Los delitos con arma blanca suponen el 1,26% del total de los actos delictivos registrados en Euskadi, según refleja la Memoria delincuencial 2023 de la Euskal Polizia, pero las infracciones penales de este tipo conocidas por la Ertzaintza van en aumento, al ritmo de marcar un nuevo registro, según los datos aportados por el consejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, en respuesta a una pregunta parlamentaria de Vox en el Parlamento Vasco.
En concreto, las infracciones penales relacionadas con armas blanca u objetos cortantes (navajas, cuchillos, tijeras, hachas, cúteres, vidrios rotos y demás objetos cortopunzantes de similares características) fueron 735 en los ocho primeros meses del año, hasta agosto, lo que nos llevaría a una cifra en torno a las 1.100 infracciones al finalizar el año. Será la cifra más alta desde 2018 y superaría en más de un 10% las 993 registradas en 2023.
Puede parecer contradictorio, pero el Departamento de Seguridad está en la tesis apuntada por la Fiscalía Vizcaína en su informe de 2023: “El plan estratégico para eliminación de las armas blancas llevado a cabo por la Ertzaintza estaría surgiendo efecto”. Y es que el mayor número de delitos estaría relacionado con una mayor vigilancia que también nos sitúa en cifras elevadas de detenciones: 313 entre enero y agosto, más de 39 cada mes, lo que nos llevaría hasta las 469 a finales de año. Y eso también marcaría la cifra más alta desde 2019 (195). En concreto, las detenciones por infracciones por arma blanca se han doblado en cinco años.
En los ocho primeros meses de este año ha habido dos fallecidos y otros 22 intentos de homicidio
Este dato sí es importante, porque mientras el aumento de delitos por arma blanca suben un 18% en relación a 2019, las detenciones lo hacen en un 98,7%. La foto, en todo caso, preocupa. Entre enero y agosto de 2024 se han producido dos homicidios con arma blanca y 22 intentos de homicidio y a este ritmo, nos iríamos a tres muertes y 33 intentos de homicidio al cierre del curso.
Fatídico 2018 con ocho fallecidos
Difícilmente será un año tan luctuoso como 2020, en el que se produjeron ocho homicidios con arma blanca, pero los intentos de homicidio de nuevo van a ritmo de máximos desde 2018.
En la mayoría de las infracciones detectadas por la Ertzaintza, el arma blanca se emplea para amenazar a las personas, coaccionarlas o intimidarlas en el ámbito de la violencia familiar. Es la casuística que se produce en uno de cada tres casos. El arma blanca es también un clásico en los delitos de lesiones: 26 casos al mes y más de 13 detenciones.
En el caso de los homicidios y los intentos de homicidio, el porcentaje de detenciones respecto a los delitos conocidos por la Ertzaintza se eleva sobremanera. De hecho, los 24 casos conocidos por la Ertzaintza entre enero y agosto de 2024 dieron como resultado 22 detenciones.
En uno de cada tres casos, las navajas se emplean para amenazar o coaccionar a las víctimas, pero también se producen tres intentos de homicidio al mes
Lo más inquietante es que desde enero de 2018 hasta agosto de 2024 han fallecido por arma blanca en Euskadi un total de 26 personas. Dos en lo que va de año frente a las cuatro de 2023.
Según expone el consejero de Seguridad en su respuesta parlamentaria, para interpretar estas cifras, “hay que tener en cuenta que el Gobierno Vasco implementó en enero de 2023 diversas medidas preventivas con el propósito de controlar la tasa desde delitos con arma blanca, así como aumentar las imputaciones y penalizar su uso, exhibición o porte mediante la incoación de expedientes administrativos”.
Vigilancia en puntos estratégicos
Para ello, añade Zupiria, “además de trabajar en un posible ajuste normativo de acceso a determinados establecimientos de ocio, se acordó, junto con los ayuntamientos de lo municipios vascos de más de 50.000 habitantes, un endurecimiento pecuniario de la sanciones impuestas por portar y exhibir armas blancas y objetos peligrosos en situaciones no permitidas”.
Asimismo, según explica el consejero, en materia de seguridad, la Ertzaintza diseñó en implementó en los tres territorios, el Plan de Acción contra el uso de armas blancas y objetos peligrosos. En su planificación, aclara Zupiria, “se tuvo en cuenta una serie de puntos de interés” y “se identificaron las zonas conflictivas para realizar controles en puntos estratégicos y se estableció, como primordial, la vigilancia en estaciones y zonas de acceso a los medios de transporte público, especialmente en fechas en las que se celebren eventos, fiestas patronales o se disponga de informaciones sobre la presencia de grupos o bandas potencialmente peligrosos”.
También se ha aumentado la vigilancia y observación en los accesos a centros de estudios y se han aumentado las labores de prevención en zonas de ocio nocturno, aumentando la presencia policial.