El Parlamento vasco rechazó este miércoles abrir una comisión de investigación sobre lo sucedido en los udalekus de Bernedo, que sigue la vía judicial tras la presentación de 21 denuncias por presuntos delitos de agresión sexual, exhibicionismo y coacción a menores. A varios kilómetros de allí, en Tabakalera (Donostia), la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa, daba inicio al congreso Astialdi Biltzarra 2025 en el que se dieron dita 100 representantes de los clubs y escuelas de tiempo libre de todo Euskadi. Estos fueron la compañía y el marco elegidos por Melgosa para anunciar que ya se está trabajando en la actualización los decretos de actividades de tiempo libre para que sean “entornos más seguros”.

En la Mesa de Coordinación del Tiempo Libre en la que participan el Gobierno vasco y las federaciones del sector también se están elaborando protocolos “de buen trato y protección” en los que se incorporará el perfil de delegado o delegada de protección en las entidades. Asimismo, se prevé incidir en la “formación” y “acompañamiento” de las personas voluntarias y contratadas de estas asociaciones que trabajan con menores. Y es que, no hay que pasar por alto que buena parte de quienes que ceden su tiempo de forma altruista al trabajo comunitario, como los campamentos o los clubes de tiempo libre de barrio, son a su vez personas jóvenes.

Aunque estas medidas se contemplaban ya en la Estrategia Vasca para el Impulso del Tiempo Libre Educativo 2030 aprobada en junio de 2023, su sola mención en el acto trasladó inevitablemente el foco de los asistentes al caso Bernedo. Pero ayer, no era un día para escarbar aún más en el escándalo que destapó en El Común, Zuriñe Ojeda, vicepresidenta del partido Feministas al Congreso, autora conocida por sus posicionamientos tránsfobos. Más allá de lo que dictamine la justicia sobre los presuntos hechos delictivos que pudieron suceder en el udaleku, el tratamiento mediático del caso y las redes sociales ya se han cobrado una víctima colateral: el discurso de odio contra el colectivo LGTBIQ+

El caso Bernedo “se ha instrumentalizado como pretexto para reactivar marcos ideológicos de extrema derecha y difundir una retórica tránsfoba y homófoba profundamente organizada, que combina elementos de conspiración política, fundamentalismo moral y manipulación mediática”. Estas dinámicas “no sólo afectan a las personas directamente agredidas, sino que deterioran el espacio público y la cultura democrática en su conjunto, generando un clima social donde la intolerancia se disfraza de opinión legítima y el acoso se normaliza como debate”. Esa es la principal conclusión a la que ha llegado el Observatorio LGTBIQ+ de Gasteiz, tras analizar decenas de mensajes en redes sociales y los artículos tanto informativos como de opinión de varios medios a raíz de la cobertura del caso.

Agradecimiento al voluntariado

Con el fantasma de Bernedo sobrevolando el ambiente en Tabakalera, la consejera Melgosa aprovechó el acto para agradecer la labor del monitorado que trabaja con niños, niñas y adolescentes en el ámbito de la educación no formal. Y lo hizo desvelando que ella misma fue eskaut. "Durante muchos años he sido chavala y monitora del grupo de eskaut Los Ángeles de Gasteiz. Una experiencia que guardo sin duda en mi vida como un tesoro precioso. De niña me encantaba participar en las reuniones del grupo eskaut o ir a los campamentos. Me descubrían un mundo nuevo. No era la escuela, no era la familia... pero me sentía muy cómoda”, dijo Melgosa.

En esta línea, la consejera explicó que siendo monitora “descubrí que la educación que reciben niños, niñas y adolescentes no sólo se da en la escuela o en la familia, sino también en los grupos de tiempo libre. Porque la empatía, el compartir, la inmersión en la naturaleza, el respeto, el conocimiento de la diversidad o el acercamiento a la cultura forman parte de una educación en valores".

Cinco compromisos

Ya en un tono más institucional, Melgosa anunció cinco compromisos operativos para trabajar conjuntamente con el movimiento de tiempo libre. En primer lugar, dijo, se va a “consolidar el reconocimiento y el acceso universal al ocio educativo como derecho efectivo: reforzar la oferta estable, regular, cercana y de calidad, con especial atención a quienes más lo necesitan, eliminando barreras y compensando desigualdades”. Asimismo, se pretende fortalecer la cooperación público-social en clave local con mesas de trabajo, proyectos compartidos, evaluación y mejora continua. Todo ello, señaló, “con una gobernanza que conecte barrio, municipio y país bajo el paraguas de la Estrategia 2030”. Asimismo, se busca “cuidar a las personas educadoras –voluntarias y contratadas–: formación, acompañamiento y reconocimiento, promoviendo liderazgos pedagógicos que no pierdan el alma comunitaria del movimiento”.

Otro de los compromisos alude a simplificar y alinear la financiación pública con objetivos educativos y sociales medibles, “reduciendo trabas y burocracia, e impulsando proyectos que den resultados verificables en inclusión, igualdad, participación y bienestar”. Por último, subrayó la necesidad de “comunicar mejor” el valor del tiempo libre “explicar con datos y relatos su aportación a la cohesión social, al euskera y a la cultura, a la salud mental y a la igualdad; visibilizar el voluntariado joven como escuela de ciudadanía; y proyectar referentes que atraigan a nuevas generaciones”.

Por su parte, el director de Juventud, Adrián López Sarachaga, habló de los avances que se están dando en la Mesa de Coordinación del Tiempo Libre, en la que además actualizar los protocolos y los decretos que regulan al actividades de tiempo libre a la realidad actual para garantizar que estos entornos sean más seguros, se prevé garantizar una financiación estable para el tejido asociativo para asegurar su sostenibilidad y la continuidad educativa. En paralelo se está trabajando ya en reforzar la cooperación con ayuntamientos y diputaciones para que el tiempo libre educativo tenga una base municipal fuerte y cercana a los barrios y pueblos.