- El Gobierno de Navarra y EH Bildu hicieron público ayer el acuerdo que garantiza la aprobación de los presupuestos de 2021, y que sienta las bases además para una colaboración estable en lo que resta de legislatura. La mayoría progresista confirma así una alianza institucional que aportará estabilidad al Gobierno autonómico, y que priorizará la respuesta social a la crisis económica y sanitaria.

Los términos del acuerdo son similares a los de hace un año. El texto fue suscrito el pasado viernes por la consejera de Hacienda, Elma Saiz, y los vicepresidentes Javier Remírez y José Mari Aierdi. Este último representante de Geroa Bai, formación que ha querido estar presente en el pacto para subrayar la importancia política de la alianza. Por parte de EH Bildu, la negociación ha corrido a cargo de Bakartxo Ruiz y Adolfo Araiz, que ayer mostraron su satisfacción por un acuerdo que supone "una buena noticia para Navarra".

Desde luego, lo es para el Gobierno, que ve garantizada la estabilidad los próximos meses en un contexto de dificultad sanitaria y crisis económica. El documento incluye no solo el compromiso de EH Bildu de facilitar la aprobación de las cuentas públicas. También fija las prioridades de actuación que debe llevar el Gobierno para hacer frente a la pandemia, la gestión de los fondos europeos o el desarrollo sostenible. Y lo hace además con la perspectiva fijada "en los próximos años", lo que da muestra del calado del acuerdo.

Se apuesta además por repensar la política fiscal y buscar nuevas alternativas de ingresos. Un ámbito, el tributario, donde EH Bildu no ha conseguido introducir cambios de calado, pero en el que sí se fijan diversos estudios para los próximos meses en los que el Gobierno se compromete a avanzar a medio plazo.

La formación abertzale ha logrado además incorporar algunas partidas al proyecto de presupuestos ya aprobado. Inversiones por valor de nueve millones que van fundamentalmente destinadas a reforzar el sistema sanitario, la atención social y las inversiones en el ámbito municipal en aquellas localidades gestionadas por EH Bildu. El Gobierno concede además 1.925.000 euros para que la formación abertzale introduzca nuevas partidas en las cuentas públicas, siempre dentro de la filosofía recogida en el documento firmado el viernes.

De esta forma, los grupos que apoyan al Gobierno -PSN, Geroa Bai y Podemos-, irán de la mano de EH Bildu en la tramitación parlamentaria, apoyándose mutuamente en las propuestas que presente cada grupo dentro del límite fijado por el propio Ejecutivo, y votando en contra de las que pueda presentar Navarra Suma. La derecha vuelve a quedar aislada en el Parlamento y sin margen de influencia en el nuevo presupuesto.

Una derrota clara de Javier Esparza, que en las últimas semanas había intentado romper la mayoría que facilitó la investidura de María Chivite con una abstención que el Gobierno finalmente ha rechazado. Es previsible una respuesta dura a partir de ahora por parte de la derecha, que contará además con el apoyo mediático en Madrid, donde la prensa más conservadora carga ya contra el Gobierno de Sánchez. "Chivite está vendiendo Navarra al independentismo vasco", avanzó ayer el propio Esparza.

Lejos queda ya el proceso de investidura, cuando el PSN, por orden del PSOE, ni siquiera quiso sentarse con EH Bildu para negociar su abstención, y cuya incorporación en la Mesa del Parlamento a punto estuvo de echar por tierra la negociación del Gobierno con Geroa Bai, que puso el fin del veto como condición para seguir dialogando.

El acuerdo anunciado ayer consolida así la mayoría progresista en Navarra, reforzando el cambio de ciclo político iniciado en 2015. Lo hace además con el aval de Ferraz, que no solo ya no pone pegas, sino que explora una vía similar en el Congreso para lograr su propia estabilidad en la Moncloa. La visita de Sánchez la víspera del acuerdo resulta muy significativa.

De esta forma queda dibujado el juego de mayorías para los dos años y medio de mandato que le queda al Gobierno de Chivite. La legislatura no será sencilla, y va a encontrar la oposición de algunos sectores, no solo de la derecha, que tratarán que la apuesta fracase. Pero lo que hoy es un acuerdo de intereses compartidos en torno a un presupuesto, puede acabar siendo una apuesta estratégica de largo recorrido. También en muchos ayuntamientos.

Repensar la política tributaria. EH Bildu admitió diferencias en el ámbito fiscal con el Gobierno, pero aseguró que cuentan con el compromiso de "repensar la política fiscal en cuanto se supere la crisis con el objetivo de avanzar en justicia social y generar recursos propios". Según Adolfo Araiz, las "mayores discrepancias" a lo largo de la negociación han sido precisamente en el tema de la fiscalidad. El documento, no obstante, recoge una serie de "acuerdos de mínimos", y queda como una "tarea pendiente" conocer la influencia de los beneficios fiscales. En ese sentido, Araiz destacó la "receptividad para valorar la introducción de impuestos de fiscalidad verde"

EH Bildu ha incorporado varias de sus propuestas a los presupuestos aprobados y contará con casi dos millones para enmiendas