La aparición del COVID-19 está suponiendo un gran desafío para una sociedad guipuzcoana acostumbrada a la tranquilidad y la seguridad. Desde el comienzo del confinamiento, los ciudadanos se organizaron para ayudar a las personas más vulnerables y procurar así de que nadie se quedará atrás. Las empresas, además de sufrir las consecuencias de la paralización de la actividad económica, también han mostrado su lado más solidario con numerosas iniciativas durante el estado de alarma.

Toneladas de alimentos

Al igual que el personal sanitario, los trabajadores de supermercados fueron uno de los sectores que estuvieron en el primer frente desde el inicio de la pandemia. Eroski, por ejemplo, modificó sus horarios para que las personas mayores, con discapacidad o embarazadas pudieran entrar primero en sus establecimientos y hasta el 31 de julio ofrece el servicio a domicilio gratuito para estos colectivos vulnerables.

La cooperativa vasca también aportó su granito arena para hacer frente a la escasez de productos de protección sanitaria donando 100.000 mascarillas a las residencias de Euskadi y entregando otras 10.000 a la cooperativa Gestión de Servicios Residenciales (GSR). Además, Eroski puso en marcha una campaña solidaria junto al Banco de Alimentos para atender las necesidades básicas de los colectivos vulnerables mediante la cual aportó 30 toneladas de alimentos.

Teletrabajo

Los meses que duró el confinamiento fueron claves para las teleoperadoras, ya que la implantación del teletrabajo y la obligatoriedad de permanecer en casa incrementaron de manera considerable el número de llamadas, el uso de Internet y el consumo medio diario de televisión en los hogares.

Por ello, una de las primeras medidas que tomó Euskaltel fue la de facilitar a aquellos clientes que no tuvieran conexión fija o acceso wifi un bono gratuito de 30 GB de datos al mes en todas las líneas para hacer más llevadera la comunicación durante los días de aislamiento.

Asimismo, la teleoperadora vasca no se olvidó de las personas que tuvieron que ser hospitalizadas a causa del coronavirus. A finales del mes de marzo, Euskaltel decidió abrir su servicio de televisión online con más de 50 canales tanto para los clientes como para los no clientes que permanecieron durante aquellos días en el hospital. Además, también habilitó líneas de teléfono gratuitas para que los usuarios de las 65 residencias de Gipuzkoa pudieran comunicarse con sus seres queridos, y entregó módems y tablets a cerca de 60 familias sin recursos de Eibar para que los niños pudieran atender a las clases online.

La banca como servicio público

El Real Decreto emitido por el Gobierno central para declarar el estado de alarma consideró a la banca como un servicio público general que debía seguir ofreciendo servicios a sus clientes. Kutxabank, además de adecuar su actividad a los condiciones del confinamiento, tomó una serie de medidas orientadas a apoyar a las familias y al sector productivo a mitigar el impacto económico de la crisis sanitaria. A finales de marzo adelantó el pago de las pensiones e hizo lo propio con las prestaciones por desempleo a comienzos de abril.

Respecto a sus viviendas sociales, el banco condonó el alquiler de abril, mayo y junio a las familias más afectadas por la crisis económica originada por el COVID-19, mientras que habilitó una moratoria en el pago de las hipotecas. Al ser la primera empresa contratante de Euskadi, Kutxabank mantuvo los plazos de pago a sus proveedores por debajo de los 15 días para seguir dotando de liquidez a las empresas.

Erreka

Al margen de las grandes empresas, los negocios de menor tamaño también han arrimado el hombro durante la pandemia. La cooperativa Erreka, perteneciente a la Corporación Mondragon, fabricó 2.000 pantallas protectoras que fueron repartidas entre el comercio y la hostelería de Gipuzkoa. La empresa de Antzuola tomó el diseño de los alumnos de Tknika para producir pantallas protectoras que contribuyeron a que el colectivo pudiera realizar su trabajo de forma más segura.

Euskaltel habilitó líneas de teléfono gratuitas en las residencias de mayores de Gipuzkoa