Al menos tres de los acusados de propinar una brutal paliza a Alex ya estaban fichados previamente por la Ertzaintza debido a su pertenencia a la banda Los Hermanos Koala. Agentes que participaron en las diligencias del atestado declararon ayer en la segunda sesión contra los siete imputados mayores de edad. De su testimonio se concluye que dos meses antes de los hechos que se están juzgando, ocurridos el 25 de julio de 2021, se emitió una alerta interna para advertir de la existencia de varias bandas en el territorio. Su modus operandi era similar: además de citarse para pelear entre ellos, acorralaban e intimidaban a sus víctimas con el objeto de robarles. De hecho, la misma madrugada en la que la víctima, Alexandru Ionita, quedó al borde de la muerte, se recibieron varias denuncias por agresiones perpetradas por el mismo grupo en Amorebieta. “Esa noche pudo haber más gente que no se atrevió a denunciar por miedo”, explicó una de las agentes.

Esta ertzaina, encargada de la visualización de los vídeos de la agresión, fue una de las que identificó y determinó la participación de cada uno de los siete encausados en este proceso. De su testimonio se desgrana que la Oficina Central de Inteligencia, encargada de “controlar” las bandas y los grupos criminales, envió una alerta interna en mayo de 2021 para advertir sobre la existencia de grupos como Los Hermanos Koala, Los Hermanos Panda, Santutxu 480 o Los Congo. “Ya tenían constancia de estas personas”, aseguró antes de apuntar a tres de los jóvenes que estos días se sientan en el banquillo de los acusados, Willie Noel M., Deyvson Rodrigo A. y Andoni Alfredo C., además de otros seis menores de edad que ya fueron juzgados y condenados por la misma agresión.

Otra de las evidencias de que los imputados actuaban en grupo se obtuvo tras analizar sus teléfonos móviles. Concretamente, la agente que analizó el terminal de Deyvson Rodrigo A. alegó que este acusado “conocía al resto de los participantes y así lo manifiestan en sus conversaciones”, en las que “evidencian que son un grupo” sin tener una estructura estable. “Hacen referencia a otros actos que han cometido y tienen una permanencia en el tiempo”, declaró la ertzaina, quien analizó “muchísimo contenido” extraído de redes como WhatsApp o Instagram. “Hay ciertas conversaciones que tiene con amigos suyos que le dicen: Salte de ahí. Incluso hay otra que le dice: Lleváis muchos años haciendo esto, incluso a mujeres”, reveló la agente.

Durante la declaración de los acusados que tuvo lugar el lunes, solo Deyvson Rodrigo A. admitió haber pertenecido a Los Hermanos Koala aunque solo “de pequeño”. Sin embargo, la agente que examinó su teléfono detalló ayer que otros miembros del grupo “le piden consejo e instrucciones” sobre cómo proceder. Incluso indicó que tras la agresión a Alex insta al resto de los miembros del grupo a detener su actividad durante un tiempo: “No es momento de hacer nada. Estad tranquilos”. Esta misma agente se refirió también a la condición de “líder” de Deyvson Rodrigo A. argumentando que grita: “¡Parad, que lo vais a matar!” durante el vídeo de 50 segundos en el que se recoge parte de la agresión a Alex.

Parte de la estrategia de la acusación particular, precisamente, se basa en probar que los encausados pertenecen a un grupo criminal. De ahí que su petición de pena sea la prisión permanente revisable. Mientras tanto, la Fiscalía solicita 14 años y ocho meses de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa. Cabe recordar que este es el segundo caso que se juzga por la agresión perpetrada en el parque Jauregibarria de Amorebieta por parte de casi una veintena de jóvenes, ya que siete menores participantes en aquel ataque ya fueron juzgados y condenados a entre tres y seis años de internamiento, así como un octavo, con una participación indirecta en los hechos a tres años de libertad vigilada.

Según relataron los agentes, la noche en la que Alex quedó en estado vegetativo debido a la ferocidad de los golpes y botellazos que recibió, los acusados protagonizaron más altercados. El primer incidente se produjo antes de llegar a Amorebieta, a las 22.35 horas, en una estación de Renfe en la que intimidaron a un menor de 14 años para robarle una visera. “Fue rodeado por varios”, indicó un agente, que mencionó a Ouddou A. explícitamente. También hay constancia de otra denuncia interpuesta por otro joven en Amorebieta. “Le pidieron un euro y, como dijo que no, uno de los menores le soltó una bofetada”, apuntó el agente sobre este incidente registrado sobre la 1.30 de la madrugada en el que la víctima, además, recibió “un botellazo que no impactó”.

Con respecto a los altercados que quedaron grabados en varios vídeos que posteriormente Cristopher R., uno de los acusados, subió a sus redes sociales, agentes de la Ertzaintza reconocieron que no han podido identificar a esas víctimas. Por ello, defienden la teoría de que “esa noche pudo haber más gente que no se atrevió a denunciar por miedo o por circunstancias de no querer contarles a sus padres que no se había caído, sino que había sufrido una agresión”. Los hechos delictivos con los que se vincula a los encausados esa madrugada no finalizaron en Amorebieta, sino que hay constancia de que algunos de los agresores de Alex, entre los que se ha citado a Deyvson Rodrigo A., participaron en el “robo de unos bollos” en un obrador de Basauri.

La forma de actuar era similar en todos los casos, en los que propinaban patadas en la zona de los tobillos para “desestabilizar” a sus víctimas. “Que te rodeen de esa forma es intimidatorio. Las víctimas no tenían escapatoria”, apuntó sobre el acorralamiento al que someten a sus víctimas por parte de un grupo que puede llegar a la veintena.