Con motivo del Día Mundial del Ictus, Osakidetza ha instalado este martes una carpa informativa frente al Hospital Donostia con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía sobre la gravedad de esta enfermedad y la importancia de la prevención a través de la alimentación. La jornada se ha centrado en el consumo de sal y su relación con la hipertensión y el ictus. Bajo el lema ‘No le eches sal al ictus’, profesionales del centro han ofrecido información sobre los factores de riesgo, la detección precoz y los hábitos saludables que ayudan a reducir las probabilidades de sufrir la grave enfermedad.

Durante la jornada también se han repartido pequeñas muestras de sustitutos saludables de la sal, como sal hiposódica, mezclas de hierbas aromáticas o levadura nutricional. El objetivo era animar a la población a disminuir el consumo de sodio, uno de los principales causantes de la hipertensión, y, con ello, reducir el riesgo de sufrir un ictus u otras enfermedades cardiovasculares. Según datos ofrecidos por Osakidetza, reducir la ingesta de sal a los niveles recomendados puede disminuir la presión arterial y rebajar hasta en un 25% el riesgo de ictus.

La sal

La neuróloga Patricia de la Riva, especialista de la planta de ictus del Hospital Donostia, ha explicado que “el consumo excesivo de sal favorece la hipertensión y, aunque muchos no lo sepan, una de cada tres personas en nuestra población es hipertensa”. La experta recuerda que la cantidad diaria recomendada es de cinco gramos, mientras que el consumo medio actual se duplica, alcanzando los diez gramos. “Si logramos bajar el consumo de sal, controlaremos mejor la tensión, reduciremos la necesidad de medicación y, sobre todo, disminuiremos el riesgo de sufrir un ictus”, subraya.

“El consumo excesivo de sal favorece la hipertensión y, aunque muchos no lo sepan, una de cada tres personas en nuestra población es hipertensa”

Patricia de la Riva - Neuróloga en el Hospital Donostia

De la Riva es consciente de que “recomendar comer sin sal es sencillo, pero cumplirlo no”. Por ello, destaca el valor de los sustitutos que reducen el contenido de sodio y aumentan el de potasio, ya que “mantienen el sabor y resultan más fáciles de incorporar en la dieta cotidiana”. Este tipo de productos, apunta, “han demostrado mejorar la adherencia a las pautas médicas y proteger frente a las enfermedades vasculares”.

Durante la jornada, los profesionales también han informado sobre la 'Escuela de Ictus', una iniciativa puesta en marcha recientemente en el Hospital Donostia. El proyecto involucra activamente a pacientes y familiares en el proceso de recuperación y autocuidado, ofreciendo formación sobre rehabilitación, control de factores de riesgo y alimentación saludable. Cerca de 50 familias ya han participado en la experiencia, que forma parte de la estrategia de humanización e innovación en la atención al ictus impulsada por el Departamento de Salud y Osakidetza dentro del Pacto Vasco de Salud.

Ictus

El ictus continúa siendo la segunda causa de muerte en Euskadi y la primera entre las mujeres. Solo en 2024, Osakidetza atendió a cerca de 7.500 personas con esta enfermedad, de las que la mayoría superaba los 75 años. Por territorios, Bizkaia contó con 3.958 casos, Gipuzkoa con 2.674 y Araba con 929. A pesar de su alta incidencia, los datos ofrecidos reflejan una tendencia esperanzadora. La mortalidad por ictus en Euskadi se ha reducido un 2,8% anual de media durante la última década, gracias a los avances en los tratamientos y a la rápida actuación de la red asistencial vasca.

“Cada persona puede hacer mucho por su propia salud. Si nos cuidamos y somos conscientes de nuestros factores de riesgo, reducimos enormemente las probabilidades de sufrir un ictus, que es una enfermedad brusca y no avisa previamente”

Patricia de la Riva - Neuróloga en el Hospital Donostia

Para la doctora De la Riva, la clave está en la prevención: “Podemos reducir hasta un 80% nuestro riesgo de sufrir un ictus si adoptamos hábitos de vida saludables”. Entre ellos, destaca el control de la presión arterial, una alimentación baja en sal y grasas, evitar el tabaco y el alcohol, practicar ejercicio físico y mantener un buen descanso y bienestar social. “Cada persona puede hacer mucho por su propia salud. Si nos cuidamos y somos conscientes de nuestros factores de riesgo, reducimos enormemente las probabilidades de sufrir un ictus, que es una enfermedad brusca y no avisa previamente”, concluye.

Con campañas como la celebrada en Donostia, Osakidetza destaca que sigue reforzando su compromiso con la divulgación y la prevención, recordando que la sal, aunque común en todos los hogares, puede ser un enemigo silencioso para la salud vascular si se consume en exceso.