- El Gobierno de Navarra ha decidido prorrogar hasta el 18 de diciembre el confinamiento perimetral del territorio, así como la limitación de reuniones a seis personas en espacios públicos y la limitación a la unidad convivencial en el espacio privado. Junto con ello, se mantiene de forma indefinida el toque de queda mientras dure el estado de alarma. Estas medidas se prorrogarán por medio de un decreto foral de la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite.

En relación a la hostelería, se ha decidido prorrogar su cierre hasta el 2 de diciembre, aunque con la posibilidad de que a partir del 26 de noviembre se pudieran abrir terrazas de bares y restaurantes, siempre que la evolución de la pandemia de COVID-19 lo permita. Esta prórroga se concretará en una orden foral que se remitirá al Tribunal Superior de Justicia de Navarra antes de su entrada en vigor el 19 de noviembre.

Así lo anunció ayer el Gobierno de Navarra en una rueda de prensa del vicepresidente primero, Javier Remírez, y de la consejera de Salud, Santos Induráin. Esta afirmó que “la situación no ha cambiado desde la comparecencia del miércoles pasado. Estamos estabilizados a la baja en el total de contagios, estamos en una franja sobre unos 200 casos diarios, pero el sistema sanitario sigue tensionado y esta tensión es por el efecto de las altas incidencias anteriores”.

Además, señaló que “el nivel de contagios sigue siendo muy alto si lo comparamos con cualquier referencia estatal o europea”. Así, explicó que el viernes Navarra tenía una incidencia acumulada de 751 casos por 100.000 habitantes en los últimos catorce días, mientras que la media nacional se sitúa en 498 casos y “los estándares hablan de que con una incidencia de más de 250 casos estamos en situación de riesgo muy alto”.

Induráin expresó su “confianza en el sistema sanitario tanto en el ámbito hospitalario como en el de Atención Primaria” y trasladó a la población el mensaje de que “no podemos bajar la guardia”. En ese sentido, señaló que llegan “fechas señaladas como los puentes y las navidades y tenemos que aprender de errores pasados y plantear el futuro con prudencia y con paciencia, pensando en avanzar hacia el final de este túnel del que empezamos a ver la luz”. “Debemos aprender de lo sucedido para no arrancar en 2021 con una tercera ola cuando aun estamos casi en la cresta hospitalaria de la segunda. Aspiramos a llegar al aniversario del inicio del COVID, allá por febrero, sin tener que mirar cada día los datos de contagios”, indicó.

Además, apuntó que la flexibilización de las medidas será “un proceso muy lento, gradual y dosificado, además de entender que siempre será reversible en el caso de que en la monitorización que se haga se vea que no vamos por el buen camino”.