Bilbao. David Seco (Busturia, 1973) se convirtió el domingo en el octavo conquistador del fin del mundo. Su obsesión era ganar y lo ha conseguido en la edición más vista de todas. El programa de Iantzi superó en su última entrega el 31% de cuota de pantalla. El reality de aventuras de ETB-2 no ha tenido ningún espacio que le haya hecho sombra y tampoco los nuevos canales de TDT han sido un problema a la hora de ir subiendo en número de espectadores. El último ganador se ha liberado ya del secreto que ha guardado celosamente desde noviembre: "Solo se lo dije a mi madre, mi mujer y mi hija", señalaba ayer contento a este periódico.

¿Ha sido duro saber que era el ganador y no poder decirlo?

Ha sido una de las cosas más duras de toda esta experiencia. Hace mucho que ha acabado esto y tener que guardar el secreto durante tanto tiempo ha sido difícil. Cuesta pero, más o menos, creo que lo he llevado bastante bien.

Seguro que a alguien se lo dijo. ¿O no?

Los del programa nos pidieron discreción, pero yo les dije: "Lo que queráis, pero mi mujer, mi hija y mi madre lo van a saber". Me dijeron que bueno, pero que no se extendiera. Dos meses después, no me aguanté y se lo dije a mis hermanos...

Un poco más y...

A nadie más. A mi cuadrilla y mis amigos no dije nada. No solo no supieron nada por mí, estaban convencidos por rumores de que el ganador era otro, que no era yo. En Busturia y en otros pueblos se rumoreaba que había ganado Ibon, la gente lo tenía muy claro. No sé de dónde salió, pero yo lo dejé correr.

Usted es una persona muy acostumbrada al deporte, ha ganado el campeonato de España de ciclocross...

Seis veces, cinco consecutivas.

¿Ha sido difícil para una persona acostumbrada al esfuerzo físico enfrentarse a las pruebas de 'El Conquistador del Fin del Mundo'?

Partía de la base de que iba muy mentalizado para encontrarme lo peor en cuanto a pasar frío, hambre y pruebas muy duras. Iba tan mentalizado para eso que no lo pasé tan mal como pensaba. Sí quiero decir que es más duro de lo que se percibe desde casa. Es más real de lo que la gente pueda pensar.

¿Qué prueba le ha parecido más impresionante de todas a las que se ha enfrentado?

La última. El paraje que tuvimos en la final, las cataratas de Iguazú, era impresionante. La víspera de la final estaba muy tranquilo, muy convencido de mis posibilidades, y la mañana de la prueba también. Pero hubo un momento que me dije: "David, espabila". Me tuve que activar un poco.

¿Difícil esa tirolina?

Más de lo que la gente pueda creer. La prueba duró más de una hora, más de cuarenta minutos fue la tirolina, muy larga y con mucho desnivel. Lo recordaba perfectamente, pero lo volví a ver en las imágenes del domingo y te puedo decir que sufrí mucho, agonizando desde antes de la mitad del recorrido. Me costó muchísimo llegar, pocas veces en la bicicleta he llegado a sufrir tanto como en esa tirolina.

¿Qué le motivó para llegar a presentarse al casting?

Siempre me ha llamado un poco la atención por saber dónde estaba el límite. Muchos dicen que en las pruebas influye muchas veces la suerte.

¿Y no es así?

Yo tenía bien claro que con saber competir, la experiencia, la sangre fría y la táctica, el porcentaje de la suerte es menor. Era un reto que me había marcado. Cuando me dijeron que iba a ir me obsesioné bastante con participar e intentar ganar.

La obsesión de ganar no es buena a veces para conseguirlo.

Cierto. Me presioné en exceso con lo de ganar.

¿Ha estado a punto de arrojar la toalla en algún momento?

No. Todo el mundo tiene momentos malos. Allí estás treinta y pico días, pero realmente son como nueve meses. Se vive todo intensamente y se pasan momentos difíciles, pero no he tenido ratos de bajón; eché de menos a la familia, pero no llegué al límite, me centré tanto en la competición que solo pensaba en la siguiente prueba.

Dice que iba mentalizado para el frío y para el hambre. ¿Ha sufrido estas dos circunstancias?

Hambre muchísima. Pensé que íbamos a tener más comida. Incluso Julian decía que era la edición que menos comida había. Frío hemos pasado mucho en la parte final, los días que nevaba y estábamos a la intemperie fueron realmente durod. Después también sufrimos el calor y la humedad de la selva.

¿Volvería a repetir?

Repetir la experiencia, sí. Fui con un objetivo: ganar. Estaba obsesionado con ganar y lo he logrado. Quizá por eso no intentaría de nuevo ganar la final. Repetir la experiencia, ya te lo digo, sí; competir, no. De capitán, sin lugar a dudas iría.

Korta abandonó esta edición muy pronto, ¿qué le pareció a usted su salida?

No estoy de acuerdo con lo que la mayoría de la gente ha dicho de Korta...

¿Qué han dicho?

Que fue un poco más apático, que no tuvo la actitud de otras veces. En algún momento pudo haber estado más bajo, pero él siempre ha tratado de hacerlo lo mejor posible. No se hizo justicia con él. Me dio pena no haber estado con él en el equipo. Si hubiera estado, Korta no habría abandonado.

¿Fueron sorprendentes sus lágrimas?

Yo no me extrañaría, Korta es una persona con mucho temperamento, con mucho pronto. Pero yo sí le veo como una persona con sentimientos y corazón.

Su obsesión era ganar, ¿qué hubiera pasado en caso contrario?

Mi mujer que me conoce estaba muy aliviada, ella sabe que de lo contrario me hubiera costado llevarlo.

¿Tiene mal perder?

Creo que no. Hubiera sido muy deportivo con mis rivales y hubiera aceptado la derrota, pero a nivel personal me pongo el listón muy alto y habría estado decepcionado conmigo mismo.