Por First Dates pasan cientos de candidatos y candidatas y en cada programa se puede encontrar a personajes de los más variopinto. Pero es difícil toparse con un participante tan engreído como el que se ha podido ver en una de las últimas emisiones y que se ha hecho viral en las redes sociales por sus comentarios en una cita que más parecía una entrevista de trabajo.

El personaje en cuestión se llama Med, tiene 27 años, está enamorado de sí mismo, es originario de Marruecos y se presentó asegurando que no había conocido a ninguna chica que le dijera que era feo, aunque sí lo habían calificado de chulo. Pronto se vio por qué. En primer lugar cuando afirmó que él se consideraba exclusivo y que en la cita que le había asignado no había visto “nada exclusivo”. Y después, al decirle a la camarera que él sabía de sobra lo que tenía que comer.

Su cita era Luisa, de 26 años, una médico de origen colombiano que trabaja en un hospital y a la que desde el primer momento hizo sentirse profundamente incómoda. Toda la conversación parecía orientada a ridiculizarla o a mostrarse superior a ella. Iba de experto en el mundo del fitness y cuando ella le preguntó si estaba en fase de ganancia o de reducción él se burló de ella diciendo que hay tres tipos de fases y que ninguna se llama reducción. “En una primera cita hay que estar más relajado”, se lamentaba Luisa. “Yo soy mucho de reírme y de dejarme llevar, pero aquí me sentía que estaba pasando un examen de la carrera. Y tonta no soy”, añadía.

Después, ya en plena comida, Luisa explicaba que le gusta mucho el marisco y Med de nuevo intentaba mostrar que sabía más que ella. "El pescado puedes comerlo todos los días, ¿entiendes? El marisco hay que limitarlo. Y ya que estudias Medicina ya puedes saber este tema cómo va. ¿Cuánto tiempo llevas metida en Medicina?”, le preguntaba poniendo en duda sus estudios, a lo que ella le respondía que ya acabó la carrera y trabaja en un hospital privado.

Entonces él siguió a lo suyo, intentando pillarla. “¿El cuerpo en qué porcentaje está compuesto de agua, en un 60 o en un 70%?”. Ella le dio una buena respuesta y él salió con lo siguiente: ¡Muy bien! Sabes de ese mundo, eh. Pero no hace falta sacarte una carrera para saber eso, con estar metido en el mundo del fitness...”.

Para ese momento Luisa ya empezaba a perder la paciencia y se desahogaba con el equipo del programa. “Está bien tener una autoestima alta, pero hay una diferencia entre tener autoestima alta y ser engreído y él está rozando los límites”.

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La comida avanzaba y al preguntarle Luisa por su nombre, él primero la corrigió (“Es Med, no Amed”) y después le dijo que era un nombre árabe. Al sorprenderse ella de que no le hubiera dicho que era marroquí él volvió a intentar quedar por encima “Yo no puedo estar hablando si no me preguntas, no soy un loro para hablar sólo, quien tiene que tener interés eres tú”.

Hablando del árabe, Med quiso dejar claro que él hablaba con fluidez siete idiomas. Cuando Luisa le dijo que ella hablaba bien español e inglés y estaba estudiando alemán e italiano, su cita quiso pillarla de nuevo, hablándole en inglés. Ella respondió bien, pero a él no le bastó: “Fluido no lo tiene, pero parece que sabe defenderse”. Y después atacó con el alemán, con una frase que Luisa no entendió. “Dice que está estudiando alemán y cuando le hablé en alemán, cero”, afirmaba él al programa.

“Eres muy lenta comiendo”, le dijo después, terminando de desesperar a Luisa, que aseguraba haber vivido “la peor cita de mi vida”. Med pidió la cuenta. “Tengo un poquito de prisa”, le dijo a la camarera, Elsa Anka.

A la hora de la decisión final, Luisa respondió con un rotundo “no” a si le gustaría tener otra cita con Med. “No congeniamos, compatibilidad cero”. Med volvió a querer mostrarse superior: “No me gustaría una segunda cita, porque no es mi prototipo de chica. Le podría brindar como mucho mi amistad”, dijo, a lo que Luisa no pudo contenerse: “Yo no quiero ni amistad”.