Son en total 6.101 personas: el 83%, más de 5.000, con algún tipo de discapacidad o personas con "mayores necesidades de apoyo" (57%). Un capital humano impagable que factura al año 250 millones de euros, produciendo en Gipuzkoa, con los nuestros, para el mundo. Gureak, el grupo empresarial de Economía Social gestado en 1975 por Atzegi, la asociación de familiares de personas con discapacidad intelectual de Gipuzkoa, y forjada a base de compromiso durante medio siglo, celebra el 31 de octubre su 50º aniversario.
Hablamos con Josean Idoeta, el presidente del grupo empresarial. Acordamos que el color salmón propio de las informaciones económicas no parece el más adecuado para este encuentro y arrancamos la entrevista, culminada con un café delicioso en el espacio Akademikafe, en el que personas en proceso de formación laboral realizan sus prácticas en la sede de Gureak.
La IA tiene facetas en las que nos va a ayudar y vamos a buscar todo lo que pueda disminuir el gap que podamos tener para esa competitividad necesaria"
Josean paga la cuenta. Es padre de tres hijos. Entre ellos, Ander, de 28 años. La primera vez que fue a trabajar, el hecho de que tuviera que coger tres autobuses para ir por su cuenta, generó cierta inquietud en casa. Pero Josean está convencido de que los límites muchas veces los ponemos desde fuera. Y que “no damos las oportunidades suficientes a las personas para que desarrollen sus capacidades. Los limitamos nosotros, el entorno, que es el peor de los limitadores”.
¿Qué significa para ustedes estos 50 años de trayectoria?
Cuando te remontas a 50 años atrás, en una situación políticamente convulsa, con muchos problemas a nivel político y social, el tomar una decisión de este calado, en el que unos padres de la asociación Atzegi decidieran que sus hijos también tenían derecho al trabajo y a la inclusión social a través del empleo, era algo potente, muy innovador y valiente por su parte. Era reivindicativo total. Y se juntaron con unos empresarios que también apostaron. No es tan fácil que un modelo como el nuestro subsista en el tiempo, pero hemos cumplido 50 años ya.
Ahora son un grupo con más de 6.000 personas, pero ¿quién pone límite? ¿El mercado? ¿O el volumen de personas con discapacidad que necesita una salida laboral y no la encuentra en nuestro territorio?
Nos solemos marcar dos tipos de retos. Unos son retos sociales: las necesidades que tenemos y las que vendrán, viendo además que más allá del motivo o la misión por la que se crea Gureak, que es la generación de oportunidades y proyectos de vida para personas con discapacidad intelectual en Gipuzkoa, hay otras realidades ahora mismo que están apretando fuerte. Por ejemplo, la enfermedad mental. Para cubrir todo eso, todavía hay muchísimo recorrido o necesidad en la sociedad. Y en ese cumplimiento de poder dar oportunidades, al final tienes que ser competitivo, eficiente. El mercado nos genera una serie de exigencias que nos hacen adecuar un poco el formato. Entonces, es una lucha, una conjunción de ambas cosas. ¿Necesidad? sigue habiendo. ¿Mercado? limitados a él, no cabe duda.
“Estoy convencido de que veremos a personas con discapacidad en muchos más puestos de trabajo de los que están ahora”
Inteligencia artificial
¿La Inteligencia Artificial puede ser una herramienta integradora?, ¿o excluyente? ¿Qué representa para Gureak la IA? ¿Una oportunidad o una amenaza?
Esto es algo que tiene doble vertiente. Por poner un símil, te podría decir que puede ser como la pólvora: depende para qué la utilices. Por supuesto que la IA facilita y nos vamos a encaminar en la búsqueda de todo lo que pueda disminuir ese gap que podamos tener para esa competitividad necesaria y tan exigente en el mercado. Sin duda que tiene sus riesgos también, pero los tiene para todos. Gureak no es ajeno a nada, pero te diría que más allá de eso, deberíamos de ser proactivos en la búsqueda de la parte que nos puede ayudar a mejorar en nuestra capacidad de autonomía de las personas para el desarrollo de sus actividades. La IA tiene facetas en las que nos van a ayudar, seguro.
