El Basque Center of Cognition, Brain and Language (BCBL) de Donostia ha llevado a cabo un estudio en el que concluye que la ortografía es capaz de remodelar la forma de percibir una lengua por parte de personas bilingües, "incluso en el caso de hablantes que han adquirido un código lingüístico durante su infancia", lo que significa que han aprendido a hablar esos idiomas antes de poder leerlos o escribirlos.

El estudio, dirigido por la investigadora del BCBL Antje Stoehr, también refleja que, a pesar de que la ortografía juega "un papel crucial" en la percepción lingüística de las personas bilingües nativas o tempranas, ese conocimiento de las normas ortográficas no afecta "en la producción lingüística"; dicho de otra manera, en la forma de hablar de estas personas.

La investigación contó con la participación de 30 voluntarios y voluntarias, bilingües en euskara y castellano desde la infancia, a las que se hicieron diversas pruebas. Por un lado, partiendo de la base hay algunas letras que se pronuncian distinto en cada uno de los idiomas, como es el caso de la z, realizaron ejercicios de comprensión auditiva en euskara, en las que escucharon palabras en esta lengua, tanto pronunciadas correctamente como dichas con el sonido de la z. Después, ellos y ellas mismas tenían que pronunciar esas palabras. El resultado de estos ejercicios fue que las personas participantes identificaban correctamente que los términos pertenecían al euskara, aunque estuvieran pronunciados como en castellano; es más, no reproducían el fallo a la hora de pronunciarlas ellos y ellas después.

El grupo investigador del BCBL quiso repetir el ejercicio dentro del estudio, esta vez "introduciendo errores de pronunciación que no tuvieran vinculación con la ortografía" en castellano, tal y como relata Stoehr, y se vio que "la correlación no se producía con la misma facilidad" en este caso.

Los resultados de este estudio reflejan "por primera vez" cómo afecta la ortografía en la percepción del habla en idiomas adquiridos a edades tempranas, antes de saber leer y escribir, y el "alto impacto" del conocimiento ortográfico en las personas bilingües desde la infancia, que permite que no reproduzcan los errores de pronunciación.

"Sabíamos que las personas que aprenden un idioma extranjero de mayores producen errores de percepción y pronunciación de origen ortográfico. Por ejemplo, los hablantes de castellano que aprenden inglés de mayores, a menudo pronuncian letras que en realidad son mudas, como la l en talk", especifica la investigadora Ikerbasque del BCBL, Clara Martín. Este estudio demuestra que esta condición no se cumple en personas bilingües tempranas.

La investigación, que ha editado recientemente el servicio de publicaciones de la Universidad de Cambridge, ha contado con la ayuda del Gobierno Vasco, la Agencia Estatal de Investigación, el programa de apoyo a la I+D de la UE Horizonte 2020 y el Ministerio de Economía y Competitividad.