londres - El inesperado anuncio de los duques de Sussex de renunciar a sus actuales obligaciones en la familia real británica a cambio de una vida más independiente ha golpeado a la monarquía, que pierde a su pareja más popular, y dividido opiniones en el Reino Unido. La Casa Real, con la reina Isabel II al frente, está "disgustada" y "decepcionada" por la decisión de Meghan, de 38 años, y Enrique, de 35, de revelar sus planes el miércoles sin previo aviso en su nueva página web sussexroyal.com, según informó ayer la BBC. El Palacio de Buckingham, residencia oficial de la soberana, admitió por la noche, en respuesta a ese comunicado, que había habido conversaciones sobre el futuro de la pareja, que desea acuñar su propia marca, pero estaban en "fase temprana" y quedaban "complejos asuntos por resolver", así que el anuncio de la pareja les "cogió por sorpresa".

En su nota, el príncipe y la exactriz estadounidense, que en mayo fueron padres de su primer hijo, Archie, explicaron que, tras "meses de reflexión", habían decidido emprender "una transición" para forjar "un nuevo papel" más moderno dentro de la monarquía y quieren ser "económicamente independientes". Para lograrlo, darán "un paso atrás" como miembros de primera línea de la realeza -lo que les impide obtener otros ingresos- y residirán entre el Reino Unido (en su mansión real en Windsor) y Norteamérica -posiblemente Canadá, donde ella vivió durante el rodaje de Suits-.

paga A cambio de su libertad, renunciarán a los fondos públicos que reciben -menos si participan en actos oficiales a petición de la reina, lo que quieren seguir haciendo-, pero mantendrán la paga que perciben directamente del príncipe Carlos de su ducado privado de Cornualles. Como parte de su proceso de emancipación, planean lanzar este año una organización benéfica global que aglutinará todos sus intereses, como el empoderamiento de las mujeres, señalan.

En otro revés a la tradición, Meghan y Enrique, que hace meses confesaron sentirse maltratados por la prensa británica y tienen varias demandas en curso, han decidido redefinir su relación con los medios. Así, sus actividades no serán cubiertas por defecto, como hasta ahora, por el llamado Royal Rota -el selecto grupo de periodistas de varios medios, algunos muy sensacionalistas, acreditados para seguir a la realeza- y en su lugar invitarán a reporteros especializados y se comunicarán con sus seguidores por las redes sociales. Los duques reconocieron recientemente en un documental que lo estaban pasando mal por el acoso de los medios y los ataques a menudo racistas contra Meghan de la prensa sensacionalista. "Los corresponsales de la realeza son considerados internacionalmente como fuentes creíbles, tanto sobre el trabajo de la familia real como sobre su vida privada. Esta idea errónea impulsa coberturas que son a menudo transmitidas por otros medios alrededor del mundo, amplificando las reiteradas informaciones falsas", señalaron los duques.

Avanzaron que pondrán más el foco de su nueva estrategia en redes sociales, periodistas especializados o jóvenes prometedores, medios de comunicación "creíbles" y organizaciones "de base". Entre los periódicos que tienen acceso al sistema de la Royal Rota están The Daily Mail, The Telegraph, The Times o The Sun. En la misma web, el matrimonio manifestó que cree en una prensa "libre, fuerte y abierta", que "defiende la precisión" y "fomenta la inclusión, diversidad y tolerancia", y aclaró que este cambio en su relación con los medios no se aplicará al resto de la familia real. Asimismo, trasmitió su intención de continuar con la actividad en las redes sociales, de forma que puedan compartir personalmente momentos de su vida con el público, "sin pasar primero por el filtro" tradicional.

La presión por parte de los medios ha marcado la relación del hijo menor de Carlos de Inglaterra y la exactriz, quienes también se han visto afectados por recurrentes polémicas con el resto de miembros de la familia real. En octubre, Meghan inició acciones legales contra el Mail on Sunday y su compañía matriz por haber publicado una carta privada y haber iniciado una supuesta campaña de noticias "falsas" sobre ella. El enfrentamiento llevó al príncipe a romper el silencio habitual entre los miembros de la monarquía para cargar públicamente contra ellos. La rebelión de los duques, sin precedentes y que al parecer ha "indignado" al príncipe Guillermo, plantea una serie de interrogantes prácticos, como quién financiará su seguridad fuera de actos oficiales y cómo mantendrán un empleo sin caer en conflicto de intereses.

división de opiniones La noticia -anunciada la víspera del 38 cumpleaños de Catalina, esposa de Guillermo- ha suscitado división de opiniones en el Reino Unido, entre quienes les juzgan irresponsables y quienes consideran su decisión comprensible y una oportunidad para que se regenere la monarquía. La biógrafa de la realeza Penny Junor afirma que la "más que extraña" iniciativa de los Sussex supone "un feo" a Isabel II y "no ha sido bien meditada", mientras que el portavoz del grupo antimonárquico República, Graham Smith, dice que "cuestiona el futuro" de la institución real. "Dicen que quieren tomar y dejar sus deberes reales según les convenga pero no dejarán de percibir dinero público hasta que encuentren otras fuentes de financiación", critica.