El número de grandes morosos en Gipuzkoa a 31 de diciembre de 2024 se redujo ligeramente con relación al del ejercicio anterior, ya que pasó de 84 a 82, y la deuda con la Hacienda bajó de 219 a 203 millones de euros.

Cada uno de estos grandes deudores tiene cuentas pendientes con Hacienda por encima de los 600.000 euros, límite que se redujo hace dos años, pues antes se situaba en el millón de euros. La lista incluye también a aquellos sujetos que tienen la condición de responsables solidarios.

Según los datos facilitados este lunes por la Diputación de Gipuzkoa, en la décima lista de contribuyentes con grandes deudas, que se pueden consultar aquí, entran 9 nuevos contribuyentes que suman 10,3 millones de euros, mientras que salen 11 que adeudaban 15,3.

Las especiales características de este listado hacen que cada año se repitan muchos nombres de los mismos deudores y que la mayoría de las cantidades sean muy difíciles de cobrar, al tratarse de obligados que han pasado ya por un proceso de liquidación de sus bienes en una quiebra o en un procedimiento concursal previo, informa el ente foral.

Precisa además que la principal causa de salida de deudores del listado no es el pago de la deuda, sino el agotamiento de todas las posibilidades de cobro en el ámbito administrativo tributario, tras el transcurso del plazo legalmente establecido al efecto.

Más de 40 millones para los hermanos Osinalde

Los principales morosos de esta lista siguen siendo los hermanos José Ramón y Juan Miguel Osinalde Echaniz, con deudas de casi 45,5 millones de euros cada uno de ellos, seguidos Fagor Electrodomésticos, cuya deuda asciende a cerca de 14,6 millones.

Tecfrindus, con 6 millones, y Ramón Vizcaíno Refrigeración, con casi 5,5, se mantienen entre los mayores morosos del ejercicio 2024, en el que un total 34 contribuyentes tienen una deuda superior al millón de euros.

La publicación de esta lista se enmarca en la estrategia de lucha contra la evasión fiscal de la Diputación y tiene por objeto contribuir "a la deslegitimación social del fraude a través de la publicitación de conductas tributarias reprobables".

Con ello, la Hacienda foral busca "hacer pedagogía en torno al cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias y, de este modo, lograr el rechazo social y deslegitimar actitudes y comportamientos condescendientes con el fraude".