El donostiarra Antxon Eceiza (1935-2011) y el hernaniarra Elías Querejeta (1934-2013) coincidieron en los ambientes cinematográficos de su época, tanto en la capital de Gipuzkoa como en Madrid donde ambos estudiaron cine. Juntos fundaron la productora Laponia Films, en la que invirtieron dinero varios jugadores de la Real Sociedad, no en vano, Querejeta llegó a ser parte del equipo txuri-urdin. El primer trabajo de la productora fue el cortometraje experimental A través de San Sebastián, en la que Eceiza buscó plasmar la cara B de la ciudad balneario. Asimismo, los jugadores de la Real como socios accionistas de Laponia, financiaron la película Viridiana de Luis Buñuel, que acabó en la quiebra de la productora. "Fue la hecatombe. Y para los jugadores también. Les costó creérselo. ¿Ahora qué pasa?, ¿que no ha quedado dinero para nada? Nos costó bastante. Fuimos poco a poco, devolviéndolo y yo creo que lo devolvimos todo". Así lo afirmó Eceiza en una entrevista que recoge el libro que ha escrito Maialen Beloki, subdirectora del Zinemaldia, y que este sábado, 22 de octubre, presentará en Tabakalera.

Para hablar de los inicios en el cine de Antxon Eceiza habría que hablar de su relación con Elías Querejeta.

­­No se entiende la trayectoria de Antxon sin su relación con Querejeta. Son amigos íntimos. Elías tenía algo de dinero y cuando a Antxon le aceptaron en el Instituto de Experiencias Cinematográficas en Madrid –luego, Escuela Oficial de Cine– llegaron a un acuerdo por el cual Elías ayudaba económicamente a Antxon si este compartía con él sus apuntes. Esa relación se fue estrechando, desde los primeros cortometrajes que hicieron con Laponia Films, con su participación en Viridiana de Buñuel y hasta tal punto que las cuatro películas que Antxón rodó en su etapa española fueron producidas por Elías.

Habla de Laponia films, una productora que Eceiza y Querejeta montaron en 1959 con dinero de jugadores de la Real Sociedad.

Sí, Elías Querejeta convenció a los jugadores de la Real Sociedad para que participaran en esta productora.

Con esa productora rodaron el cortometraje ‘A través de San Sebastián’.

Hay una anécdota muy graciosa con este corto, que a mí me gusta mucho porque me parece que refleja muy bien, de una manera experimental, el agobio que puede ser una ciudad turística, balneario y de postal como puede ser Donostia. Cuando se la proyectaron a los jugadores de la Real, uno de ellos dijo indignado: Lo único que yo entiendo es que aquí no se puede vivir. Y Antxón respondió: Precisamente, de eso va (ríe). Aquello les pareció un sinsentido absoluto.

Laponia Films quebró tres años después a consecuencia de la prohibición de ‘Viridiana’.

En Madrid, Antxon, siendo del PCE, entró a todos esos círculos y a través de Uninci –Unión Industrial Cinematográfica– pidieron que Laponia pusiese su capital en la película. Cuando Viridiana fue prohibida, Uninci se hundió y arrastró a Laponia. Antxon, por su parte, participó en la producción de Buñuel, como meritorio o meritorio del meritorio, y como anécdota, Buñuel le encargó que saliese a buscar una imagen de la última cena para replicarla en la famosa escena de Viridiana.

En aquella época también comenzó a colaborar en la revista ‘Nuestro cine’.

En Nuestro cine escribía críticas e intentó entrar en un debate que existía en aquel momento sobre el realismo. En concreto, defendió un realismo dialéctico. Antxon consideraba que el cine debía interferir en la sociedad y, por lo tanto, en esa España solo cabía hacer realismo dialéctico y todo lo demás le parecía fuera de lugar.