Las armas blancas vuelven a ser protagonistas en los ambientes festivos de Gipuzkoa y han provocado un inicio de 2025 inquietante en Oñati, donde un varón de 32 años fue detenido este miércoles a primera hora de la mañana después de herir con un cuchillo a cinco personas jóvenes, una de ellas con heridas de cierta gravedad en el muslo, lo que requirió que tuviera que ser intervenida de urgencia en el hospital comarcal de Arrasate. De nuevo, sobrevuelan los fantasmas de las navidades de hace dos años, cuando el joven de Hernani Lukas Agirre fue apuñalado de muerte a la salida de una discoteca de Donostia el día de Navidad.
Esta vez no hubo que lamentar víctimas mortales, pero varias personas entrevistadas por Euskadi Irratia y ETB ayer en esta localidad de Debagoiena manifestaron la sensación de “miedo” y “preocupación” que se han instalado en Oñati en las últimas semanas, donde recientemente se habría producido otro episodio grave con armas blancas de por medio provocado por una persona “conflictiva”, también al cerrar un bar.
Algunos de los entrevistados sospechaban que el agresor en esta ocasión podría ser la misma persona que blandió el cuchillo en el incidente que se produjo en un bar hace “dos o tres semanas” y lamentaron la “falta de presencia policial” durante las noches de fiesta en la localidad, donde la Guardia Municipal no cuenta con servicio nocturno.
Hay que recordar también que la comisaría de la Ertzaintza más cercana se encuentra en Bergara, a unos 14 kilómetros de distancia y más de quince minutos en coche. “No nos sentimos seguros”, llegó a asegurar una mujer entrevistada.
Según informó la Ertzaintza en un comunicado tras interrogar a los testigos, todo habría comenzado con una discusión entre dos individuos que desembocó en una pelea a la salida de un bar de la céntrica calle Aita Madina de Oñati, aproximadamente sobre las 6.25 horas. Los restos de sangre que dejó la agresión eran evidentes y alertaban a los y las vecinas de esta localidad de más de 10.000 habitantes.
Cuando amigos de uno de los implicados en la pelea inicial trataron de socorrerle y separar a ambos, el arrestado, según fuentes policiales, habría sacado un cuchillo con el que les atacó y causó heridas de diversa consideración que van desde una hemorragia severa en un muslo y un navajazo en el hombro, cerca del cuello, hasta un corte en una oreja.
Durante la agresión, las víctimas habrían conseguido desarmar al agresor, al que habrían perseguido durante varios metros, pero éste logró huir del lugar y posteriormente fue arrestado por una patrulla de la Ertzaintza en otra zona diferente a la que se produjeron los hechos.
Según confirmó la Ertzaintza, el arrestado, de 32 años de edad, tenía ya una orden de detención pendiente y fue trasladado a dependencias de la Ertzaintza en Bergara, donde se realizaron las correspondientes diligencias judiciales previas a su puesta a disposición judicial.
Fuentes del Gobierno municipal de Oñati, consultadas por este periódico, aseguraron que aún estaban “contrastando datos” y haciendo acopio de información, por lo que prefirieron no realizar ninguna declaración oficial. En todo caso, sí trasladaron a este periódico que consideran este incidente como un hecho “puntual” que quieren analizar con más detalle cuando cuenten con información más completa y recordaron que la investigación policial aún sigue abierta.
Proliferación de armas blancas
La preocupación por la proliferación de armas blancas en ambientes nocturnos festivos es ya una evidencia que no pasó por alto el consejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, el pasado mes de octubre en una respuesta parlamentaria realizada por el grupo de EH Bildu en el parlamento vasco.
Según los datos arrojados por el consejero entonces, en los primeros ocho meses de 2024 se habrían registrado una media de 39 detenciones por arma blanca cada mes, unas cifras que doblan las que se produjeron hace sólo cinco años, justo antes de la pandemia.
En concreto, las infracciones penales relacionadas con armas blanca u objetos cortantes (navajas, cuchillos, tijeras, hachas, cúteres, vidrios rotos y demás objetos cortopunzantes de similares características) fueron 735 en los ocho primeros meses del año, lo que, sin conocer aún las cifras de final de año, nos situaría en torno a las 1.100 infracciones en 2024. De confirmarse estas cifras, serían las más altas desde 2018 y superaría en más de un 10% las 993 registradas en 2023.
En esos ocho primeros meses del año la Ertzaintza y las policías locales de Euskadi registraron dos fallecidos y 22 intentos de homicidio con arma blanca. Y 2025 arranca con este caso que probablemente también sea catalogado finalmente como intento de homicidio.
En todo caso, uno de los datos más positivos arrojados por Zupiria es que mientras el aumento de tentativas de homicidio subió un 18% en relación a 2019, las detenciones lo hacían en un 98,7%.
2020, sin embargo, con ocho homicidios por arma blanca, sigue siendo el más luctuoso de los últimos años, aunque no se produjeron tantas tentativas de homicidio.
En la mayoría de las infracciones detectadas por la Ertzaintza, el arma blanca se emplea para amenazar a las personas, coaccionarlas o intimidarlas en el ámbito de la violencia familiar. Es la casuística que se produce en uno de cada tres casos. El arma blanca es también un clásico en los delitos de lesiones: 26 casos al mes y más de 13 detenciones.
Según expuso el consejero de Seguridad en su respuesta parlamentaria, para interpretar estas cifras, “hay que tener en cuenta que el Gobierno Vasco implementó en enero de 2023 diversas medidas preventivas con el propósito de controlar la tasa desde delitos con arma blanca, así como aumentar las imputaciones y penalizar su uso, exhibición o porte mediante la incoación de expedientes administrativos”.
Vigilancia
Entonces se acordó una serie de medidas con los municipios vascos de más de 50.000 habitantes, pero la realidad señala que las armas blancas se están extendiendo también en ambientes nocturnos festivos de localidades de menor tamaño, como es el caso de Oñati.
El Gobierno Vasco ya reconoció en 2023 que estamos ante un “fenómeno creciente” y que “no era habitual en el pasado reciente”.