¿Son más difíciles los tiempos que vivimos hoy que los anteriores? ¿Cuáles han sido los momentos más delicados y cómo ve a Gureak dentro de 50 años?
Cada etapa tiene su dificultad y su logro, porque al inicio, fíjate, era muy difícil encontrar una sostenibilidad. No teníamos el apoyo ni siquiera social. Partiendo de esa base, el intentar pasar de la utopía a la realidad ya era algo disruptivo también. Y se ha conseguido, no sin dificultades. Imagino que si le preguntas a los padres que iniciaron esto hace 50 años si creían que Gureak iba a ser así medio siglo después, pues te van a decir que no. Entonces, ¿qué es lo que va a ser en el futuro? No lo sé. Estamos yo creo que acostumbrados o resignados a vivir en la incertidumbre y en la lucha continua de una sociedad que todavía no es del todo tolerante ni admite la diversidad en general. Pero vamos a una sociedad en la que la tolerancia y el asumir la diversidad va a tener que ser sí o sí.
Nuevas realidades: enfermedad mental
Se ha vinculado la imagen de Atzegi y Gureak con el síndrome de Down, pero es mucho más y la casuística es cada vez mayor. Usted ha mencionado ya la salud mental. ¿Esto cambia el perfil de la propia Gureak y lo que puede ofrecer?
Atzegi se hizo para intentar proteger los derechos y oportunidades para las personas con discapacidad intelectual y sus familias en Gipuzkoa. Es verdad que la foto siempre ha sido síndrome de Down, porque es la que más llega. Dicho esto, uno de los lemas que tiene Gureak es: potenciando capacidades. La misión de Gureak es buscar oportunidades de empleo y la inclusión de las personas prioritariamente con discapacidad intelectual en su inicio, y ahora hablamos de personas de mayores necesidades de apoyo, en las que se incluyen también otros colectivos como pueden ser personas con enfermedad mental.
Una enfermedad mental sobrevenida incluso.
La enfermedad mental puede ser sobrevenida, efectivamente, y no estamos libres de ella nadie. La misión de Gureak, que ya sabes que en euskera significa los nuestros, sigue siendo los nuestros, pero va cambiando un poco el formato de quiénes son los nuestros. Y no porque haya otros perfiles desvirtúa la misión, sino que la potencia. Entre todos estamos consiguiendo acometer actividades de mucho más calado y más necesidad de autonomía a la hora de desarrollarlas, Es verdad, cambiando. Y tiene que ir cambiando además, porque las necesidades también son cambiantes. Y dicho esto, Gureak es también fruto del modelo público-privado que se decidió, de tal manera que la Administración, la Diputación en este caso, es partner.
"La parte económica, el ser competitivo y sostenible en el tiempo, es tan fundamental como la social; sin ella, no se entiende, ni se justifica Gureak"
No me atrevo a decir que la sociedad valore todo esto de forma justa, pero sí ha aceptado ha naturalizado la propuesta de Gureak.
Efectivamente, porque la sociedad ha madurado y apoya proyectos de este tipo, que los ve necesarios. No en todos los sitios hay un modelo como el de Gipuzkoa, ni una entidad como Gureak, que es referente. Ya hace 50 años era algo innovador y creo que sigue siéndolo todavía.
¿Qué espera de este 50 aniversario?
Ponernos en valor, reconocer la labor o la iniciativa que tuvieron algunas personas hace 50 años y a dónde hemos llegado. Digo esto, porque a veces pecamos de modestia y es importante intentar trasladar a la sociedad guipuzcoana que tenemos que estar orgullosos de tener un Gureak. Es algo que pone a Gipuzkoa también en valor, porque no solamente está la parte social en la que damos contenido y generamos proyectos de vida para las personas, sino que además tiene un recorrido económico que tenemos que conocer.
Exigencias del mercado
¿A qué se refiere?
