La mujer estadounidense Vilma Soltesz murió en Hungría después de que tres compañías de vuelo le denegasen su billete debido a su obesidad. Su marido alega que su mujer falleció porque no pudo regresar a casa para recibir el tratamiento que necesitaba. Las compañías aéreas se negaron a llevarla porque pesaba demasiado. Concretamente, 190 kilos. Tal y como publica The New York Post, Vilma y su marido, Janos, pasaron nueve días intentando volar de vuelta al Bronx (Nueva York), un tiempo en el que la salud de la mujer, de 56 años, se deterioró rápidamente. El pasado 17 de septiembre el matrimonio se fue de vacaciones a su casa de veraneo en Hungría. Para ello tomaron dos aviones y pagaron tres pasajes, dos para ella y uno para él. La idea era volver un mes después para que Vilma pudiera seguir con su tratamiento. Además de obesidad mórbida, la mujer, que se movía en silla de ruedas y le faltaba una pierna, sufría enfermedad renal y diabetes. El día de la vuelta, según su viudo, la compañía KLM intentó acomodarla en la parte de atrás de un avión pero no tenían ningún extensor para el cinturón de seguridad.