El Mar Cantábrico se 'tropicaliza' y marca un registro histórico de 26 grados en Pasaia
La temperatura media se sitúa 6 grados por encima de lo que ha venido siendo habitual en los últimos años
Hasta los más frioleros del lugar se han animado a darse un chapuzón en el mar durante este pasado mes de junio, algo a todas luces inusual. El cambio climáticoparece traer consigo un cambio de usos y costumbres. La temperatura del agua se ha colocado en niveles de récord, con un registro en la boya de Pasaia de 26,2 grados, medido el 30 de junio.
El Cantábrico no llega a arder, aunque de seguir así todo parece cuestión de tiempo. Al menos, está el referente cercano de un Mediterráneo cada día más tropical. El aumento de la temperatura marina provocado por el calentamiento global adquiere su máxima expresión en este otro dato: nada menos que 30,5 grados alcanzados en las Islas Baleares. Es la temperatura más elevada desde que existen registros.
La superficie marina se ha calentado de una manera muy acusada tras un mes de junio extremadamente cálido en toda Europa que, a base de sudar la gota gorda, ha tenido su réplica en Euskadi. El mercurio se ha disparado como no lo había hecho en los últimos 55 años, desde 1970, con valores similares a los que se registraron en el mismo período de 2003, según los datos de la Agencia Vasca de Meteorología Euskalmet.
En concreto, las temperaturas medias en la costa han rondado los 20-21 grados, con días en los que el mercurio se disparó en el interior, como sucedió entre el 18 y 21 junio cuando una entrada de aire cálido africano dejó en el territorio máximas de 37 grados.
Efecto en la capa superficial del agua
“Ha sido un mes extraordinario. Tanto, que con los mismos valores que nos ha dejado habría sido un mes de julio inusualmente cálido. Y es un dato a tener muy en cuenta, porque julio es el más más caluroso de todo el año”, advierte Manuel González, técnico de investigación marina de Azti, el centro científico y tecnológico especializado en el medio marino y la alimentación.
El efecto en la capa superficial del agua de la costa guipuzcoana es innegable. El mar ha alcanzado valores puntuales de 24 y 25 grados durante este pasado mes, unos seis grados por encima de la media, algo que no había ocurrido hasta ahora de manera tan reiterada, si bien el experto señala que se observan bastantes diferencias entre Gipuzkoa y Bizkaia, ya que la temperatura del agua es todavía más elevada en nuestro territorio.
Hasta hace cinco años "nunca" se habían medido temperaturas del agua superiores a 24 grados en Donostia, cuando ahora viene siendo habitual en cada periodo estival
Aunque el valor medio en mar abierto no ha alcanzado el registro de 2023, cuando se llegó a medir casi un grado más que este año, desde que se estrenó el siglo XXI, y especialmente los últimos cinco años, se vienen registrando máximos históricos. "Desde el punto de vista humano, los 25 años que llevamos de este siglo igual nos parecen muchos, pero a nivel climático es un cambio muy rápido y drástico. Disponemos de datos tomados desde 1946 en el Aquarium de la temperatura de la superficie del mar. Pues bien, hasta el año 2000 nunca se habían medido temperaturas superiores a 24 grados", cuando ahora, según explica el experto, es lo habitual en cada periodo estival.
“Es el proceso que, desgraciadamente, nos corresponde por el cambio climático que estamos viviendo. Ante ello, los primeros metros de la columna de agua del océano absorben más del 90% del exceso de calor”, asegura González, que pasa a enumerar repercusiones de todo ello a varios niveles.
Aumenta el nivel del mar por la dilatación
El técnico, que se dedica a la investigación física del fenómeno, subraya que uno de los efectos directos es el ascenso del nivel del mar. De hecho, más de la mitad de ese incremento se debe al aumento de la temperatura. “El agua del mar al calentarse se dilata e incrementa su volumen. Ése es uno de los principales efectos, aunque tiene otros, como por ejemplo una menor intensidad de las brisas”.
Al estar el agua del mar más cálida, se reduce la diferencia de temperatura con la superficie terrestre, lo que explica a su vez la sucesión de noches tropicales que hemos vivido. "Durante la madrugada en costa no han bajado las temperaturas porque el mar estaba muy cálido y la brisa era muy débil", explica el investigador. Este hecho no se traduce de por sí en la formación de tormentas virulentas, pero sin duda, las potencia, al provocar que adquieran un comportamiento más agresivo, "dándoles energía extra".
Otro de los cambios que se observan, según explica González, es "el desplazamiento de especies marinas hacia el norte, porque están buscando las temperaturas de confort a las que estaban acostumbradas aquí, pero que van desapareciendo. A su vez vamos viendo que especies exóticas que en otros lugares están habituadas a temperaturas más altas, comienzan a habituarse a las que hay aquí".
El calentamiento global está impactando en la biodiversidad de los mares europeos, con un Cantábrico cada vez más tropical, mientras que los mares más cerrados, como el Mediterráneo, pierden especies de aguas frías, según un estudio científico liderado por Azti.
Entre las especies de peces afectados que están disminuyendo en número se encuentra la sardina europea en el Mediterráneo y el bacalao en el Báltico, dos especies importantes tanto ecológica como comercialmente.
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