La ingesta de alcohol llevada a cabo en las horas previas fue tal que no recuerdan haber participado de forma activa en la agresión a Alex, al que no conocían previamente, en Amorebieta. Eso es lo que declararon cinco de los siete acusados de propinar la paliza que el 25 de julio de 2021 dejó en estado vegetativo al joven Alexandru Ionita. De hecho, responsabilizaron de los numerosos golpes que recibió la víctima a dos menores que ya están condenados. Andoni Alfredo C., uno de los acusados, admitió haber portado un “objeto contundente” de metro y medio durante el asalto, al no poder rebatir las imágenes del vídeo que supone una de las pruebas incriminatorias más decisivas. “No tengo conciencia de cómo llegó a mis manos el palo. Solo recuerdo lo que veo en el vídeo”, apuntó al respecto. Mientras tanto, otros dos inculpados se acogieron a su derecho a guardar silencio en la primera sesión del juicio que comenzó ayer en la Audiencia Provincial de Bizkaia.

Además de los procesados, en la primera sesión testificaron los padres de la víctima, de 25 años actualmente, que tiene una discapacidad del 95% como consecuencia del ataque que sufrió. Detrás de un biombo, su madre, Ana Claudia Ionita, se dirigió a los procesados para buscar respuestas: “¿Por qué lo hicisteis? ¿Para qué?”. Pocas certezas pudo obtener sobre el móvil de la agresión tras escuchar a los acusados, quienes ofrecieron respuestas vagas a las preguntas de la fiscal y los diferentes abogados, tanto de la acusación como de la defensa, y apenas admitieron nada más allá de lo que se pudo ver en el vídeo de 50 segundos de duración que documenta parte de la agresión.

El proceso penal no parte de cero, al menos en lo que a dirimir responsabilidades se refiere. De hecho, se trata del segundo caso que se juzga por la agresión perpetrada en el parque de Jauregibarria por parte de casi una veintena de jóvenes, ya que siete menores participantes en el ataque fueron juzgados y condenados a entre tres y seis años de internamiento, así como un octavo, con una participación indirecta en los hechos, a tres años de libertad vigilada. La Fiscalía pide para quienes ahora se sientan en el banquillo de los acusados catorce años y ocho meses de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa. Mientras tanto, desde la acusación particular solicitan la prisión permanente revisable porque consideran que, a pesar de ser un delito de asesinato en grado de tentativa, pertenecen a un grupo criminal.

Las pruebas gráficas

Cada uno de los acusados estuvo escoltado por un agente de la Ertzaintza salvo el séptimo de los incriminados, el mayor de todos, Diego Antonio M., de más de 40 años, que permanece en libertad condicional. La mayoría de los procesados exculpó a este acusado alegando que era la primera vez que salía con ellos y no participó en la paliza. En esta primera sesión se pudieron ver los vídeos que conforman una de las pruebas incriminatorias más concluyentes. En uno de ellos –grabado por un menor que participó en la paliza– se observa cómo Alex, tras recibir sendas patadas y botellazos por parte de un numeroso grupo de jóvenes, queda inconsciente, ensangrentado y abandonado.

Este vídeo, de 50 segundos, fue subido a redes sociales bajo el título No me culpen: andaba pedo. “Lo colgué porque me sentía culpable”, defendió Cristopher R., imputado responsable de subir el vídeo al día siguiente de la agresión, quien sostuvo que tenía miedo y se quiso entregar. Este mismo acusado es el que declaró que la agresión comenzó con una discusión entre tres de los acusados y la víctima. “Le pedí un cigarro amablemente y me dio un manotazo”, indicó.

Los acusados que testificaron expusieron que comenzaron a beber desde la mañana en Barakaldo. Ya de noche, se subieron a Euskotren, donde fueron reuniéndose con otros inculpados que se subieron al tren en localidades como Basauri. Ninguno conocía a la víctima y ninguno reconoció haber golpeado a Alex, aunque admitieron haber presenciado la agresión a cierta distancia.

Los Hermanos Koala

Parte de la estrategia de la acusación particular se basa en probar que los imputados pertenecen a una banda que se hace llamar Los Hermanos Koala. De hecho, rechazaron de manera unánime haberse puesto de acuerdo para el ataque, aunque Deyvson Rodrigo A., el primer acusado en declarar, admitió que “de pequeño” perteneció a Los Hermanos Koala, un “grupo de WhatsApp” que se creó “para jugar a fútbol y salir de fiesta”.

La abogada particular le preguntó sobre varias conversaciones de WhatsApp en las que se refleja su participación. Sin embargo, negó que respondiera a palabras del lehendakari Iñigo Urkullu cuando aseguró que la Ertzaintza iba a dar con todos los participantes: “Aún no me has pillado”, escribió, presuntamente, seguido de un insulto. No obstante, varios de los acusados defendieron que fue Deyvson Rodrigo A., tal y como declaró por lo que se escuchaba en el vídeo, quien pidió que detuvieran el ataque. “¡Para, que lo vais a matar!”, aseguró que dijo.

Otro de los acusados admitió que en el momento de la pelea portaba un “objeto contundente” de metro y medio, “una rama” de un árbol. “No tengo conciencia de cómo llegó a mis manos”, apuntó Andoni Alfredo C., quien indicó que llevaba bebiendo y fumando desde la mañana junto al mayor de los acusados. Con esta justificación, alegó no recordar si golpeó a la víctima. Tras él, declaró Kevin F., que reconoció ser el individuo que se ve al final del vídeo metiendo la mano en el bolsillo de Alex. “Llegué a la campa de Amorebieta y pasó la movida”, repuso, e indicó que no sabe si aquellos a los que conocía pertenecen a Los Hermanos Koala, que definió como “una cuadrilla de amigos”.