Estamos trabajando para multinacionales de todo el mundo; en el sector de automoción estamos trabajando para multinacionales de Valeo, Maas, Elay; en el eólico trabajamos para Vestas, para General Electric, fabricamos los productos aquí y los enviamos por el mundo; es decir, lo que hacemos es traer trabajo a Gipuzkoa. El dar a conocer el modelo y buscar un compromiso para todas las partes que forman el mismo es importante, no sólo para mantenerlo en el futuro, sino para reforzarlo al unísono frente a las dudas e incertidumbres que surjan en el camino.
¿Ha existido la tentación en algún momento de adentrarse en nuevas oportunidades de mercado, no necesariamente vinculadas a la función social originaria de Gureak?
Yo estoy como presidente de Gureak en representación de Atzegi, de la cual soy presidente desde 2006. Te puedes imaginar que la parte de más valor para mí es la de la persona. Y te diría que durante 50 años, ni desde el equipo directivo ni desde el consejo de administración, se ha perdido ese foco que señala el qué tenemos, para quién trabajamos y quiénes somos. Porque podríamos derivar esto a sabe Dios qué, pero nos cuidamos muy mucho para salvaguardar nuestra misión.
“Lo que pedimos ahora los padres es que haya diversidad de actividades para que nuestros hijos e hijas puedan desarrollarse a otros niveles”
Vamos, que no se trata de crecer de cualquier manera.
Cuando ponemos el foco en la actividad, somos de los que nos gusta, aunque sea menos rentable el proyecto que hagamos, pero que ocupe a más personas. Y si pueden ser de las personas en necesidades de apoyo, mucho mejor. Luego viene, efectivamente, la parte económica. Tiene que haber una diversidad de actividades grande para que pueda haber inclusión en todas las personas, en la apetencia o en la capacidad, en el desarrollo, en la autonomía de cada una de ellas. Pero eso tiene que ser económicamente sostenible, porque si no, no va a durar. La económica es tan fundamental como la otra parte. Sin ella, no se entiende, ni se justifica Gureak.
Una gran familia
Hace años, había cierta tendencia a sobreproteger a los familiares con discapacidad y apartarlos incluso del mundo. ¿Sigue habieidno esos focos?
Yo creo que en este momento es lo contrario. Hace muchos años, si una persona no podía, no tenía derecho a ir a la escuela o no iba a formarse, y en consecuencia, difícilmente iba a tener capacidades para desarrollar actividades. Y por eso quizás al inicio las oportunidades eran pocas y muy encasilladas. Pero eso ha cambiado. Lo que ahora los padres piden es que haya una amalgama más de oportunidades, y a otros niveles de capacitación mucho más grandes que lo que eran hace años. Y en eso trabaja Gureak también, en desarrollos formativos que pueda haber para las personas. Y los padres, yo creo que más allá del café para todos, lo que estamos queriendo es que haya diversidad de actividades en la que nuestros hijos o hijas puedan desarrollarse a otros niveles.
Querría acabar preguntándole por su antecesor, Iñaki Alkorta (falleció en 2023).
Para mí fue un mentor. Bueno, mucho más, porque teníamos una relación personal muy, muy cercana. Hoy estoy yo al frente de Gureak, pero lo normal es que todavía él hubiera estado celebrando el 50 aniversario y es la persona que ha estado desde el inicio. Además, tenía la ilusión de culminar los 50 años de Gureak. Y era una persona conocida en el sector, que estuvo incluso trabajando en la creación de la LISMI, la Ley de minusválidos de 1982, de la cual todavía queda mucha parte de la normativa.
¿A nivel normativo, legal, hay un desarrollo suficiente, adecuado?
Hay algunas cosas que hay que corregir y estamos trabajando en ello ahora mismo. Antes, que las personas con discapacidad fueran a trabajar ya era un hito, pero todavía hoy lo es que puedan trabajar en determinados puestos de trabajo. Pero no porque las personas no sean capaces. Hay que cambiar normativas y hay que adecuar el entorno. La limitación la pone más el entorno que la persona.
¿Podemos hablar aquí también de techo de cristal?
Cuando el límite no te lo pones tú, sino otro, ya tienes un techo de cristal. Lo que no se puede hacer, por norma, es limitar. Y dentro de unos años, estoy convencido de que los vamos a ver en muchísimos más puestos de trabajo de los que ahora mismo están.