boskos en unos lanzamientos acertados en su regreso a León fue la última gran renta dorada de la primera parte, que se redujo en parte por culpa de errores en lanzamiento de 6 metros y hasta de un 7 metros.
Agradecido, un Ademar más voluntad que argumentos se valió de esas opciones para igualar a 12, a 13 y a 14, antes de que pasado el minuto 26 Gey-Emparan convirtiera en gol un excelente servicio de Maciel.
Era el último tanto de la primera parte (14-15), que plasmaba con una renta demasiado exigua la superioridad con la que los guipuzcoanos, que pudieron incorporar en sus planes a los hermanos Nieto y a Cavero respecto a Cuenca (recuperar al 100% será después del parón...), habían gestionado los 30 minutos iniciales en cancha del tercer clasificado.
Ficha técnica
Ademar León (14+15). Barkhordari, Carlos Álvarez (5, 1 p.), Edu Fernández (5), Rodrigo Pérez Arce (2), Sanz (3), Alberto Martín (3); Pérez, Lindqvist, Miñambres, Wasiak (4 p.), Rozada, Sánchez (1), Zapico, Álex Lodos (1), Hatem (4), Benites (1).
Bidasoa Irun (15+14). Maciel, Gey-Emparan (4), Rodrigo Salinas (2), Jevtic, Francisco da Silva, Asier Nieto (3), Gorka Nieto (2); Faílde, Cavero (5 p.), Zabala, Furundarena, Esteban Salinas (6), Mujika (2), Boskos (3), Asier Iribar (1), Pacheco (1).
Parciales. 3-2, 4-7, 7-8, 10-11, 13-13, 14-15; 16-16, 18-18, 20-20, 23-22, 25-25, 29-29.
Árbitros. Ignacio García Serradilla e Andreu Marín Lorente. Por parte del Ademar, excluyeron a Benites (15’27, 53’59) y Alberto Martín (37’25, 59’07); por parte del Bidasoa, a Jevtic (1’34, 16’04), Cavero (24’12), Furundarena (33’12) y Francisco da Silva (53’13).
Incidencias. Vigésima jornada de la Liga Asobal en el Palacio de los Deportes de León ante unos 1.500 espectadores en Día de Ayuda al Club. Medio centenar de aficionados del Bidasoa.
Sobrevive a la sequía
De los 14 tantos que marcó Ademar hasta los 29 finales, van 15 goles y en ellos hubo 13 empates. Incluido el final. Por un lado, porque el equipo leonés, más fino en su correosa defensa que en ataque, subió la intensidad y acertó a cortocircuitar al ataque amarillo, que tuvo que esperar casi cinco minutos para estrenarse mediante un novedoso extremo como Pedro Pacheco, por donde también jugaría Asier Iribar además del propio Zabala.
La segunda sequía que bien pudo salir cara fue entre el minuto 42, cuando Esteban Salinas envolvió en papel el gran regalo que le sirvió su hermano Rodrigo para el 18-20, hasta el minuto 48, cuando Iñaki Cavero, en la amplia nómina de jugadores dorados disponibles pero al límite, transformó el siete metros a Boskos que celebró con rabia.
Desacertado, el Bidasoa había conseguido en esos seis minutos (con un siete metros que Maciel desbarató a un hasta entonces infalible Wasiak) una de las claves del choque: no irse de él en una de esas tempestades temporales que esconde una cancha histórica como el Palacio.
Tensa ruleta rusa
Hasta la recta final, ya con Barkhordari como portero y no como animador de público, continuó un intercambio de golpes en el que Mozas optó por ir con todo y asumir el riesgo de devolver a la cancha a Jevtic.
La exclusión que vio Francisco da Silva a falta de siete minutos para el final, cuando Ademar moría en un pasivo agónico, sirvió al conjunto de Dani Gordo para vivir dos minutos más. Hasta que Maciel, que acostumbra a parar los siete metros a pares, desbarató la segunda pena máxima de la noche con empate a 26.
El Bidasoa trataba de zafarse del ímpetu local en los minutos donde se podían pagar los esfuerzos del último mes. Donde, pese al descanso de Lisboa, quien no arrastraba molestias sufría un episodio gástrico de última hora.
El gol que marcó Esteban Salinas en el posterior ataque a la parada de Maciel y la ventaja que retomaba Gorka Nieto para el 27-28 abrían las puertas del cielo a un equipo que había puesto argumentos para ello.
De poder ganar a casi perder
La rápida igualada que firmaba un Marwan Hatem estelar en la recta final devolvía la presión a un equipo guipuzcoano que marró el siguiente ataque, donde jugaba con superioridad. propio lateral egipcio robó y marcó el 29-28.
Con 20 segundos por delante, el conjunto guipuzcoano sacó fuerzas de flaqueza para sobreponerse al golpe de ir por detrás cuando menos debía, al cansancio acumulado y a la defensa local embarullada, donde los segundos se pierden al ritmo que crece la angustia. El siete metros final, claro, sirvió para que Iñaki Cavero evitara la 16ª derrota en 23 comparecencias en León y dejar al equipo, como mucho, a tres puntos del segundo puesto.
Descanso imprescindible
Con este empate, el Bidasoa pone fin a la primera fase de la segunda vuelta. Un mes después de abrir el periodo con la semifinal de la Copa de España, el equipo guipuzcoano ha afrontado nueve partidos, siete de ellos a domicilio, con un balance brillante en la EHF European League con ese pase a cuartos (y ahorrarse una eliminatoria), y en la pelea por volver a Europa en Liga. Es hora de respirar y recuperar.
Casi tres meses después del triunfo ante Puente Genil el día de Santo Tomás, Asobal volverá por fin a Irun el día 19 con la visita de Villa de Aranda. Sin Europa hasta finales de abril, entra en juego el factor Artaleku: hora de apretar.